En una noche de horror, un potente terremoto sacudió Marruecos, dejando un devastador saldo de más de 1,000 personas muertas y cientos de heridos. Este trágico evento se convierte en el terremoto más mortífero que ha golpeado al país en más de seis décadas. Las áreas más afectadas se encuentran en las remotas aldeas de montaña, donde los equipos de rescate luchan desesperadamente por encontrar sobrevivientes entre los escombros.
El terremoto se produjo en las montañas del Alto Atlas de Marruecos, cerca de la ciudad de Marrakech, siendo esta la más cercana al epicentro. Aunque Marrakech sufrió daños en edificios históricos, las zonas más afectadas se encuentran en las montañas circundantes.
El Ministerio del Interior informó que al menos 1,037 personas perdieron la vida y 672 resultaron heridas a causa del terremoto. El Servicio Geológico de Estados Unidos evaluó la magnitud del sismo en 6.8 y situó su epicentro a aproximadamente 72 kilómetros al suroeste de Marrakech.
En las áreas más afectadas, como el pueblo de Amizmiz cerca del epicentro, los equipos de rescate se afanan en buscar sobrevivientes entre los escombros. Un testigo relató la desgarradora historia de una familia que no logró escapar de su casa derrumbada. A pesar de los esfuerzos, solo encontraron los cuerpos del padre e hijo, mientras que la madre y la hija aún están desaparecidas.
Este trágico evento se extendió más allá de las fronteras de Marruecos, ya que los temblores se sintieron en lugares tan lejanos como el sur de España, en Andalucía.
En Marrakech, los residentes pasaron la noche al aire libre, temerosos de regresar a sus hogares. En la ciudad vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el minarete de una mezquita se derrumbó en la plaza Jemaa al-Fna.
Los heridos llegaron desde las áreas circundantes en busca de tratamiento médico. En algunas aldeas, como Moulay Ibrahim, la destrucción fue extensa, con casas derrumbadas y grupos de mujeres observando cómo se cavaban tumbas.
Este terremoto se convierte en el más mortífero en Marruecos desde 1960, cuando un sismo cobró la vida de al menos 12,000 personas. Expertos señalan que el evento fue inusualmente grande para la región, ocurriendo a una profundidad de 18.5 kilómetros.
Gobiernos de todo el mundo expresaron su solidaridad y ofrecieron asistencia. Turquía, que enfrentó terremotos mortales en febrero, se ofreció a brindar apoyo. Argelia, a pesar de las tensiones políticas con Marruecos, abrió su espacio aéreo para vuelos humanitarios y médicos.
La comunidad internacional se une en duelo por esta tragedia, mientras Marruecos se enfrenta a la ardua tarea de recuperarse de este desastre natural sin precedentes.
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