Encabezada por el senador por Texas John Cornyn y con una agenda que contemplaba temas como migración, seguridad fronteriza y combate al fentanilo, una delegación bipartidista de legisladores visitó el pasado domingo 19 de marzo Palacio Nacional para reunirse con el presidente López Obrador.
Este hecho contrasta con las fuertes declaraciones que algunos legisladores estadounidenses han hecho luego de la propuesta para que los cárteles mexicanos del narcotráfico sean declarados como organizaciones terroristas para que el ejército de dicha nación pueda actuar en su contra, aún en territorio mexicano.
La manera en que se intercambiaron declaraciones entre el mandatario mexicano y los congresistas de la Unión Americana mostró que se trata de un tema que afecta la relación bilateral entre ambas naciones.
De acuerdo al comunicado difundido por la presidencia de México, “el primer mandatario mexicano reconoció el trabajo que el presidente Joseph Biden y el gobierno de Estados Unidos realizan en materia de migración; tras celebrar la decisión de otorgar permisos humanitarios a personas migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, recordó que estas opciones no existían antes, lo que demuestra la voluntad para abrir vías de movilidad laboral y dar cauce a una migración más ordenada, segura y regular”.
Pero más allá del hecho de que el encuentro se llevó a cabo, lo que hay que destacar son dos puntos; el primero es que la visita de los legisladores estadounidenses contó con todo el apoyo de la Casa Blanca, esto es consonancia con las declaraciones de voceros de la presidencia de la Unión Americana de que no concuerdan con la iniciativa de declarar como organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos del narcotráfico o de utilizar a sus fuerzas armadas en el combate a éstas, algo que coincide con el rechazo mostrado por el presidente López Obrador.
Y segundo, que el artífice de la reunión fue el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, alguien quien es percibido como cercano al mandatario mexicano y que mantiene la puerta abierta en Palacio Nacional y que también coincide con el rechazo a lo propuesto por legisladores republicanos.
El embajador Salazar se ha mostrado como un aliado de López Obrador y convocar a un encuentro con el presidente mexicano es parte del apoyo.
Así que ante las diferencias con el ala más radical del Partido Republicano, Ken Salazar se muestra como un aliado importante del presidente mexicano ante lo que parecía configurarse como una crisis en las relaciones bilaterales, con una agenda compleja que propicia iniciativas como la presentada recientemente y que involucra al ejército estadounidense.
La delegación estadounidense estuvo conformada por el embajador Ken Salazar, así como los senadores demócratas: Chris Coons (Delaware), Chris Murphy (Connecticut); y Peter Welch (Vermont), los republicanos: Jerry Moran (Kansas), Mike Lee (Utah); Shelley Moore Capito (Virginia Occidental); y la senadora independiente por Arizona, Kyrsten Sinema, además de los congresistas demócratas por Texas: Henry Cuéllar, Vicente González y Verónica Escobar, y la republicana por Florida, María Elvira Salazar.
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