El pintor colombiano Fernando Botero, conocido por sus icónicas representaciones de figuras voluptuosas, falleció a los 91 años en su residencia en Mónaco, dejando a su país y el mundo del arte de luto. Botero, considerado el pintor más famoso de Colombia, recibió homenajes y elogios por parte de líderes políticos y la prensa.
El presidente Gustavo Petro expresó: “El pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz”. Juan Manuel Santos, exmandatario de Colombia, lo describió como “siempre generoso con su país, un gran amigo y apasionado constructor de paz”.
Botero, nacido en Medellín en 1932, provenía de una familia humilde y su pasión por el arte lo llevó desde vender dibujos afuera de una plaza de toros hasta convertirse en un ilustrador de periódico y finalmente en un renombrado pintor y escultor. Su estilo único y sus imágenes exuberantes le valieron el reconocimiento internacional.
A lo largo de su vida, Botero creó un vasto catálogo de obras que incluyen pinturas y esculturas, muchas de las cuales se encuentran en galerías y ciudades de todo el mundo. También se aventuró en la abstracción y abordó temas controvertidos, como los abusos de los soldados estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib en Irak.
El legado de Botero incluye más de 300 obras que se encuentran en bodegas en todo el mundo. Su pasión por la pintura nunca disminuyó, y a menudo trabajaba en distintos lugares del mundo junto a su compañera Sophia Vari y su familia.
En sus últimos días, Botero enfrentó problemas de salud, incluyendo una neumonía. Optó por continuar su recuperación en casa, donde finalmente falleció.
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