Cuando López Obrador abandonó el PRD no anduvo de “chillón” como lo hace ahora Ebrard; ni presentó impugnaciones, quejándose de que se lo “chamaquearon”.
El “Carnal” Marcelo se resiste a abandonar las filas de MORENA, pero le hace saber a sus seguidores, que son muy poquitos, que puede emular al único, al indiscutible líder de masas e ídolo de multitudes que tiene este país, quien en 2014 “mandó por un tubo” al PRD y creó su propio partido para conseguir la presidencia de la República cuatro años después.
Dijo Marcelo Ebrard a sus operadores políticos “balines”, quienes le hicieron creer que sería el favorecido con el “dedazo presidencial” disfrazado con las encuestas-apuestas: “Vamos a organizar a nivel nacional la fuerza que representamos. Tenemos un pensamiento y tenemos que salir adelante; quien quiera venir con nosotros y caminar, que venga, y quien no, pues que no venga, y también le damos las gracias y seguimos adelante. Que nadie se desanime, estas cosas toman tiempo y vamos a seguir luchando, a nosotros no nos van a doblar nunca”.
Anuncio la conformación de su asociación civil denominada “El Camino de México”, con la que pretende posicionarse políticamente en todo el país.
Lo que no quiere aceptar el excanciller, es que una cosa es su nivel de aceptación en los sondeos abiertos de opinión, y otra la capacidad de convocatoria y la movilidad de masas que López Obrador consiguió después de los fuertes descalabros que le asestaron en las elecciones presidenciales, primero el panista Felipe Calderón Hinojosa y luego el priista Enrique Peña Nieto, a quienes acusó de fraude electoral.
AMLO no perdió el tiempo relamiéndose las heridas; se dedicó a recorrer la República entre 2007 y 2011 y visitó cada uno de los 2,445 municipios de los entonces 31 estados de la Federación, así como las 16 delegaciones político-administrativas del Distrito Federal. Durante esa larga travesía, convocó a las multitudes, y llamó a formar un frente amplio de izquierda denominado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que fue la organización política que le sirvió como pilar fundamental para obtener en 2012 la candidatura presidencial del PRD, y que se convertirá en partido político en 2014.
Cuando López Obrador abandonó el PRD no anduvo de “chillón” como lo hace ahora Ebrard; ni presentó impugnaciones, quejándose de que se lo “chamaquearon”. Nada más les dijo sus verdades y se fue con sus “chivas”, perdón, con sus “borregos a otro lado”.
Para quienes lo hayan olvidado, el 12 de julio del 2013 AMLO les dijo a “Los Chuchos”, dueños del PRD: “En México la izquierda real es Morena. Quienes dicen que son de izquierda, pero son sumisos, corruptos y avalan a un gobierno opresor, no son de izquierda.” Y explicó, para que nadie se sienta engañado: “Ya pinté mi raya con el PRD, y aunque no salimos peleados, no estoy de acuerdo con la política que llevan a cabo sus dirigentes. Por eso ya no tengo nada que ver con ese partido, ni con el PT ni con el Movimiento Ciudadano. Morena estará listo como partido en marzo de 2014, seremos la única oposición con un millón de militantes e iremos solos a la elección de 2015.” Y en el 2018, con la ayuda, contribución, negociación, concertacesión… de Enrique Peña Nieto, logró echar al PRI de Los Pinos.
Marcelo Ebrard nunca ha sido líder político, a lo más que llegó en 2013 fue a dirigir la “tribu” del PRD llamada Movimiento Progresista que tenía las negras intenciones de arrebatarles el partido a “Los Chuchos”, a quienes acusó de corruptos, vendidos, timoratos… Nada que la sociedad no supiera. Como no pudo conseguirlo, se tuvo que afiliar a Morena del que ahora está pensando si se va o se queda, dependiendo de lo que le ofrezcan.
¡Ay, Marcelo!
@LuisSotoAgenda
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