La Información es una de las acciones básicas que ponen en marcha los mecanismos totales de la comunicación social. (Las otras tres acciones básicas son: La publicidad, la propaganda y las relaciones públicas).
Hoy se cumplen 39 años del asesinato de Manuel Buendía, y el mejor homenaje que se le puede rendir es recordando el legado que dejó a quienes ejercemos una de las profesiones más antiguas del mundo, decía, o sea, el periodismo. Buendía fue reportero policiaco, columnista, director de periódicos, comentarista de televisión, maestro en la UNAM… pero también un estudioso de la comunicación social, de la que expresaba hace más de 40 años:
“La comunicación social es, por definición, un elemento indispensable para la gestión democrática de las comunidades humanas, es decir, para la política. La Información es una de las acciones básicas que ponen en marcha los mecanismos totales de la comunicación social. (Las otras tres acciones básicas son: La publicidad, la propaganda y las relaciones públicas).
“No hay sociedad sin comunicación. No hay comunicación sin información. El periodismo es esencialmente información. Por tanto, el periodismo es un instrumento de la comunicación social, y, en consecuencia, el periodismo es parte de la política. Todo el periodismo pertenece a la política. Todo, incluso la nota roja que expresa, que da a conocer, que avisa o advierte sobre síntomas de degeneración social como pueden ser violencia, el crimen, la impunidad. Y son también hechos políticos hasta las páginas llamadas “de sociales”, porque en ellas se expresan las desigualdades y los procesos de corrupción o desequilibrio, que eventualmente tienen traducciones en conflicto, que llegan a sacudir profundamente la precaria estabilidad.
“Un buen politólogo, un sociólogo, un comunicador podría anticipar problemas de desestabilización política con solo observar, analizar, evaluar cuidadosamente la información que se desprende de esas páginas destinadas a reseñar la frivolidad, la ostentación de la riqueza de la gente bonita, de los Quick, de los nice. (“Fifis” en esta administración, diría cualquiera).
“Sin embargo, el concepto ‘periodismo político’ para muchas personas practicantes o no de esta clase de literatura, connota más bien las actividades de los articulistas, de los columnistas que destinan sus espacios en los periódicos a informar sobre vida y milagros de esos seres conocidos con el nombre genérico de ‘los políticos’; o bien se especializan en el análisis crítico de los hechos y conductas del gobierno y sus funcionarios.
Se ha llegado a decir que cierta crítica que se podría ejercer ‘por un generoso privilegio que otorga el sistema’. No hay tal. No queremos ni debemos admitir privilegios. Privilegio es que nos lean los campesinos, los obreros, los estudiantes, las amas de casa, los profesionistas, y manifiesten interés en lo que hacemos. Privilegio es haber nacido en México y tener en las manos la oportunidad real de servicio. Privilegio es recibir la injuria del cacique, la amenaza y la calumnia como respuesta a una denuncia escrita, firmada y publicada.
“Conceder privilegios al margen o por encima de la ley es indebido, es indigno y es corrupto. Pero es verdad, una triste verdad, que el sistema ha concedido privilegios a ciertos periodistas que han estado dispuestos a tomarlos, a servirse de ellos, para vivir y medrar, para desertar de sus deberes sociales.
“De hecho, cierta clase de prensa que hay en el país, es un producto terminal, neto, de eso que llamamos el Sistema, es decir, nuestro Mexican Way of Life. Pero ni el susodicho Sistema nos representa a todos todo el tiempo, sin disidencias o inconformidades, ni –por tanto—la única prensa que existe en el país es esa, la creada por los privilegios que otorga el Sistema”.
¡Eso y más decía Manuel Buendía hace casi 40 años en sus elogios y críticas a la comunicación y al periodismo! Cualquier parecido con lo que ocurre hoy NO es coincidencia.
@LuisSotoAgenda
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