En 2013, el escritor estadounidense Stephen King –el más prolífico en temas de literatura de horror– publicó el texto Guns (Armas) para referirse al tema candente de los tiroteos en escuelas. En 1977 había publicado la novela Getting it on que fue de las primeras –si no la primera– que tocó el delicado tema de estudiantes que tiroteaban a compañeros y explicó que cuando menos cuatro casos de masacres en escuelas habían referido a sus autores justamente a su novela.
King se refirió en su texto a la decisión del presidente Obama en enero de 2013 de firmar 23 órdenes ejecutivas y tres iniciativas para frenar la proliferación de armas y endurecer las penas por uso y posesión legales de armas, desde su punto de vista que reconocía la vigencia de la Segunda Enmienda para la propiedad particular de armas de fuego, pero dejando en claro que debían tener controles y sobre todo evitar los aditamentos para convertirlas en armas automáticas con mayor capacidad de fuego.
El texto del escritor King acomodó las iniciativas de Obama en tres grupos, analizó cada una de ellas y sus conclusiones fueron críticas:
1.- Comprobaciones de antecedentes integrales de universales. El escritor era pesimista en cuanto a la eficacia real de esta aduana legal en la compra de armas y dijo que las verificaciones de antecedentes deben conducir a penas severas para los que oculten irregularidades para obtener armas y establecer castigos que se cumplan, “no sólo un tirón de orejas”, porque “estamos hablando de tiempo en la cárcel”.
2.- Sobre la prohibición de ventas de cargadores que contenga más de diez cartuchos, King reconoce con pragmatismo que las armas no necesitan tanta capacidad, “creo que con 8 son suficientes” y sino que “regresen el campo de tiro”. Aun así, aceptaría diez cartuchos En lugar de los 30 o 50 o 100 que existen en la actualidad. Estableció que la idea de la Asociación Nacional del Rifle de poner guardias armados en las escuelas es ridícula, pues se abren posibilidades de fuego cruzado.
3.- Sobre la prohibición de la venta de armas de asalto como el bushmaster o el AR-15, King fue pesimista de la influencia de la Asociación del Rifle y sus congresistas, pero también existen defensores de las armas sin pertenecer a ese grupo.
El escritor de novelas famosas como It y El resplandor, puso como ejemplo el caso de Australia, cuyo gobierno prohibió o restringió las armas automáticas, realizó una recompra para retirar de la propiedad 600,000 armas y disminuyó la capacidad de fuego en la sociedad.
En su fundamentación el escritor –que aceptó poseer tres armas y tener “la conciencia tranquila”– dijo no estar convencido a derogar la Segunda Enmienda, tampoco cree que su derogación o su modificación resuelve el problema de la violencia armada en Estados Unidos, aunque era partidario de un estricto control de armas como paso previo a salvar miles de vidas.
En su conclusión pesimista, Stephen King consideró que las armas de asalto seguirán estando fácilmente disponibles para los locos hasta que las poderosas fuerzas a favor de las armas en este país decidan hacer un cambio similar. “Deben aceptar la responsabilidad, reconociendo que responsabilidad no es lo mismo que culpabilidad. Necesitan decir: apoyamos estas medidas no porque la ley exija que las apoyemos, sino porque es lo sensato”.
Hasta que eso suceda, concluyó, los tiroteos continuarán, “veremos las noticias de última hora, los vídeos borrosos de teléfonos celulares de gente corriendo, los familiares llorosos, los coches fúnebres rodando también veremos, una y otra vez, lo fácil que es para los locos entre nosotros tener en sus manos armas portátiles y eficientes de destrucción masiva, porque así es como se bate”.
No olvides seguirnos y mantenerte actualizado con El independiente.