Quadratín
Javier Hernández decidió mostrarse tal como es: un ser humano con virtudes y defectos, que vive algunos momentos felices, pero también otros complicados. El “Chicharito” abrió sus sentimientos para revelar la depresión fuertísima que sufrió y como la superó, con sus hijos como uno de los principales motores para salir adelante de esa difícil situación.
“Yo también he sentido ansiedad y tuve una depresión fuertísima, también he tenido problemas familiares,
ahorita no estoy viendo a mis hijos como quisiera verlos. Es extrañar a personas que se nos van y también es esa pinche derrota decir puta madre pude haber jugado mejor, pude haber hecho tal, perdimos, lo siento también. Ahí estoy, pero luego vengo aquí con los niños. Es que es un pinche trabajo día a día. El que cree de verdad que hay un destino a dónde llegar para dejar de chingarle internamente, es nada más la muerte. Así es. Lo que más quiero que sepan es que soy un humano, soy un humano más”, agregó Javier Hernández.
“Mira, lo que me sacó de mi depresión es darme cuenta que soy un humano, aceptar que soy un humano, fíjate nada más, como todos ustedes. Me cuesta trabajo, pero también el decir que no me han regalado nada para estar donde estoy ahorita, también es otro mensaje. Sí le he chingado como pocos y sí ser “Chicharito”… me encantaría que se vinieran aquí día a día y se empujen y se atrevan, no es fácil. No es arrogancia, pero es el otro lado. También es real, una cosa no va peleada con la otra, son dos cosas distintas, pero nos encanta siempre juntar todo y es ‘ay, sí ya se agrandó’ o ‘ah, ya es un chingón’, ‘uh, ya no vale para nada’, ‘uh, ya se tiene que retirar desde hace dos años’. Ya hasta estamos hablando de cuánto tiempo puedo seguir jugando, fíjate como mi energía hasta va cambiando en temas”, sentenció el “Chicharito”.
“Es eso, nada más quiero mostrarle a los chavitos, a los que leen, que espero sus títulos de las entrevistas y las notas sean eso, que a lo mejor hasta su jefe les diga chin, esto va vender menos, pero es diferente. Sólo un demente, lo dijo Albert Einstein, sólo un demente está esperando resultados distintos haciendo lo mismo. Un demente. Todos somos locos, yo soy loco por algunas cosas, por los videojuegos, por lo que sea, por el futbol, soy un apasionado, soy un obsesionado. Pero sólo un demente está esperando hacer exactamente lo mismo, con resultados distintos. Por eso de verdad, si les toca el corazón a los niños, hay que hacerlos todos, sumarnos todos, estamos en el mismo barco, a todos nos va llegar la muerte y nos va llevar a todos. Él se fue. A todos. Pero a veces no somos tan valientes para pagar el precio y atravesar el dolor de sanar, el dolor de atreverse y el dolor que conlleva crecer internamente y también superficialmente”, afirmó.
“La depresión para mí fue personalmente, emocionalmente, que pude haber hecho sentir a mucha gente en mi vida por cosas que no estaba consciente que hice, que puedo tener como dice Jordan Peterson, un psicoanalista que admiro mucho, que a veces que los seres humanos se nos pide ser una bestia, alguien imparable. Que no te conviertas en eso, la vida no se trata de eso, la vida se trata de convertirte y saberlo domar. Es como aceptar tu sombra, aceptar que todo lo que puedes ver en alguien que no te gusta, eso puedes llegar a ser, que todo lo que te genera incomodidad, tú lo tienes dentro, solamente a lo mejor no lo quieres, por otra tuya no quieres serlo, no quieres hacerlo, expresarlo. Entonces, fue nada más amor propio. Yo Javier Hernández así fue como salí. Paso número uno es amor propio, claro que es apapacharte, decirte lo estás haciendo muy bien, es Javi bien, estás bien, chíngale, es apapacho. El profundo amor propio, profundo, profundo, es voltearte a ver a lo ojos y decir mira Javier, eres un cabrón bien impaciente, eres un cabrón bien parlanchín, puedes lograr a hacer esto. Aceptar y decir eso también eres tú, pero vamos a tener la consciencia para no hacerle daño a nadie, para encontrar como la gente le llama un balance, que es muy ambiguo”, continuó el “Chicharito”.
“Me ayudaron muchísimo mis hijos, vinieron a decirme que no tenía de otra más que amarme para que puedan ver la mejor versión de su padre. Mis hijos me dijeron cabrón o le chingas o te amas o le das con todo para que de verdad tus hijos, mi hijo y mi hija puedan ver a su padre lo más pleno, lo más trabajado, lo más humano y lo más entregado posible. Ellos vinieron los dos a darle el tiro de gracia a la depresión, para decir no hay nadie que te vaya a sacar de la depresión, no hay nadie que tenga responsabilidad de tu vida, más que tú, Javier. Tuve que ir dentro y sigo en procesos, cerrando heridas, viviendo experiencias, cagándola como cada ser humano. A veces decimos que no y chin, o a veces pudimos haber hecho tal o el partido pasado jugar mejor o si hiciste dos goles, pudiste hacer tres, sí, así es la vida. Es o bonito, que no hay tiempo para todo. Si la quieres más sencilla, es amarme, aceptarme, tal cual como soy, con mi luz y mi sombra”, finalizó Javier Hernández.