Hamás, cuyo nombre completo es “Movimiento de Resistencia Islámica” (Harakat al-Muqawama al-Islamiya en árabe), es un grupo político y militar palestino que opera en los territorios palestinos y en la Franja de Gaza.
El conflicto entre Hamás y el gobierno de Israel sigue dando de qué hablar después de los dramáticos acontecimientos del 7 de octubre.
La resolución al mismo no deja verse en el futuro cercano, y en este punto es importante analizar algunas cuestiones clave que han llevado a este punto la tensión en la que oscila este evento.
Del mismo modo, el viernes 27 de octubre, tuve la oportunidad de ser invitado a un desayuno para conversar con miembros del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México (INCAM) sobre las repercusiones geopolíticas en la región de Medio Oriente.
Sirva este espacio de Día Cero para compartir un poco de las reflexiones vertidas ese día, y mejor ensayadas y escritas para este espacio.
El surgimiento de Hamás
Hamás, cuyo nombre completo es “Movimiento de Resistencia Islámica” (Harakat al-Muqawama al-Islamiya en árabe), es un grupo político y militar palestino que opera en los territorios palestinos y en la Franja de Gaza. Fue fundado en 1987 durante la Primera Intifada (revuelta) contra la ocupación israelí.
Hamás se caracteriza por su orientación islámica y su objetivo principal es la liberación de Palestina, incluyendo la creación de un Estado palestino independiente en toda la región histórica de Palestina, con Jerusalén como su capital. El grupo también se opone a la existencia de Israel como Estado y ha estado involucrado en conflictos armados con Israel a lo largo de los años.
Hamás tiene dos componentes principales: un ala política y un ala militar. El ala política es conocida como “Hamás” y se dedica a actividades políticas y sociales, además de proporcionar servicios a la población en la Franja de Gaza, donde tiene un control significativo. El ala militar, conocida como “Brigadas Ezzedine al-Qassam”, se ha involucrado en enfrentamientos armados y ataques contra Israel.
Hamás ha sido designado como una organización terrorista por varios países y organizaciones internacionales, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea e Israel.
Sin embargo, es importante destacar que Hamás también cuenta con apoyo popular en algunos sectores de la población palestina y ha participado en elecciones democráticas en la Autoridad Palestina, ganando el control de la Franja de Gaza en 2007. Su estatus y acciones son objeto de controversia y debate a nivel internacional.
La compleja relación de Hamás con la Autoridad Nacional Palestina
La relación entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha sido compleja y a menudo conflictiva a lo largo de los años. La ANP es el organismo que representa a los palestinos en Cisjordania y Gaza y busca la creación de un Estado palestino independiente.
Sin embargo, Hamás ha cimentado una rivalidad con la ANP a tal grado que en la actualidad han terminado por convertirse en dos diferentes facciones políticas que han competido por el poder y la influencia en los territorios palestinos. Esta rivalidad se intensificó después de que Hamás ganó las elecciones legislativas palestinas en 2006 y posteriormente tomó el control de la Franja de Gaza en 2007, lo que llevó a una división política en los territorios palestinos.
Un aspecto central que alimento esta situación fue la división geográfica entre Cisjordania y la Franja de Gaza. Después de la toma de control de Gaza por parte de Hamás en 2007, la ANP bajo el liderazgo de Fatah, otra facción palestina, mantuvo el control en Cisjordania. Esta división geográfica creó dos entidades palestinas separadas: una en Cisjordania gobernada por la ANP y otra en Gaza gobernada por Hamás.
A lo largo de los años, se han llevado a cabo varios intentos de reconciliación entre Hamás y la ANP para superar la división política palestina.
Estos esfuerzos, mediados por actores regionales e internacionales, han tenido resultados mixtos y no han logrado una reconciliación política duradera.
Por otra parte, en la actualidad existen fuertes diferencias Ideológicas entre ambos bandos, por un lado Hamás es un grupo con una orientación islámica, mientras que la ANP, liderada por Fatah, es más secular en su enfoque político. Estas diferencias ideológicas han contribuido a la rivalidad y la tensión entre las dos facciones.
El fracaso de los acuerdos de Oslo
Los Acuerdos de Paz de Oslo, representaron fueron una serie de acuerdos que se firmaron en la década de 1990 entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Estos acuerdos jugaron un papel fundamental en el proceso de paz israelí-palestino y establecieron una serie de disposiciones para resolver conflictos y negociar un acuerdo de paz duradero.
