Los resultados de las elecciones de Coahuila y Estado de México, estaban más que vistos, queda claro que el PRI solo ha mudado de piel, pasando sus activos a las filas de Morena.
La elección del pasado 4 de junio, fue una gran farsa, orquestada desde las cúpulas de los partidos PRI y Morena, el mismo Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, denunció esta maroma política, que terminó en una repartición de pastel.
Sin duda, Morena lleva los pasos del PRI, y está en miras de convertirse en un partido hegemónico, pero lo grave de esto, es que lo hace sin los verdaderos morenistas.
Las víboras, cambian de piel, mudan, así le ha pasado al PRI, Morena prácticamente es su hijo putativo; basta observar con que personajes ha ganado el partido guinda las gubernaturas y quienes rodean a los gobernadores, para darnos cuenta que son viejos priistas.
Para muestra un botón basta, el caso de Tamaulipas, con Américo Villarreal, un ex funcionario priista de medio pelo, que por años mantuvo dos plazas en el sector salud de este estado por ser hijo de un ex gobernador priista y hoy gobierna con priistas, a los que les ha dado nombramientos por toda la entidad.
Nomás para que vean y se echen ese trompo a la uña, Villarreal tiene como jefe de asesores a Ricardo “El Negro” Gamundi, ex presidente del PRI estatal en época de Eugenio Hernández Flores.

Morena es un PRI más rancio, que pasó de rojo a guinda; en el caso de Tamaulipas, Villarreal se siente en deuda con Eugenio, quien lo mantuvo como subsecretario de salud durante su sexenio, bajo la recomendación de Rodolfo Torre Cantú, ex candidato del PRI asesinado.
Con la muerte de Rodolfo, su hermano Egidio usufructo el poder, sin haber aparecido en la boleta electoral fue gobernador y Villarreal durante ese sexenio continúo en la secretaria de salud, para posteriormente ser postulado en el 2018 a la senaduría por Morena.
Por eso Villarreal tiene consideraciones con el viejo PRI rancio de Tamaulipas, otro ejemplo es el de Manuel Muñoz Cano, ex secretario particular de Eugenio y coordinador del Partido Verde en esta entidad e hijo de aquel diputado federal del mismo nombre y apellido, acusado como autor intelectual de la muerte de Francisco Ruiz Massieu, ex secretario general del PRI.
Morena en realidad no es un partido de izquierda, es el Nuevo PRI, convertido en la agencia de colocación de empleo de los priistas.
Movimiento Ciudadano, desde antes de arrancar las precampañas de Coahuila y Estado de México, anunció que no presentaría candidatos para estas elecciones porque no sería parte de la farsa e incluso acusó a Morena y al PRI de pactar para repartirse el pastel de estas dos gubernaturas.
La gubernatura del Estado de México sería para Morena con Delfina Gómez como gobernadora a cambio de impunidad para Alfredo del Mazo y la de Coahuila para el PRI.
Pese a que la candidata de la alianza Alejandra del Morral, logró remontar en las preferencias, gracias al refuerzo de algunos ex gobernadores priistas como el tamaulipeco Manuel Cavazos Lerma, no le fue suficiente para alcanzar a Delfina Gómez; las malas lenguas dicen que Del Mazo, le sacó el hombro a Del Morral, porque ese era el pacto, entregar la gubernatura a Morena.
El caso de Coahuila, se podría decir que fue un triunfo contundente para el PRI y sus aliados, pero la realidad es que Morena jugó a perder, pulverizando su alianza, partiendo su voto en tres, por un lado, el senador Armando Guadiana Tijerina, quien por segunda vez pierde la gubernatura.
El PT postuló a Ricardo Mejía, al que Mario Delgado no logró bajarlo del ring y la otra variable fue que el partido Verde lanzó su propio candidato en la figura del tres veces alcalde de Acuña, Evaristo Lenin Pérez.
Sin sus aliados Morena, mordió el polvo en Coahuila, Manolo Jiménez, será el gobernador; pero algo importante que tomaron en cuenta los coahuilenses fue la continuidad que el candidato de la Alianza Ciudadana le dará a la seguridad, que Miguel Riquelme les ha garantizado, al menos mejor que en muchas otras entidades del país.
Los ciudadanos de México entero, lo que más desean es seguridad y hay que recordar, que Riquelme ha sido un gobernador muy atento en ese sentido.
En octubre del año pasado Miguel Riquelme le exigió al gobierno federal, la liberación con vida de uno de sus alcaldes, que había sido secuestrado por el Cártel del Noreste cuando circulaba por la carretera de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Todos estos factores, la continuidad del combate a la inseguridad con Manolo Jiménez y pulverizar el voto de Morena, logró que lo pactado se concretara con mayor facilidad para el triunfo del PRI y sus aliados en Coahuila.
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