Ante la determinación de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de invalidar el decreto presidencial que declara de seguridad nacional y de interés público las mega obras del régimen, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó que ya se esperaba que el Poder Judicial las frenara, pues a la Corte “ya la perdimos”. Está dedicada a promover amparos en contra de las obras del gobierno, afirmó.
“Nos adelantamos porque sabíamos que en la Corte había la intención de frenar las obras del Istmo y otras de beneficio para la gente. La Corte, como se dice coloquialmente, ya la perdimos. Creo que siempre había estado alejada del pueblo y cercana al poder, pero ahora de manera descarada están al servicio de los potentados, de la minoría, de lo que teóricamente se conoce como la oligarquía, el poder de los ricos”.
Afirmó que los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial pertenecen a una asociación denominada Litigio Estratégico, dedicada a proteger el tráfico de influencias. No es que sean buenos abogados, tienen a sus ayudantes que hacen el trabajo legal, pero lo esencial en su labor son las relaciones públicas. Este grupo, que encabeza Claudio X González, influye mucho en la Corte, comentó el jefe del Ejecutivo.
Todos los amparos se promueven por este grupo de abogados vinculado a los jueces y ministros de la corte. En este grupo figuran desde el ministro en retiro José Ramón Cossío Díaz, hasta Gerardo Carrasco, quien aparece en todas las demandas de amparo y Fernando Gómez Mont, “uno de los abogados más ricos de México y el mundo, porque es una eminencia en el manejo de influencias, su especialidad es el tráfico de influencias con ministros, diputados y senadores; además tienen a sus ayudantes que hacen el trabajo legal”.
Un día antes, el ministro Alberto Pérez Dayán declaró que ellos no se van a doblar, que van a seguir defendiendo la Constitución y rechazó que jueces, magistrados y ministros deban ser electos popularmente.
López Obrador responde: “Sí, ellos deben seguir defendiendo su postura; nosotros hemos aprendido que el que se aflige se afloja. Ellos no defienden la Constitución, defienden sus intereses. La violan en el artículo 117 que establece que nadie puede ganar más que el Presidente y ellos con argucias tienen esos privilegios en abierta violación a la Constitución”.
Pérez Dayán expresó en la presentación del libro ‘La defensa y la remediación de los derechos sociales’ que magistrados y ministros “Estamos fuertes y convencidos de lo que hacemos. El día que la Constitución cambie y diga otras cosas, haremos que esas otras cosas se cumplan, pero mientras no estén, haremos que se cumplan las que están, a costa de lo que sea”.
Desde el Salón Tesorería López Obrador reaccionó: “Los ministros de la Corte no tienen ningún aprecio a las acciones en beneficio del pueblo, es como vivir en otro mundo. Existe un divorcio completo entre este aparato que simula impartir justicia y las necesidades de la mayoría de los mexicanos, por eso insistimos en que se necesita una reforma del Poder Judicial”.
Aclaró el ministro Pérez Dayán que la democracia no se mide por cómo se llega al cargo sino porque se obliga a que se cumpla todo aquello que la ley establece en beneficio de quienes la merecen; “el Juez se convierte, a pesar de que su origen no es electoral, en un juez demócrata, porque aquello que se exige se tiene que cumplir a través de sus sentencias”.
Sin embargo, López Obrador manifestó su seguridad de que, si se convoca al pueblo a votar por los jueces, magistrados y ministros, los candidatos tendrían que cumplir requisitos como ser abogados incorruptibles, rectos y cultos; con maestría o doctorado en derecho, pero sobre todo, con integridad y vocación de impartir justicia y que la gente conozca sus trayectorias y de cien, elegir a los once ministros de la Corte. Claro que se puede, dijo.
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