Para Conocedores
Por: Eduardo Brizio Carter
En esta ocasión, estimados lectores de El INDEPENDIENTE, me parece mandatorio referirme a los penosos acontecimientos ocurridos el pasado fin de semana en el Estadio Corregidora durante al partido Querétaro vs Atlas, donde campeó la violencia.
En mi opinión, se trató al más puro estilo del “Gabo”, Gabriel García Márquez, de “la crónica de una muerte anunciada”.
Digo, para nadie era un secreto que se trataba de un partido de “alto riesgo” dado el “pique” que existía entre los partidarios de ambos contendientes y lo bélico que resulta, a lo largo de los años, el comportamiento de los porristas de los Gallos Blancos.
Para la mayoría ha sido muy fácil, incluyendo a las autoridades (in) competentes de la FMF, salirse por la tangente, anunciando medidas represivas, “castigos ejemplares”, sin reconocer que TODOS, incluyéndoles a ellos, “tenemos vela en el entierro”.
Yo pensé que la Liga Mx intentaría establecer un programa de concientización con los clubes y los aficionados, que involucrara a los medios e incluso a los líderes de opinión; pero, se fueron por el “camino corto” o más simple e impositivo: ¡Castigo!
Echando a volar la sinceridad, siento que los lamentables acontecimientos fueron “la gota que derramó el vaso”, me explico: “El cagado… no se huele”.
Por principio de cuentas, era el “Comisario del partido” (y no el árbitro) el encargado de supervisar que existieran las medidas de seguridad pertinentes para poder realizar el encuentro ¿Qué pasó ahí? ¿Dónde quedó la responsabilidad de la Liga?
Hace algunos ayeres, fueron los dirigentes del Pachuca, comandados por el homónimo de “Palillo” (Jesús Martínez) quienes tuvieron la feliz ocurrencia de importar, desde cerca el Rio de La Plata, a las tristemente célebres “barras”, transformando así las matracas y el clásico “siquitbun a la bim bom ba” por cánticos, algunas veces hasta obscenos, que, según esto, mejorarían el espectáculo (bueno sería recordar que, en el cono sur, dichos grupos se han convertido en “mafias de poder incontrolable” que rayan en la delincuencia)
Después, don Jorge Vergara (QEPD) puso de moda los famosos “desplegados”, que no eran otra cosa que una provocación hacia sus rivales deportivos; pero que, en su momento, fueron festejados por muchos que ahora se llaman sorprendidos por la violencia que irrumpe en el balompié mexicano.
Ahora, oigo programas radiofónicos y televisivos en donde se escucha a los conductores “rasgándose las vestiduras” y “lavándose las manos”, cuando lo cierto es que, su contribución ha sido más que generosa para engendrar el problema. En ocasiones pretendiendo exacerbar falsas rivalidades y en otras, sembrado la semilla de corruptelas que solamente existen en su perturbada cabecita (el león cree que todos son de su condición), restándole credibilidad a nuestro querido deporte y de paso, enervando a los aficionados.
Los futbolistas, que apenas los tocan y parece que les fracturaron una pierna. O aquellos otros, que reciben un golpe en el pecho y se toman el rostro, tal y como si los hubieran desfigurado, Sin mencionar a quienes entrando al área se tiran un “piscinazo” encendiendo al “respetable”.
Las publicaciones abiertas de “cartas de inconformidad” sobre las decisiones arbitrales tomadas en un partido (digo, existen vías corporativas para hacerlo) que, por un lado, carecen de ética institucional y deportiva, y por el otro, también abonan a fomentar la incredulidad y la violencia.
La situación por la que atraviesa el país, en donde prevalecen el crimen y la intimidación consuetudinaria, convirtiendo a la impunidad en la actriz principal. Cuando las redes sociales (léase) Twitter se han convertido en una jungla., en donde “cualquiera”, con la mano en la cintura te: ofenden, injurian e incluso hasta amenazan. ¿Qué más se podría esperar ante este intolerante panorama? ¡Qué bajo es el debate en las llamadas “redes sociales”!
No ha faltado quien diga que esto fue inducido. Igual la barbarie desempeñada por los “seguidores” de los equipos,
FUENTE: Quadratín
no tiene justificación. La intervención de las autoridades estatales: tardía, dudosa y cuestionable.
Entonces sí, ya se aplicaron a detener a los agresores, la Liga Mx ha dictado una serie de sanciones punitivas cuando, en mi opinión, ellos mismos han dejado crecer al monstruo de mil cabezas. No a las barras, inhabilitación de directivos, un año a puerta cerrada ¡Pamplinas! Hay que globalizar el problema y que todos colaboren (o colaboremos a resolverlo)
Quien esté libre culpa… que tire la primera piedra.