En este contexto, la seguridad fronteriza es ya un grave problema que obliga tanto a republicanos como demócratas a considerar medidas más radicales para proteger las fronteras comenzando por la construcción del muro.
Estados Unidos es un imán para la migración procedente de todo el mundo, hasta junio de 2023 tan solo por la frontera norte ingresaron 132 mil personas de diferentes nacionalidades, y del hemisferio oriental, lo cual incluye a Ucrania, entraron al vecino país unos 228 mil 200 individuos, en cuanto a personas incluidas en la “lista de vigilancia”, trataron de ingresar unas 100 personas identificadas como sospechosas de terrorismo.
Sobre la frontera sur con México, el movimiento migratorio presentó altibajos, empero, al terminar este año fiscal está a punto de igualar las cifras de 2022.
En este contexto, la seguridad fronteriza es ya un grave problema que obliga tanto a republicanos como demócratas a considerar medidas más radicales para proteger las fronteras comenzando por la construcción del muro.
No hay de otra, o seguridad en las fronteras o puertas abiertas “a lo que venga” y esto incluye drogas, trata de personas, inmigración ilegal hasta terroristas.
El documento de la Oficina de Seguridad Nacional de 2024 señala que uno de los grandes desafíos para lo que resta del año y para 2024 es la llegada de inmigrantes que siguen llegando a un ritmo elevado y que “está a punto de igualar a 2022”.
Indica que las organizaciones criminales transnacionales (TCOs) explotan este contexto tan complejo para contrabandear drogas, por un lado, y para extorsionar y engañar a migrantes que desean ingresar a los Estados Unidos, por el otro.
El análisis señala que 2023 presenta una situación con altibajos en materia de migración, esto se debe al temor a las sanciones por cruzar de manera ilegal o por la decisión de los migrantes de explorar las vías legales que ofrece el vecino país.
Sin embargo, en lo que va del año, el flujo migratorio parece ir en aumento, esto debido al anuncio de los procesos ampliados de libertad condicional para las personas procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Los encuentros con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) van en aumento, esto debido al levantamiento del Título 42 en mayo pasado, justo cuando se registraron mayores ingresos ilegales antes del cambio.
En este sentido, el documento describe los ingresos de migrantes a Estados Unidos por distintos puntos geográficos de entrada: en la frontera norte “alcanzó niveles récord”, con más de 132 mil inmigrantes hasta junio de 2023, en comparación con los 68 mil inmigrantes en el mismo período del año fiscal pasado.
Los encuentros generales con la migración marítima en el año fiscal de 2023 disminuyeron en comparación con el año fiscal 2022.
Los encuentros de migración marítima en el Caribe, principalmente de cubanos y haitianos alcanzaron su punto máximo en enero con un máximo de 5 mil 677 migrantes.
En cuanto a la migración procedente del hemisferio oriental (esto es partes de Europa, África, Asia y Australia; no olvidar la migración ocasionada por la invasión a Ucrania) ésta ha exacerbado los desafíos de seguridad fronteriza en 2023, en parte porque estas personas requieren de un procesamiento adicional y recursos de repatriación.
Los encuentros de inmigrantes del hemisferio oriental se duplicaron, en 2022 se registraron 110 mil y se llegó a más de 228 mil hasta junio de 2023.
La afluencia de estos inmigrantes seguirá en aumento mientras continúen las malas condiciones económicas, políticas, de seguridad y climáticas en sus países.
Un tema que plantea un serio desafío para la seguridad nacional estadounidense es el terrorismo.
El documento de Seguridad Nacional advierte que aproximadamente 160 personas no estadounidenses identificadas en la “lista de vigilancia”, trataron de ingresar a través de la frontera sur este año, lo que significó un aumento respecto a 2022 donde se identificó a 100 individuos sospechosos.
Esta “lista de vigilancia”, “watchlist” o TSDS Datos de Detección de Terroristas, alberga datos de personas identificadas o sospechosas, también incluye a individuos que representan una amenaza potencial para Estados Unidos.
Otro de los grandes retos para la seguridad nacional del vecino país son las TCOs, pues estas organizaciones seguirán traficando drogas hacia el mercado estadounidense y explotarán los enormes beneficios económicos que significa cruzar a los inmigrantes por la frontera de manera ilegal.
Para seguir con sus actividades sin interrupciones, las TCOs buscarán (o más bien ya cuentan) nuevas tecnologías y desarrollarán técnicas más novedosas para mejorar su capacidad para evadir las medidas de seguridad fronteriza.
El documento advierte del uso de “pequeños vehículos aéreos no tripulados” (drones) para mejorar y proteger sus operaciones.
En 2022 y 2023, las autoridades estadounidenses observaron de primera mano cómo los traficantes de personas utilizan estos drones para monitorear el paso de los migrantes y las fuerzas de la ley (patrulla fronteriza) a través de la frontera; también estos aparatos se utilizan para vigilar el contrabando de drogas y vigilar las actividades policiales de Estados Unidos y México, con lo que logran evitar las operaciones de interdicción.
En este sentido, tanto republicanos como los demócratas no ven otra salida más que impulsar la construcción del muro, ¿de qué manera y bajo qué argumentos lo hará la administración Biden?
Pues la misma que alegan los republicanos: seguridad fronteriza, de ahí que comience una radicalización de la agenda del candidato demócrata para competir por la presidencia en 2024.
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