El pasado 25 de abril el gobernador del Estado de Washington, cuya capital es Seattle (no confundir con el Distrito Central de Washington, sede de los poderes federales), firmó una ley que impide la adquisición por parte de población civil de armas de asalto, es decir armas regularmente largas y automáticas de alto calibre, capaces de efectuar varios disparos por segundo.
Esta determinación es fundamental, y se vislumbraba como necesaria desde hace décadas, cuando comenzaron a presentarse disparos sobre población en general por parte de propios miembros de la sociedad civil, quienes tenían acceso a estas armas que en otros países son de uso exclusivo del ejército.
Con esta determinación, Washington se suma a los otros nueve estados de la Unión Americana en los que la venta de armas de asalto a la población civil ya está prohibida, el gobernador demócrata Jay Inslee fue el encargado de signarla, con el beneplácito del igualmente demócrata presidente de la Unión Joe Biden.
De acuerdo con un reporte de la Universidad de Michigan con información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (información difundida en México por Aristegui Noticias), en 2020 la primer causa de muertes entre menores de 19 años en E.U.A. fue por armas de fuego, la segunda por accidentes automovilísticos y la tercera por consumo de estupefacientes.
Esta determinación de prohibir la venta de armas de asalto a la población civil ha sido promovida por la Casa Blanca y no es de extrañar que sea precisamente en estados cuyo gobernador pertenezca al mismo partido que el presidente, esta ley se acepte.
Adicionalmente es comprensible que ciertos estados de la Unión sean más receptivos en la alineación a la propuesta federal y otros no, especialmente aquellos en los que en términos brutos la población en general está más armada (según información de Statista.com), tal es el caso de Texas, Florida, Virginia y california (por mencionar los primeros); en contraste con aquellos en los que los registros oficiales muestran menor cantidad de armas totales registradas, por ejemplo: Rhode Island, Delaware, Hawai y Vermont (nuevamente los primeros del lado opuesto).
Ojalá pronto se sumen más y más estados (y no sólo de gobernadores de extracción demócrata) en la aceptación de esta legislación.
El autor es doctor en Ciencia Política por la UNAM, profesor de la UAEM (Morelos), cuenta con estancias académicas en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Oxford en Reino Unido, ha sido profesor de licenciatura y posgrado en universidades públicas y privadas en México.
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