Con argumentos de que el crimen organizado está rebasando la capacidad de la agencia, la DEA será sometida a una cirugía mayor, con el principal objetivo de someterla a control de la comunidad de inteligencia de la Casa Blanca y al Departamento de Justicia y también se le pondrán mecanismos de supervisión estricta para sus operaciones en el extranjero.
La DEA admite que es una agencia “vintage”, destartalada y rebasada por las dos principales organizaciones criminales transnacionales de origen mexicano, el cartel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva generación, la agencia estadounidense reconoce que en 50 años no ha realizado una evaluación “exhaustiva y estratégica de su presencia en el extranjero” esto es, desde que envió a sus agentes al exterior por primera vez. Advierte que las nuevas amenazas proceden de las drogas sintéticas como el fentanilo, por ello es primordial garantizar que sus operaciones fluyan con buena comunicación interna, agilidad y flexibilidad, por lo que organizó hasta septiembre de 2022 “grupos especiales” sobre México para enfrentar esta amenaza global que representan los carteles mexicanos y que cobra muertos contables desde 2020. Es así que la agencia se moderniza bajo el lema “Una DEA”, más vale tarde que nunca.
En el documento Report on the Drug Enforcement Administration Foreign Operations Review (Informe sobre la Revisión de las Operaciones Extranjeras de la DEA) publicado este mes, la agencia contra las drogas de los Estados Unidos da a conocer 17 recomendaciones para iniciar todo un “proceso de reajuste” de su presencia en el extranjero, esto incluye metas, objetivos y prioridades “para los próximos 50 años”. Una evaluación que se realiza después de medio siglo de no realizar una autocrítica sobre sus funciones y que se proyecta como “hoja de ruta” para los próximos 50 años, si es que en el próximo lustro no es superada de nuevo por la realidad competitiva de las organizaciones criminales “como el cartel de Sinaloa y CJNG, los cuales modernizan y digitalizan sus operaciones para adaptarse a la economía global”, además, reconoce la agencia en el documento, estas organizaciones están conformadas por “criminales muy sofisticados decididos a llevar a cabo con éxito sus operaciones y evitar ser detectados y perseguidos por las fuerzas de la ley”. Para hacer frente a la violencia y corrupción asociadas con estas redes criminales, la DEA debe seguir invirtiendo en mejorar sus bases de datos y su capacidad analítica con el fin de priorizar la asignación de sus recursos operativos en sus Divisiones en el extranjero, en particular con la mira puesta en los carteles Sinaloa y CJNG, la agencia creo los “Equipos Contra las Amenazas” con el fin de trabajar sin descanso hasta “derrotarlos”.
La agencia señala que sus operaciones en el extranjero son cruciales para mejorar su capacidad de hacer frente a las “amenazas globales” que incluyen a los carteles de la droga, quienes facilitan la distribución mundial de fentanilo, metanfetamina y otras drogas peligrosas, así como los precursores químicos esenciales para la fabricación de sustancias enervantes, a la vez que amenazan la salud y seguridad de los ciudadanos estadounidenses. El documento muestra la presencia internacional de la agencia la cual cuenta con 93 oficinas en el extranjero ubicadas en 69 países y organizadas en ocho “Regiones Extranjeras” dirigidas por “Oficinas Regionales”. Respecto a la estructura actual en México, la agencia cuenta con 11 oficinas incluyendo la Regional, la mayoría de éstas se encuentran ubicadas en la frontera con Estados Unidos: Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros; en el resto del país están en Hermosillo, Mazatlán, Guadalajara, Mérida y la Ciudad de México. En América central hay siete oficinas de la DEA, las cuales junto con las de México reúne la mayor concentración de la agencia en el Hemisferio con 18 oficinas, una zona muy saturada y bien cubierta, que si se observa sobre un mapa resulta ser un largo filtro desde la frontera con América del Sur hasta la frontera norte con Estados Unidos, y aun así pasan toneladas de cocaína, heroína y el temido fentanilo rumbo al mayor mercado consumidor de drogas.
La DEA organizó en México equipos especiales para luchar contra las amenazas que representan los carteles de Sinaloa y el CJNG, el trabajo de estos equipos inició en septiembre de 2022 y se supone que utilizan nuevos métodos y herramientas para analizar y explotar los datos, así como la información que recopila la agencia en todo el país. Entre las acciones que llevan a cabo estos equipos especiales se encuentran: la identificación y el mapeo de las redes criminales de cada cartel; desarrollar y aplicar un plan estratégico para la persecución global de los miembros y asociados de estas organizaciones, y proporcionar paquetes completos de objetivos a las oficinas de campo de la DEA (tanto nacionales como extranjeras) sobre los miembros clave de estas redes criminales.
En una de las recomendaciones estratégicas que realiza el documento se establece que, si bien la agencia ha cosechado importantes éxitos en el exterior e interior de Estados Unidos, también se ha visto limitada por las divisiones entre sus oficinas internas (o son grillas internas y no comparten información) lo que conduce a una mala comunicación y a una incapacidad para establecer una estrategia global dirigida a los objetivos prioritarios que causan mayor daño a los ciudadanos estadounidenses. Las redes de la delincuencia transnacional son cada vez más ágiles y adaptables a las condiciones cambiantes y en respuesta, la DEA debe “alcanzarlos” (con sus equipos que recién creó en septiembre de 2022) y ser más ´flexible en su capacidad para compartir información a nivel interno para priorizar objetivos. Es necesaria una mayor coordinación para desmantelar estas redes criminales, por eso la insistencia de “Una DEA”, para mantener un control sólido sobre la calidad de los datos para la toma de decisiones operativas, la integridad de las mismas y evitar riesgos de futuros incidentes críticos y otros errores operativos.
Otra de las recomendaciones sugiere hacer operativos los procesos y sistemas de datos, esto para unificar la información y la comunicación entre la Sede y las Divisiones Exteriores. La necesidad de este cambio radica en que anteriormente la información estaba “aislada” en las oficinas de la DEA, con información separada en varias bases de datos. También se recomienda aumentar los recursos de la agencia para apoyar a sus Divisiones Extranjeras, es decir además de recursos financieros se requieren recursos jurídicos, tecnológicos, entre otras cosas. Son varias las recomendaciones del documento, todas apuntan a la organización, unificar información, recursos financieros, tecnológicos, actualizaciones jurídicas, etc. Todo indica que la DEA es una agencia lenta, “vintage” y atorada en su burocracia, sin mucho dinero y hasta expulsada de algunos países por “pasarse de lista” como fue en el caso de México. El análisis fue realizado por Jack Lawn y Boyd Johnson, el primero dirigió la DEA entre julio de 1985 a marzo de 1990, cabe recordar que Enrique “Kiki” Camarena fue secuestrado en febrero de 1985, cuando Jack Lawn era administrador adjunto de la agencia por lo que sabrá muy bien eso de los “incidentes críticos” que se presentan en “ambientes de alto riesgo” en ciertas naciones.
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