El 19 de septiembre de 1985 marcó la vida de todos los mexicanos al despertar por un fuerte sismo que causó destrucción y dejó centenares de muertos, que nunca fueron contados de manera oficial. A continuación te dejamos una crónica escrita por Francisco Barón Torres, reportero de Televisa Deportes, quien relata como vivieron aquella mañana y al siguiente día en la réplica.
Agradecemos a Francisco la oportunidad que nos da de publicar su crónica y de revivir aquellos momentos de tanta tragedia y tanto dolor:
Jueves 19 de Septiembre de 1985.
Son las 7:15 de la mañana y estoy lavando mi tazón donde desayuné cereal. Observó el reloj de la cocina y comentó con mi mamá que almorzaré con Félix Sordo, las famosas enchiladas verdes con costilla, en el restaurante de la empresa, “El Cisne”.
Mi cita en el aeropuerto de la Ciudad de México, es a las 8:30 de la mañana, en el mostrador de Mexicana. El representativo Tricolor de Fútbol, viaja a Los Ángeles, California, para enfrentarse a la Selección de Perú.
Tengo que salir de casa en la colonia Lindavista a las 7:30 AM, para caminar a la estación del metro Politécnico, para llegar a la estación Terminal Aérea.
A las 7:19 minutos, empieza el sismo.
“Tranquilos”, dice mi mamá, a mis hermanos, que se alistan para desarrollar sus actividades. Continúa temblando y cada vez más fuerte. Nos espantamos. Nunca habiamos sentido un movimiento telúrico de esta magnitud.
“Todos Bien”, grita mi mamá, con el rostro desencajado. Los vecinos, salieron a la calle. Y empiezan los comentarios. “Fue oscilatorio””Duró mucho tiempo”. Nos despedimos y encamine mi trayecto, hacia el metro, estación Politécnico.
En el viaje, los pasajeros, platicaban, lo que había sucedido. Llegué, a la estación, Terminal Aérea y caminé, al Aeropuerto Capitalino. observé mucho movimiento de las personas, buscando un teléfono público. No entendía.
Al ingresar, me encontré con los jugadores de la selección. Carlos de los Cobos, Luis Flores, Olaf Heredia, Pablo Larios, Carlos Hermosillo y me preguntaban:”Estás bien?”, les respondía:” Si, porqué?”.
En ese momento, Edmundo Portzewoski, preparador físico de la selección y Velibor Milutinovic, me abrazaron y me decían: “Se cayó, Televisa”.
Sorprendido, increpé: ¡¿Cómo que se cayó!?”.
Me tomaron del brazo y me llevaron a la oficina de Relaciones Públicas del Aeropuerto, que estaba en la planta baja y me mostraban, la Televisión con antena de conejo y veía a Adriana Pérez Cañedo informando la catástrofe en la Ciudad de México.
Las palabras e imágenes, me sorprendieron. Mi pensamiento fue por mis compañeros de la empresa. Llegó Héctor Reyes, el cubriría la salida de los maratonistas, y yo,esperaba a Eduardo Trelles. Ambos teníamos que entrevistar a los jugadores del Tri. Lalo, no llegó, ni los camarógrafos.
Comenté, con Héctor, que teníamos que trasladarnos a Televisa. Caminamos, a la Avenida Puerto Aéreo. No había transporte público y conseguimos un aventón, hasta la avenida Fray Servando. Nuestro andar es silencioso. Había un Caos.
Personas abandonando sus casas. Su ropa, la llevaban en sábanas y los gritos, aparecían:” hay fugas de gas!! Apaguen, los cigarros y los motores de los coches!!!”
A la distancia, observamos que los edificios de Pinos Suárez, habían caído sobre el paso a desnivel. Cómo pudimos, llegamos, a Arcos de Belén y el edificio de Televisa, estaba destruido. Caminamos unos metros, más y llegamos a la esquina de Avenida Chapultepec y Niños Héroes. Edificio, Antena que albergaba, el Master del 5, la vicepresidencia de noticieros y eventos especiales,entre otros, estaban en el suelo.