El proceso de Oslo comenzó con la Declaración de Principios sobre la Autonomía Interina (también conocida como Oslo I), firmada el 13 de septiembre de 1993 en la Casa Blanca en Washington, D.C. por el entonces Primer Ministro israelí Yitzhak Rabin y el líder de la OLP, Yasser Arafat. Establecieron un marco para la autonomía palestina en algunas partes de Cisjordania y Gaza, y se reconocieron mutuamente a las partes.
Posteriormente se dio el acuerdo Oslo II, firmado en 1995, que expandió el alcance de la autonomía palestina en Cisjordania y Gaza. El acuerdo definió áreas de A, B y C, donde A estaba bajo control palestino, B bajo control compartido, y C bajo control israelí. Como resultado de esto, se estableció una Autoridad Palestina con Yasser Arafat como su líder.
La Autoridad Palestina asumió la responsabilidad del gobierno en las áreas designadas bajo los acuerdos, incluyendo asuntos civiles y seguridad. También, los Acuerdos de Oslo establecieron un proceso gradual de retirada israelí de ciertas áreas de Cisjordania y Gaza, aunque no resolvieron la cuestión de las fronteras finales.
Los acuerdos tenían como objetivo principal allanar el camino para futuras negociaciones sobre los temas clave del conflicto israelí-palestino, como el estatus final de Jerusalén, las fronteras, los refugiados y la seguridad. A pesar de su importancia, los Acuerdos de Oslo enfrentaron numerosos desafíos, incluyendo la continuación de la violencia y los atentados suicidas, la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, y desacuerdos sobre cuestiones fundamentales.
La falta de avance en las negociaciones sobre el estatus final y la percepción de que las promesas no se cumplían contribuyeron a la frustración de ambas partes. Por último, los atentados de Hamás iniciados el 7 de octubre marcan el fracaso de estas iniciativas que ya tienen más de 20 años de antigüedad.
Hamás como actor desestabilizador de la región
El conflicto entre Hamás e Israel tiene un impacto significativo en la geopolítica del Medio Oriente y en la dinámica regional de varias maneras. Por ejemplo, desde la influencia externar el conflicto involucra a actores regionales e internacionales. Países como Irán brindan apoyo a Hamás, mientras que Estados Unidos brinda apoyo a Israel. Estas conexiones influyen en la geopolítica de la región y en la rivalidad entre los Estados.
También, se abonan tensiones Sectarias, a razón que en el conflicto también se cruza con divisiones sectarias en la región. Hamás es una organización suní, mientras que Irán, un importante partidario de Hamás, es chiíta. Esta dinámica a menudo se entrelaza con conflictos más amplios en la región, como la rivalidad entre Irán y Arabia Saudita.
De esta forma, la persistencia del conflicto entre Hamás e Israel obstaculiza los esfuerzos para lograr una paz más amplia en la región.
Esto afecta las perspectivas de un acuerdo de paz israelí-palestino y complica las relaciones de Israel con sus vecinos árabes. El conflicto ha dado lugar a un gran número de refugiados palestinos que han buscado refugio en países vecinos. Esto ha creado tensiones y problemas de seguridad en países como Líbano y Jordania, lo que influye en la geopolítica de la región.
También, la constante tensión con Gaza, donde Hamás tiene un fuerte control, afecta las relaciones de Israel con sus vecinos, especialmente Egipto.
La seguridad en la península del Sinaí, que comparten Egipto e Israel, es un tema de preocupación en la geopolítica regional.
Esta inestabilidad regional dl conflicto contribuye a la inestabilidad en la región del Medio Oriente, lo que tiene implicaciones en la seguridad, la economía y la política de los países vecinos. La inestabilidad regional puede llevar a la intervención de actores extranjeros y afectar la estabilidad geopolítica.
En resumen, el conflicto entre Hamás e Israel tiene un impacto importante en la geopolítica del Medio Oriente, ya que afecta las relaciones internacionales, las tensiones sectarias, la búsqueda de la paz y la estabilidad en la región, y las dinámicas de poder entre los Estados de la región. ¿Qué pasará estimado lector? Es lo que todos deseamos saber. Desafortunadamente no somos videntes, ni tenemos una bola de cristal. Sólo el tiempo lo dirá.
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