Los partidos políticos en México están adueñados por una burocracia aristocrática donde todos sus dirigentes son impresentables, sólo protegen los intereses de la cúpula partidista y los personales, se han alejado cada vez más de la población y el abstencionismo crezca en cada proceso electoral y haya una participación menor al 50 por ciento de los ciudadanos; además, hay un hartazgo de la sociedad porque estas organizaciones no abren sus puertas a otros liderazgos sociales o nuevas caras que permitan refrescar a estas instituciones políticas y que actualmente vivan una grave crisis de credibilidad y de representatividad.
Asimismo, la llamada alternancia en el poder en México no ha resuelto los problemas de los mexicanos, ya que las tres principales fuerzas políticas que han estado en el poder han repetido los mismos errores del pasado, de utilizar los programas sociales para comprar las conciencias de los grupos más pobres del país pero no les resuelven realmente sus problemas, mientras a la clase media la tienen en el abandono y a merced de la inseguridad, la falta de una educación de calidad, fuentes de empleo bien remunerados y un sistema de salud de bajo nivel.
En los últimos años se ha observado la carencia de un compromiso ideológico y político con la sociedad, ya que actualmente la llamada clase política que ocupa curules y escaños en el Congreso de la Unión, los utiliza como trampolín político para escalar posiciones y no cumplen con las promesas que hicieron en campaña.
Además, en caso de no obtener esa posición de inmediato buscan en otro partido político esa candidatura que tanto anhelan y hacen a un lado esa obligación adquirida con los electores que confiaron en ellos.
Los maestros Leonardo Figueiras, de la Faculta de Ciencias Política y Sociales de la UNAM; Jessica Rojas de la Facultad de Estudios Superiores de Aragón; Jorge Aljovia Navarro, maestro del ITAM y Javier Santiago, investigador de la UAM-Iztapalapa, consideraron que está crisis del sistema de partidos políticos en México no es nueva ni tampoco exclusiva, ya que a nivel mundial se vive una situación semejante a la que se vive en nuestro país.
Indicaron que está problemática de las organizaciones partidistas se debe en gran parte por la pérdida de representatividad de los diferentes sectores sociales y esto también se refleja al interior de la Cámara de Diputados como del Senado de la república, donde vemos a las mismas caras y no hay una renovación de cuadros.
Tanto los partidos de oposición como el partido mayoritario están dominados por una cúpula que sólo busca perpetuarse en el poder y por eso no permiten el surgimiento de nuevas figuras y, con ello, una renovación de las dirigencias. Ahí están los casos de Alejandro Moreno Cárdenas, en el PRI; de Marko Cortés, en el PAN; Jesús Zambrano en el PRD; Dante Delgado, en Movimiento Ciudadano; Alberto Anaya, en el PT; Mario Delgado, en Morena; y los González Torres, así como sus allegados, en el PVEM.
El doctor en Ciencia Política de la FCPyS de la UNAM, Leonardo Figueiras, aclaró en primer lugar que el sistema electoral de México hoy en día es superior al de Estados Unidos, porque aquí la gente vota directamente por el candidato de su preferencia y no como en el vecino país del norte.
Otro problema que enfrentamos actualmente, dijo, es que hay un déficit en la cultura política de México. “Hay una crisis mundial de representación por parte de los partidos políticos, ya que nos han dejado de representar a nivel internacional y nuestro país no es la excepción”, subrayó.
Actualmente, abundó, se está dando una crisis tanto en los partidos de izquierda como de derecha, donde un grupo se apropia de la jerarquía de las organizaciones partidistas y surge una burocracia aristocrática que se apodera de ellas y sus dirigentes “son impresentables y lo estamos viviendo en este momento en nuestro país”.
Por su parte la maestra Jessica Rojas de la FES Aragón, consideró que no hay fórmulas mágicas para vencer al abstencionismo que se registra en las elecciones de nuestro país ya que el promedio de participación apenas llega al 50 por ciento.
Este fenómeno, estableció, es consecuencia del cansancio y del hartazgo de los ciudadanos, porque no hay candidatos ni partidos políticos que promuevan la participación de la población. Además, abundó, hay una descomposición social, económica y política en el país que nadie quiere ver.
A ello, continuó, hay que sumarle el proceso de crisis del sistema político mexicano que se viene dando desde 1990, con las primeras alternancias de poder que se dieron a nivel local entre el PRI, PAN y PRD, quienes de alguna manera concretaban el 80 por ciento de la participación ciudadana.
Desgraciadamente, aseguró, los partidos políticos han hecho a un lado a la ciudadanía en la designación de candidatos a puestos de elección popular y prefieren postular a la gente más cercana a la cúpula partidista.
Un ejemplo de ello, insistió, es que en las elecciones del domingo las clases medias no salieron a votar, los que lo hicieron fueron aquellos sectores que reciben los apoyos de los programas sociales. Es decir, continuó, Morena está repitiendo los mismos errores del pasado que cometieron el PAN y el PRI de utilizar los apoyos para comprar conciencias.
Jorge Aljovin Navarro, maestro del ITAM, afirmó que los liderazgos de los partidos políticos se han agotado y han dejado de representar a la ciudadanía y menos del 50 por ciento de los electores salió ayer a votar y es una perspectiva de lo que pueda dar en las elecciones del 2024.
Lo que requiere el país y lo que exigen los mexicanos, manifestó, son elecciones competidas y una verdadera renovación de cuadros y quiere ver a nueva gente en las Cámaras de Diputados y Senadores, porque ya están cansados de ver a un Santiago Creel, a un Jesús Zambrano, a un Alejandro Moreno, o a ex priistas que ahora militan en Morena.
Todo ello, comentó, ha generado que la población se aleje de los partidos políticos y que estos hayan entrado en una crisis de representatividad y legitimidad.
En tanto el maestro de la UAM-Iztapalapa, Javier Santiago, afirmó que a partir de ahora y hasta el 2014 el PRI va a enfrentar una situación difícil y corre el riesgo de convertirse en un partido sin presencia al igual que el PRD, el cual puede perder su registro y el único que puede mantenerse y sobrevivir de alguna manera sería Acción Nacional.
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