Sin ninguna estrategia oficial para atender las presiones inflacionarias la tasa del índice de precios al consumidor sigue subiendo por efecto de precios de alimentos y del impacto en sectores comerciales.
El INEGI informó ayer que la tasa anualizada de inflación de febrero fue de 7.3%, contra el 7.1 por ciento de enero y que los aumentos en gas doméstico (5.7%), limón (15.2%) y aguacate (8.7%) mantuvieron la tendencia alcista de las cifras inflacionarias.
Los datos del índice al consumidor de mes de febrero comenzaron en 2020 y no han podido declinar, debido sobre todo a la falta de una estrategia de atención a los principales sectores de alimentos. la tasa de inflación de febrero del 2022 fue del doble del alcanzada en febrero de 2020.
La expectativa gubernamental de inflación sigue situada en un promedio de 3.4% para este año y de 3% para el 2023, con datos de la inflación de 3.7% en el 2020 y 7.4% en 2021.
El gobierno federal se ha negado a establecer mecanismos de vigilancia sobre el nivel de precios, al grado de que se estima un alza promedio de alrededor de 20% en los precios de los productos de la canasta básica. Lo que ha ayudado atenuar el impacto inflacionario ha sido el alza del salario mínimo en 20.2% para este año, aunque la población vinculada al salario mínimo oficial ha disminuido en las recontrataciones registradas y ha aumentado el subempleo con rangos menores a los límites establecidos por la ley.
Las expectativas gubernamentales siguen manteniendo la meta inflacionaria de 3.4%, pero sin instrumentos de vigilancia sobre los precios. Las expectativas de los agentes económicos consultados por Banco de México siguen aumentando sus estimaciones sobre la inflación y la ubican en 5% anual con los resultados de los dos primeros meses del año.