La antena cayó sobre la secundaria y el carro Renault azul, de Gerardo Valtierra. Héctor Reyes me dijo:” Valtierra cambió la guardia matutina con Liceaga”. No podía hablar.
Antonio Rocha, coordinador, director de cámaras, me encontró, me tomó de los hombros y comentó: “ Valtierra, esta bien. Schwartz, se lo llevó a la casa de su mamá “.
Pensé en Félix Sordo, Ernesto Villanueva, Enrique Valdés, nuestros compañeros de audio, redacción, producción y las demás, personas que laboraban en los cinco pisos de ese inmueble.
Toño Rocha, nos llevó hacia, la entrada principal del edificio de Televisa, en Avenida Chapultepec #18. Vi que estaba destruida. No me movía, hasta que llegó Eduardo Camarena y me jaló al edificio de enfrente.
Ahí, nos reunimos varios compañeros de noticieros, producción, ventas, que llegaban para laborar y todos preguntábamos por todos. Los rumores, crecían. De nuevo, Antonio Rocha, nos dijo a Eduardo Trelles y a mí, que acompañáramos a unas personas de protección civil, a reconocer el cuerpo de Gustavo Armando Calderon “El Conde”. Ahí, me enteré que había fallecido.
Las instalaciones de Radio Fórmula, estaban en la esquina de Avenida Cuauhtemoc y Río de la Loza. Hacia su programa de radio matutino. También, me enteré que su hijo y nuestro compañero, Gustavo Calderón Millán, había sido trasladado a un hospital, con un golpe en la cabeza y Nuria Basurto, lo acompañaba.
Al llegar, nos indicaron, que teníamos que subir en una viga que estaba apoyada en una puerta y reconocer el cuerpo del Conde. Lalo, me dijo:” yo no puedo. Hazlo tú” Está bien, sólo, detén la viga,” respondí. Subí, reconocí, el cuerpo y en ese momento, llegó, Roberto Sosa Calderon, gritando:” quiero ver a mi Tio!!”. Lo agarré. Lo abracé.
Lalo Trelles, sostenía la viga. Bajamos. Ya en el piso, nos abrazamos, los tres y brotaron, las lágrimas. Roberto, se quedó con el personal de protección civil. Eduardo y yo, regresamos a la entrada principal de Televisa. Ahí, nos indicaron, que fuéramos a las instalaciones de la XEW, en la calle de ayuntamiento en el número 52.
En el trayecto, me encontré a mi papá, que junto a un vecino, iba a buscarme, porque le habían comentado a mi mamá, que había muchos muertos en Televisa. Platicamos, sobre la calle de Luis Moya y ellos regresaron a casa. Las líneas telefónicas, no servía.
Al llegar, a la estación radiofónica, estaba en cabina Lourdes Guerrero, y me reencontré, con mis compañeros, Pedro Rodríguez, Marco Rosales, Mario Moreno, Pilar, Arturo Flores. Marco Tulio García , Gerardo Durón, entre otros. Todas las estaciones del Sistema Radiopolis, abrieron sus micrófonos, para ayudar, apoyar, a las personas que se podían comunicar. Varias de ellas, llevaban sus aparatos de radioaficionados portátiles.
Más tarde, recibimos, la instrucción, de irnos a Televisa San Angel. Ahí, se iba a empezar a transmitir, a las 12 del día. Un esfuerzo extraordinario de los ingenieros de Chapultepec, San Ángel y Sevilla, para restablecer la comunicación. Salir al Aire. Y lo hicieron.
Al llegar a San Ángel, el personal artístico, administrativo, producción, nos arroparon. Un foro, se convirtió en redacción y estudio. Todos, esperamos, las instrucciones de Jacobo Zabludovsky, junto a Horacio G. Velasco, Raúl Hernández, indicaban a reporteros, camarógrafos, qué labor desempeñar.
En ese instante, llegó el Licenciado Miguel Alemán Velasco y en cada puerta del estudio, personal de seguridad de la empresa y colaboradores, nos dieron, tortas y refrescos. Se nos había olvidado comer. Se cancelaron, los noticieros, 6 en punto y Notivisa. No había estudio. Y nos enviaron, a nuestras casas.
