Arnulfo R. Gómez
Tercera parte
Quiero concluir que el libre comercio es bueno y muy positivo para el desarrollo económico de un país, sin embargo, México no ha podido beneficiarse de este generoso proceso debido a la pésima calidad de las instituciones públicas y la de sus funcionarios, cuyas actividades se han realizado bajo un esquema de simulación e improvisación muy negativo.
Esta situación ha provocado la carencia de una estrategia ganadora que incluya competitividad, fomento industrial, comercio exterior, promoción de la exportación y la inversión extranjera, con políticas públicas realistas y una estructura eficiente que apoye a los empresarios y a los exportadores mexicanos, adecuadamente.
Un elemento básico en el deplorable nivel de la burocracia mexicana, lo constituye la institucionalización del dedazo y la corrupción en nuestro país, misma que hemos sufrido desde los años 20’s del siglo pasado, propiciada por Alvaro Obregón y desarrollada por Plutarco Elías Calles y Joaquín Amaro, no sólo en la burocracia y el Ejercito Nacional, sino que fue extendida a los sindicatos mediante un corporativismo creciente que penetró todos los ámbitos de la sociedad al cooptar y establecer un sistema de control sobre el sector obrero, campesino y popular de la sociedad civil, situación que describo en el documento México: 101 años de corrupción.
En este documento señalo que, en 1927, el General de División Arnulfo R. Gómez, planteó la necesidad de establecer un Servicio Civil de Carrera, a través del cual buscaba prevenir la corrupción mediante el aumento sustancial de sueldos, el redimensionamiento de la burocracia para tener personal capacitado, especializado y bien pagado; la creación de un riguroso escalafón para los ascensos; la comprobación de la idoneidad necesaria para el desempeño de los puestos públicos y la eliminación absoluta de la influencia oficial para ocupar un puesto en la burocracia, entre otros, con el objetivo final de lograr una administración pública reducida, eficiente, profesional, especializada y bien pagada, a fin de que estuviera exenta de actos de corrupción y para que fortaleciera a las instituciones públicas y las hiciera más eficientes y eficaces.
Este proceso, inteligente y sanamente ideado, era la extensión a la sociedad, del esquema y protocolo de desarrollo que el General Gómez había propuesto para la reestructuración, institucionalización y modernización del Ejército Nacional Mexicano, tarea que le había solicitado realizar, el Presidente de la República en 1921, misma con la que cumplió diligentemente, motivo por el cual, el 16 de septiembre de 1923, por orden Presidencial fue creado el Trofeo Copa General Arnulfo R. Gómez, a fin de reconocer a la Excelencia en el Ejército Nacional Mexicano y premiar a los Cuerpos vencedores de los Concursos de Infantería y Artillería en la realización de ejercicios y procedimientos que se siguen en la Guerra Moderna.
Este proceso de profesionalización y fortalecimiento del Instituto Armado fue enriquecido, por el General Gómez a través de la creación de la Revista Militar Marte, en 1922, en la cual plasmó la serie de conocimientos, experiencias e ideas que había acumulado en el desarrollo de su exitosa carrera militar que, hasta ese año, incluía 21 campañas y 71 hechos de armas, récord que ningún otro general ha igualado.
Como parte de este proceso de profesionalización del Ejército Mexicano, en 1924, el General Gómez publicó su primer libro El Centinela, también conocido como Manual del Ordenanza, a través del cual sentaba las bases para el desarrollo del Ejército Nacional Mexicano, para el periodo 1924 – 1924, a través de propuestas muy precisas que serían implementadas a través de la Comisión Móvil Reorganizadora del Ejército, también propuesta por el General Gómez e integrada por un General Honorable, con un Estado Mayor Eficiente.
El 15 de enero de 1926, presentó su segundo libro, Estudios Militares, mismo que elaboró después de su viaje de estudios a West Point, Fort Benning y Fort Riley, en EE. UU., así como a las principales academias e instalaciones militares de los 5 ejércitos más modernos de Europa: Alemania, Bélgica, España. Francia e Italia, incluyendo las fortificaciones españolas en el protectorado de Marruecos.
A través del mismo, realizó 25 propuestas que tenían como base, la creación de la Escuela Superior de Guerra, con el objetivo de lograr un desarrollo óptimo del Instituto Armado, así como otras propuestas que iban más allá de la función sustantiva del Ejército Nacional, mismas que tendrían amplias repercusiones de índole político, social y económico en nuestro país, y que complementaban las propuestas realizadas en su primer libro El Centinela, entre las cuales destacaba la capacitación de la mano de obra.
El Programa de Capacitación de la mano de obra propuesto señalaba la necesidad de, adicional a lograr la instrucción elemental, capacitar a los soldados en un oficio lucrativo según su vocación, para su reintegración a la vida civil de una manera más adecuada. La base de este proyecto era realizar la capacitación de los efectivos en el interior de los cuarteles o a través de campamentos y talleres-escuela, aprovechando sus horas francas, en oficios tales como electricistas, herreros, carpinteros, maquinistas, choferes etc., que se tradujera en beneficios personales para los soldados, para el Instituto Armado y para el país, certificada por la Secretaria de Guerra y Marina.
En este sentido, resulta decepcionante que, fue hasta los años 50 que, en México, se generó un proceso de capacitación de la mano de obra a través de la instalación de maquiladoras transnacionales, primero a través de la capacitación para el trabajo en la industria maquiladora de la confección y, al inicio de los años 60, a través del adiestramiento realizado por las plantas ensambladoras de la industria automotriz y electrónica; sin embargo, no es sino a partir de 1962 que el Gobierno Federal acomete oficialmente este problema con el establecimiento del Sistema de Centros de Capacitación cuyo objetivo era brindar capacitación complementaria a trabajadores no calificados.
Si bien en ese año se dieron los primeros pasos, es hasta 1963 con el Plan Nacional de Capacitación para el Trabajo que se crearon los 10 primeros Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI).
Finalmente, hay que señalar que el Servicio Civil de Carrera, formalmente, fue establecido en México, hasta el 3 de abril de 2003, a través de la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal, lo que significó 76 años de pérdida en la creación de capital humano en nuestro país, pero en la realidad, hasta la fecha, han sido 95 años desperdiciados por la pésima instrumentación de este generoso proceso selectivo.
El vínculo a través de cual se puede acceder a los 143 análisis del Inventario de Errores y Omisiones en Comercio Exterior lo incluyo a continuación: