Hace unos días, el fiscal especial David Weiss presentó una acusación contra Hunter Biden después de que se vino abajo el acuerdo de culpabilidad al que se había comprometido por cargos fiscales menores.
La campaña presidencial estadounidense para 2024 se distingue por presentar un escenario cargado de juicios y acusaciones legales en contra de los candidatos de los dos partidos, el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump.
En el caso de Biden, aún no se define su situación en la Cámara de Representantes para llevarlo a juicio político, aunque la amenaza está sobre su cabeza, pero en cuanto a su hijo, Hunter Biden, éste fue acusado de hacer declaraciones falsas y de poseer de manera ilegal un arma de fuego.
Trump tiene sus pendientes legales en Nueva York, Florida, Washington D.C. y Georgia.
Hace unos días, el fiscal especial David Weiss presentó una acusación contra Hunter Biden después de que se vino abajo el acuerdo de culpabilidad al que se había comprometido por cargos fiscales menores.
El caso es que, en esta ocasión, el hijo presidencial es acusado de declarar en falso y de posesión ilegal de un arma de fuego lo cual lo coloca en el centro de un juicio de tipo penal.
Una situación nada fácil, pues ambos delitos son graves y surgen justo en el momento en que su padre se encuentra en plena campaña presidencial.
Los republicanos andan con la espada desenvainada decididos a buscar la revancha por los juicios que arrastra su candidato Donald Trump.
Hace una semana, la ultraderecha del partido Republicano cimbró el piso de la Cámara de Representantes y presionó al presidente de la Cámara, Kevin McCarthy a impulsar un juicio político en contra del presidente Biden y su familia por temas de corrupción, de no hacerlo, los “duros” del partido amagaron con destituir a McCarthy.
De paso, también obligaron al presidente del recinto a cumplir sus promesas de presionar a la administración Biden para recortar los gastos, tema que habrá de quedar cerrado en este mes.
Ya encarrilados en el tema legal, los republicanos avanzaron en su interés por llevar a juicio a Hunter Biden, en julio pasado le tiraron el acuerdo de culpabilidad y acusaron al presidente Biden de proteger a su hijo, señalando la aplicación de la justicia de un “solo lado”.
Están decididos a vincular al presidente Biden con los problemas legales y fiscales de su hijo, acusando a la familia de corrupción y al mandatario de obstaculizar la investigación.
Todo esto, enriquece y sostiene las argumentaciones de los republicanos para respaldar la investigación de juicio político y que, se supone, empuja McCarthy en la Cámara de Representantes.
Según el Washington Post, la acusación consta de cuatro páginas en las que se acusa a Hunter de hacer dos declaraciones falsas al completar el papeleo para comprar un arma el 12 de octubre de 2018.
En esas declaraciones, Hunter afirmó no ser adicto ni usar drogas ilegales y esa afirmación “era falsa y ficticia”, señala el documento.
El tercer cargo contra el hijo presidencial es por poseer ilegalmente esa arma, un revólver Colt, durante 11 días después de la compra.
Este cargo, explica el Post, se basa en una ley federal que declara ilegal poseer un arma cuando se está usando drogas ilegales.
Si se declara culpable a Hunter, la pena por el delito más grave en esta acusación es de 10 años de prisión. El asunto es que Biden reconoció su adicción a las drogas en el momento en que compró el arma, lo cual sería un atenuante.
El caso es que los dos temas, el juicio político contra Joe Biden y el juicio penal contra su hijo Hunter, se encuentran inmersos en una lucha de declaraciones entre agentes federales y funcionarios involucrados en el caso.
Abbe Lowell, abogado de Hunter revira que todo este embrollo de los Biden son parte de un esfuerzo republicano, pues estos legisladores tratan de “construir” todo un caso penal que los ayude a ganar las elecciones de 2024.
El tema es que ambos bandos, republicanos y demócratas, tienen a sus líderes embarrados hasta el tope de acusaciones legales y amenazas de juicios, incluyendo los juicios políticos.
Las campañas en ambos lados, irán entrelazadas de los casos legales, a ver hasta dónde irán a parar.
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