La Junta de Gobierno del Banco de México decidió incrementar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 6.5%, con efectos a partir del 25 de marzo de 2022. Lo anterior para contener la inflación.
Los indicadores disponibles apuntan a una moderación de la actividad económica mundial durante el primer trimestre del año. La inflación global siguió aumentando, presionada por los cuellos de botella y por los elevados precios de alimentos y energéticos.
La banca central explicó que esto ha generado expectativas de una reducción más acelerada del estímulo monetario a nivel global. Las condiciones financieras tuvieron un apretamiento, donde las tasas de interés aumentaron y el dólar se fortaleció, en un contexto de mayor aversión al riesgo asociado al reciente conflicto geopolítico.
Además, explica el banco central, en la última decisión, la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó la tasa de fondos federales en 25 puntos base y comunicó que anticipa realizar incrementos adicionales en el resto de las reuniones de 2022, si bien señaló que podría ajustar el ritmo de esta postura ante riesgos que impidan el cumplimiento de sus objetivos.
A su vez, un amplio número de economías emergentes continuaron incrementando sus tasas de referencia. Entre los riesgos globales destacan los asociados a la pandemia, la prolongación de las presiones inflacionarias, el agravamiento de las tensiones geopolíticas y mayores ajustes a las condiciones monetarias y financieras.
En los mercados financieros nacionales, el tipo de cambio se apreció ligeramente, si bien mostró algunos episodios de volatilidad, y las tasas de interés aumentaron en línea con lo observado a nivel global. Los indicadores disponibles sugieren que la reactivación económica podría haberse reanudado a inicios de 2022.
Se mantiene un entorno incierto con amplias condiciones de holgura, aunque se anticipa que sean menores a las del trimestre previo. A los choques que han afectado a la inflación a lo largo de la emergencia sanitaria se añaden las presiones derivadas del conflicto geopolítico.
De esta forma, en la primera quincena de marzo las inflaciones general y subyacente registraron tasas anuales de 7.29% y 6.68%, respectivamente, mientras que sus expectativas para 2022 y 2023 volvieron a incrementarse.
Para el mediano plazo, las expectativas para la general aumentaron en el margen y para la subyacente no se modificaron, mientras que las de largo plazo se han mantenido estables en niveles superiores a la meta. Ante las mayores presiones inflacionarias, los pronósticos de las inflaciones general y subyacente se revisaron al alza para todo el horizonte y ahora se prevé que la convergencia a la meta de 3% se alcance en el primer trimestre de 2024.