Para trasladarnos a los domicilios, fue difícil. Parte, de la Ciudad estaba destruida. Muchos no pudimos dormir. Las noticias y rumores, seguían. Pensábamos, orábamos, por nuestros compañeros y por las familias afectadas por este terrible sismo.
Viernes 20 de septiembre, llegamos a Televisa San Ángel.
La indicación, era estar temprano. Esperamos instrucciones. Casi, al mediodía, me dijeron que acompañara a Armando Camarena, extraordinario camarógrafo a filmar, las instalaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para conocer , si, estaban dañadas. En el trayecto, se grababa calles, personas. Qué edificios estaban destruidos. Qué necesitaban, las personas. Las labores de rescate.
Regresamos a San Ángel. Se entregó el material. Fernando Andere, habló a su casa, para que le llevaran un traje. Iba a realizar, la sección deportiva de 6 en punto. Los demás compañeros, a checar los cables de las agencias informativas, Reuters, EFE, ANSA, Notimex, Xinjua, DPA y teletipos, faxes, de nuestro país y el mundo. Se trataba de volver un poco a la normalidad, era difícil, el dolor, siempre nos acompañaba. Las noticias y rumores, continuaban.
Por instrucciones del Señor Emilio Azcárraga Milmo, se indicó que se transmitiera, el partido de fútbol soccer, entre México y Perú, desde Los Ángeles, California.
Arturo Rivera, Raúl Sarmiento y yo, recibimos la llamada de regresar a Televisa Chapultepec, a la transmisión, del cotejo. Juan Dosal, ya habia llegado. Nos trasladamos, en la Brasilia, Azul, de Arturo Rivera. En el trayecto, escuchábamos, la XEW, para conocer más de lo que sucedía. No hablábamos. Íbamos por Miguel Mancera, pasando el Viaducto Miguel Alemán, y empieza a temblar.
La réplica. La desesperación y el miedo, aparecieron. Nos gritábamos. “Arturo, aléjate de los edificios y los árboles” el auto se movía. “ busca dónde estacionarte” “un espacio” veíamos a las personas, salir de sus casas, gritando, rezando. Por fin, encontró, un lugar, nos salimos del auto y nos quedamos a la mitad de la calle. Por fin, se detuvo, el sismo. No supimos que hacer.
Reaccionamos, cuando nos pidieron ayuda. Poco a poco, tratamos de calmarnos. Decidimos dejar el auto, ahí y caminar hasta Televisa Chapultepec. Les dije, vámonos por avenida Cuauhtémoc, está más amplia. Y lo hicimos, pasamos los Hospitales General y Siglo XXI. Nos identificábamos al pasar las calles. Había elementos del Ejército Mexicano, cuidando las calles. Evitando la rapiña.
Caminábamos, cuando, escuchamos un ruido estremecedor. Se había caído, un edificio del hospital siglo XXI. Los Gritos, los rezos, el ulular de las ambulancias y patrullas. los soldados, nos impidieron regresar. En Shock, seguimos hasta llegar a Televisa Chapultepec por la calle de Río de la Loza. Ahí, nos recibió Amalia Gómez Zepeda, Vicepresidenta de Televisa, nos comentó que teníamos que vacunarnos en el estacionamiento de ejecutivos, que estaba lleno de feretros.
El ingeniero Alejandro Bolio, añadió: “ Juan y Arturo, tienen la transmisión por televisión”. Raúl y Paco, van por la Radio. Cruzamos la calle de Río de la Loza, para llegar a las instalaciones de Cablevisión.
Se había acondicionado en una oficina, un estudio. Al cruzar, veíamos a los familiares de nuestros compañeros, sentados en la banqueta. Esperando noticias de sus seres queridos. Los Abrazamos.
Al empezar la transmisión, escuchábamos, la maquinaria pesada, quitando las piedras, bloques de cemento. Y también, el grito, “encontramos a alguien”. Sólo sabíamos que eran un cadáver cuando Selene, la asistente del señor Emilio Diez Barroso, entraba llorando.
Transmisión muy, muy, muy difícil. El Dolor, nunca se ha ido. Hoy se cumple un año más de esta tragedia, que se repitió el mismo día del año 2017. Maldita coincidencia. Con Dios
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