La molestia de los organizadores (la empresa SUM) no se hizo esperar, aunado a que los “nenes” del equipo de todos se negaron a presentarse a la conferencia de prensa…
El equipo tricolor, que tiene mucho corazón, concluyó la enésima representación de “Mole Tour” por la unión americana al lograr sendos empates ante rivales de medio pelo, Australia y Uzbequistán, lugares 27 y 74, respectivamente, en el ranking de FIFA.
Las cosas no resultaron como se esperaban ni en lo deportivo ni en lo administrativo. En Dallas contra los australianos asistieron 53 mil espectadores en un inmueble con capacidad para 80 mil. Mientras que, en Atlanta, frente a los uzbecos, lo hicieron 25 mil aficionados en un estadio que puede albergar hasta 75 mil. Los paisanos ya no se chupan el dedo.
La molestia de los organizadores (la empresa SUM) no se hizo esperar, aunado a que los “nenes” del equipo de todos se negaron a presentarse a la conferencia de prensa, lo que implicó que no aparecieran las marcas asociadas en la parte de atrás de los entrevistados, afectando los intereses comerciales.
Ya han trascurrido 9 meses del fracaso mundialista en Qatar 2022 y es la fecha que a la Selección no se le ve ni pies ni cabeza.
Al margen de los resultados, lo que debe de mover a la preocupación es el pobre desempeño mostrado por nuestros valientes “soldados” de cortos pantalones y largos sueldos ¡Qué malos son!
El representativo nacional no tiene juego de conjunto; pero, tampoco individualidades. No hay un futbolista que destaque por sobre los demás y sea quien se eche el equipo al hombro.
No tienen variantes, ni profundidad. Nadie hace una jugada individual, una pared o un disparo de media distancia. La defensa, un desastre, muy vulnerables en el juego aéreo y cada tiro de esquina en contra, prácticamente es un penal.
Si vamos requetebién rumbo a dar cumplimiento a la promesa de (por lo menos) disputar las semifinales en la próxima Copa América y terminar dentro de los ocho primeros lugares en el Mundial 2026.
A veces me da la impresión de que en México “todo se contagia” y se ha puesto de moda; por un lado, “prometer lo que no será” y por el otro, tratar de “dormir al velador” a base de “ocurrencias”.
Primero, nombraron a Diego Cocca como timonel nacional, luego, “golpe de estado” de por medio, designaron al Jimmy Lozano como interino, para después de ganar la Copa Oro, ungirlo para dirigir los destinos del Tri.
Lozano había declarado que “por el momento no convocaría futbolistas naturalizados”; sin embargo, al grito de “más pronto cae un hablador que un cojo”, se tomó la libertad de “hacer un llamado virtual” al colombiano Julián Quiñones, para que se integrara a la concentración del equipo; toda vez que, está a punto de obtener la nacionalización. ¿No les parece un cambio muy radical?, digo ¿Pasar del “no llamaré a naturalizados” al “Julián, hermano, ya eres mexicano”? Sobre todo, tomando en cuenta que, hasta el momento conserva la calidad migratoria de extranjero.
Esto toma matices dramáticos cuando nos enteramos de que, recientemente, Ricardo el “Tuca” Ferreti desentrañó “secretos ocultos” afirmando tajantemente que “existen intereses extradeportivos para que algunas empresas impongan a futbolista en la Selección” ¡Órale!
¿Quieren más? Pues resulta que, en otra de las “ocurrencias” se programó un partido amistoso frente a Colombia el 16 de diciembre. La fecha, no podría ser más inoportuna; en virtud de que: coincide con la final del Apertura 2023, por lo cual los contendientes no podrán ceder a sus jugadores al Tri, mientras que todos los demás, ya estarán de vacaciones, sin mencionar que, como no es fecha FIFA no podrán venir los europeos … ¡Unos genios!
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