Las bodas en las que se llega frente al altar enarbolando una bandera del arcoíris tienen una sobredosis de sentimientos asociados con la victoria. Como si fuera una carrera de obstáculos en la que, a pesar de las caídas, se obtuvo el primer lugar; como si fuera una guerra en la que, con todo y las heridas de la batalla, se regresa a casa con vida. En ese mundo cada vez más cercano en el que se unen en matrimonio dos iguales, el triunfo suele quedar en un rango superior al del amor romántico.
Así fue la boda de Saskia Niño de Rivera y Mariel Duayhe: un triunfo. Su historia previa al “Sí, acepto” ya ha sido contada en distintos medios. Lo que ahora me corresponde contarles, en primera persona porque estuve entre los invitados al enlace, son los detalles del día más importante de la historia de amor de la fundadora de la organización Reinserta y la primera mujer representante de futbolistas reconocida por la FIFA en México.
La cita para presenciar la ceremonia por lo civil fue el pasado sábado 3 de junio a las 12:00 del día. Las coordenadas fueron la casa de los papás de Saskia, en las Lomas de Chapultepec.
Como lo marcan las reglas de urbanidad, el anfitrión, don Luis Miguel Niño de Rivera nos recibió a todos los invitados en la puerta. Encantador, como siempre. Y aquí, antes de seguir con la crónica quiero abrir un paréntesis para contarles el chisme de que en la casa contigua vive nada más y nada menos que el único, el inigualable, el inconfundible ¡¡¡¡Miguel Bosé!!!! Cierro el paréntesis para seguir.

En los jardines de la propiedad se instalaron diversas sombrillas blancas de gran tamaño para guarecer a los invitados del potente Sol que, esa tarde, decidió calentar más que de costumbre. Un camino de tapetes de petate indicaba el paso hacia la mesa donde las novias escucharían la epístola de Melchor Ocampo. Pegado a la barda llena de enredaderas había un back de coloridas flores que corrió por cuenta de la empresa Flor de Loto. En lo alto de esta obra de arte floral, ondeaba una bandera del arcoíris, símbolo del orgullo de la diversidad sexual.
Mientras nuestros cuerpos latinos aguardaban el paso de las novias, nos apapacharon el paladar las burbujas de Moët & Chandon que circularon a diestra y siniestra en charolas llevadas y traídas por meseros perfectamente uniformados. En punto de las 12:35, comenzó a sonar “Quería volverte a ver”, interpretada por Los Claxons & Román Torres. Con ese fondo Mariel principió la marcha, enfundada en un traje de saco y pantalón blanco, con una línea negra a los costados, diseñado por Raquel Orozco. De su mano, caminó Pía, la hija Saskia.
Detrás de ellas desfiló la standupera Sofía Niño de Rivera, a quien muchos adjudican ser hermana de Saskia, pero en realidad son primas. Sofía llevaba de la mano a una pequeña niña. Les siguió la cuñada de Mariel, Gaby Cerro, con sus hijas Tessa y Mila. Luego apareció Ana Sofía Duayhe, hermana de Mariel, cargando a su hijo. Poco después desfilaron Vania y Diana Cover, hermana y mamá de Saskia, respectivamente.
Finalmente llegó el turno de Saskia, quien deslumbró del brazo de su padre, también vestida por Raquel Orozco, con un kilométrico velo de tul blanco y su ramo de flores rosas, rojas y amarillas naturales. Un dato que nadie sabe, hasta ahora que lo hago público, es que Saskia traía una gargantilla de diamantes, regalo de su mamá, que ha pertenecido por generaciones a las mujeres de su familia.
Sofía Niño de Rivera e Isabel Cerrilla, una prima de Mariel, fungieron como maestras de ceremonias. El sentido del humor de la primera hizo ameno el espacio destinado para las palabras que les dedicaron amigos y familiares a las novias. Más adelante hizo su aparición la jueza Juana Soler que, como dato curioso, es la misma que nos casó a mi esposo Brando y a mí en noviembre de 2021. Otro chisme: también casó a Sofía González Torres y Gilberto Encinas Espejel, sobrino de Alejandro Encinas, actual subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.
Para la recepción las novias eligieron una de las casas de Proyecto Público Prim, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, a donde a partir de las 3:00 PM se dieron cita alrededor de 300 invitados. Las licuachelas y las margaritas de fresa dieron la bienvenida a los convidados que se sorprendieron por las mesas puestas por Acento de mesa.
La Wedding Planner fue Samantha Recio y el banquete corrió por cuenta de Kuchen y consistió en: ceviche peruano de robalo con chile manzano, aguacate y brotes de cilantro; mini french dip de roast beef acompañado de gravy; quinoa salad con manzana, berries y espinacas; raviol de flor de calabaza relleno de queso de cabra sobre salsa de aguacate y cilantro; mini burguer cheddar; aguachile de res prime en vinagreta ponzu aguacate y ajo frito; taquito checa de rib eye con salsa de cacahuate. Los postres estuvieron a cargo de Mäcorina repostería, propiedad de la hermana de Mariel.

De los primeros rostros famosos que encontramos estuvo Joy Huerta –quien asistió con su esposa Diana Atri– del dueto Jesse & Joy. La pareja compartió mesa con el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar acompañado de su joven y guapa esposa Mariana Bojórquez. Entrada la noche, a ellos los vi bailar “Stayin’ Alive” de los Bee Gees. De la farándula también andaba por ahí Ari Borovoy, productor de espectáculos e integrante del grupo OV7.
En una de las mesas se instalaron los afamados standuperos Mau Nieto, Daniel Sosa y Ana Julia Yeyé, con sus respectivas acompañantes. En el otro lado de la pista, por cierto hecha a mano por Castalia Taller con la leyenda “Enjoy Every Moment”, estaban los jugadores de la Selección Mexicana de Futbol: Erick Gutiérrez, Luis Chávez, Erick Aguirre y Santiago Giménez, acompañado de su papá Christian Giménez, mejor conocido como Chaco.
Para su primer baile Saskia y Mariel seleccionaron la canción “May I Have This Dance” de Francis and the Lights y Chance the Rapper, en la pista las acompañó la pequeña Pía.
Sin duda, uno de las joyas de la corona del evento fue la salida del clóset de la periodista Mónica Garza quien, luego de un año de secretismo, por fin salió del clóset… no de ese clóset que ustedes piensan, sino del clóset de hacer público su noviazgo con Federico Döring, el político panista que no sólo asistió, sino que celebró “su primera boda gay”.
¡Que vivan las novias!
Twitter: @betotavira
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