El 1 de marzo, El Universal presentó una encuesta que en realidad empezó a mover un tablero que parecía estable en 2022 y que podría haber significado que la pelea sería entre panistas. No es así, o no tiene que ser así.
En la oposición la baraja para el 2024 es más amplia de lo que algunos quisieran. Las encuestas muestran que hay personajes que tienen arraigo y calificaciones nada despreciables cuando se analizan a partir de estudios demoscópicos serios.
Esto es así, porque importan las trayectorias, las campañas en las que se participó y sus resultados.
Es el caso de Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Mancera. No es que lo diga alguien en particular, sino que se desprende de los datos mismos. Ellos se suman a propuestas ya más encaminadas como las de los panistas Santiago Creel y Lilly Téllez.
El 1 de marzo, El Universal presentó una encuesta que en realidad empezó a mover un tablero que parecía estable en 2022 y que podría haber significado que la pelea sería entre panistas. No es así, o no tiene que ser así.
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Ante el cuestionamiento sobre preferencias para encabezar la candidatura por la presidencia de la República un 16 % se pronunció por Miguel Ángel Mancera, 12 % por Beatriz Paredes, 8 % por Lilly Téllez y otro 8 % por Santiago Creel.
El 8 de mayo, en El Financiero se presentó una medición que, ante la pregunta de ¿a quién prefiere como candidato del PAN-PRI-PRD para presidente?, arrojó lo siguiente: Lilly Téllez 15 %, Claudia Ruiz Massieu 12 %, Beatriz Paredez 8 %, Ricardo Anaya 7%, Miguel Ángel Mancera 6 % y Mauricio Vila %.
Y este lunes, también en El Universal se advierte que las preferencias en el ambiente de Va por México serían 19% para Miguel Ángel Mancera, 13 % para Lilly Téllez, 12 % para Santiago Creel, 11 % para Beatriz Paredes, 8% es el rango de Claudia Ruiz Massieu y un 4% el de Silvano Aureoles.
En cuanto a nivel de conocimiento, la empresa Enkoll, con el diario El País, presentó un estudio que arroja que un 54 % conoce a Santiago Creel; un 53 % a Beatriz Paredes; 51 % a Miguel Ángel Mancera; 44 % a Lilly Téllez y un 37 % a Claudia Ruiz Massieu.
Marko Cortés, el líder del PAN, propuso que uno de los filtros de entrada al juego sea solicitar al menos un millón de firmas por cada aspirante. Es poco probable que esta iniciativa prospere, porque puede generar todo tipo de enredos y seguramente conduciría a la división y es muy cara.
Es una discusión que apenas está iniciando, pero Miguel Ángel Mancera, quien por cierto ha manifestado que no considera adecuada la idea de las firmas, podría lograrlo porque tendría el apoyo de liderazgos del PRD en territorio, mantiene interlocución con organizaciones sociales y no lo ven mal en otros partidos.
Algo similar ocurre con Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu, ambas tendrían la posibilidad de darse a esa tarea y les saldría bien porque también conocen a sus militancias, organizaciones y grupos.
Quizá sería más oportuno el establecer encuestas cruzadas, de compañías que sean de la confianza de todos los partidos y participantes involucrados, pero a partir de la construcción de un proyecto de gobierno de coalición en el que queden muy claro que los ejes centrales serán los de la defensa de las instituciones y la democracia, la reconstrucción del sistema de salud y la vuelta a los esquemas civiles en las estrategias para contar con seguridad ciudadana.
Hay que alentar la discusión, analizar los nombres que se reflejan en las mediciones más recientes y dentro de una lógica distinta a la que ha imperado hasta ahora. Ya pasó la etapa de calentamiento y hay que alinear a los mejores perfiles porque la pelea será bastante ruda.
En el PRI, por supuesto, las posibilidades son múltiples, pero una exgobernadora con amplia experiencia legislativa y administrativa, junto a una expresidenta de su partido, canciller y senadora, no suenan nada mal.
En el PRD tienen a quien fue el jefe de Gobierno, que llegó a ese cargo con la votación más grande de la historia en la Ciudad de México. Nadie ha superado sus números, ni antes ni después.
Hay que dar el paso para dejar de pensar solo en los partidos y centrase en el significado de Va por México. Bajo ese prisma las oportunidades son más amplias porque de lo que se trata de hacer una campaña exitosa.
Hay tela de dónde cortar y hay un abanico plural.
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