En cuanto a los Estados Unidos, Xi Jinping se encuentra a un país polarizado, en plena campaña electoral y, con dos conflictos en el frente muy complicados en Ucrania y la guerra entre Hamás e Israel
China es el desafío estratégico más importante para los Estados Unidos, de ahí que el objetivo de la administración Biden en esta reunión es encontrar la manera de estabilizar esta relación tan compleja y dañada por las tensiones recientes.
En un año electoral y con los conflictos de Ucrania y Gaza, lo menos deseable para la administración Biden es abrir un tercer frente con China.
Ambas potencias enfrentan serios desafíos internos, por eso el interés de lograr un entendimiento y dejar de perseguirse mutuamente ya sea en las inmediaciones del Mar Meridional de China o con globos espía en territorio estadounidense.
En cuanto al fentanilo, revivieron el viejo acuerdo de regular los componentes de esta droga, ¿se cumplirá este compromiso esta vez? ¿no será un cuento chino?
“El planeta Tierra es lo suficientemente grande” para ambas potencias (nadie se acordó de Rusia y sus aspiraciones fallidas) dijo el mandatario Xi Jinping y luego señaló que “ninguno de los dos (países) debe tratar de moldear al otro imponiendo su criterio”, así fue la apertura del líder asiático.
Biden hizo un comentario sobre China, “tienen serios problemas” dijo. Lo malo es que los dos países llegan con dificultades a su encuentro.
China, llega a Estados Unidos con una situación complicada pues después de un importante crecimiento económico, su economía se desacelera y aun no se recupera del todo, a ello se agrega un mercado inmobiliario en crisis y una cifra de desempleo en los jóvenes que ya rompió récord.
Además, China tiene bastante complicada su cartera de inversiones, esto se debe al escrutinio gubernamental sobre el desempeño de las empresas y sobre aquellas que, supuestamente, revelan datos sobre la economía nacional.
En cuanto a los Estados Unidos, Xi Jinping se encuentra a un país polarizado, en plena campaña electoral, y con dos conflictos en el frente muy complicados en Ucrania, y la guerra entre Hamas e Israel.
Así que abrir un tercer frente es lo que menos desearía Biden en un año electoral, por ello el interés en suavizar la relación y tratar de ver la mejor manera de gestionarla con tranquilidad.
¿Que se logró el entendimiento y distensión? sí, ojalá no esté sujeto con alfileres.
En esta reunión no se esperaban los grandes acuerdos, ni siquiera hubo un comunicado conjunto, el asunto de mayor importancia fue dar espacio al acercamiento, a la distensión, hasta se recuperó el término de la “coexistencia pacífica”.
Uno de los resultados interesantes fue el restablecimiento de las comunicaciones militares, esto es un gran avance después del episodio de la visita de la congresista Nancy Pelosi a Taiwán, un hecho que provocó el momento de mayor tensión en la relación bilateral; otro problema son los ejercicios militares de China en el Mar Meridional, así como el paso de los buques de guerra estadounidenses en el Estrecho de Taiwán, situación que hasta este mes sigue en curso.
El reinicio de las comunicaciones militares entre ambos países es con el fin de evitar “un paso en falso” y que esto termine en una escalada que ninguna de las partes quiere.
El presidente Biden dio a entender que esta reunión fue todo un éxito, pues los problemas económicos de China y los esfuerzos de su administración de construir una red de socios en el Indo-Pacífico con miras a contrarrestar las ambiciones chinas en la zona del Mar Meridional, llevaron a Xi Jinping a la mesa de negociaciones.
De acuerdo al documento sobre Seguridad Nacional de la administración Biden, China es el desafío estratégico más importante para Estados Unidos, y para equilibrar a Beijing, Estados Unidos construyó una serie de alianzas con Japón, Australia, India y Vietnam.
Para China, esto fue una invasión a sus intereses en la región, para Biden fue una estrategia para equilibrar la balanza.
“Tenemos que asegurarnos que la competencia no se convierta en conflicto” dijo Biden; “darse la espalda no es opción, dijo Xi Jinping.
¿De verdad se logró un entendimiento y atenderán al teléfono en situación de crisis? Otro de los acuerdos interesantes es el compromiso para combatir el fentanilo ilegal. Biden explicó que habría un acuerdo para que China regule los componentes del fentanilo.
Sin embargo, esta canción ya se ha escuchado en otras administraciones. El New York Times hizo un recuento sobre las veces que el gobierno de Beijing se ha comprometido a detener el suministro de fentanilo, y el último que cayó en el engaño fue Donald Trump, quien se “lleva bien” con todo el mundo.
En diciembre de 2018, China prometió detener el suministro del opioide a Estados Unidos, se comprometió a vigilar las exportaciones de sustancias relacionadas con el fentanilo que van a Estados Unidos y que están prohibidas en este país.
También se comprometió a compartir información con las autoridades estadounidenses sobre el fentanilo. Donald Trump siempre ha puesto el dedo sobre China como la principal fuente de fentanilo.
En esa ocasión, el presidente chino dijo a Trump que el compromiso era que cualquier persona que vendiera fentanilo a compradores estadounidenses y lo enviara a Estados Unidos, “estaría sujeta a la pena máxima de China: la pena de muerte”.
Trump se creyó el cuento chino y presume hasta la fecha que China respetó a Estados Unidos en su presidencia. En la administración de Barack Obama sucedió lo mismo.
En 2016 se establecieron “medidas mejoradas para evitar el ingreso de fentanilo”, en este caso el gobierno de Beijing nunca especificó cuáles serían los pasos que daría para evitar el envío de esta droga a Estados Unidos, y el seguimiento que se dio a este comercio ilegal fue bastante irregular, sin resultados concretos.
Si en esta ocasión Biden logró comprometer a China a regular los componentes del fentanilo, sería un verdadero triunfo que, en realidad, estaría por verse, a ver si no es otro “cuento chino”.
Taiwán y sus elecciones fueron otro tema de interés, Xi Jinping expresó su preocupación acerca de que este proceso podría conducir a la independencia de la isla, esta posibilidad está considerada dentro de las “líneas rojas” de Beijing, y en caso de concretarse, se vería obligado a emprender acciones militares.
Biden señaló la importancia de mantener los canales de comunicación abiertos, Xi Jinping indicó que para él “no estaba claro cómo hacerlo”. Lo dicho, coexistencia pacífica con alfileres.
La carrera tecnológica fue tema en la reunión, se habló de la feroz competencia y el presidente chino se quejó de las restricciones estadounidenses a la exportación de chips informáticos que son cruciales para la tecnología china, el desarrollo de armamento avanzado, y programas de inteligencia artificial.
Biden reviró que no otorgaría ninguna tecnología que China pueda utilizar con fines militares.
Fueron conversaciones con planteamientos muy complicados: se pidió el apoyo de China para contener a Irán, pero no hubo respuesta.
Se abordó la situación de la presencia militar en el Mar Meridional, se cuestionó la venta de armas estadounidenses a Taiwán, el apoyo de China a Rusia en la invasión de Ucrania.
Se discutió el crecimiento del arsenal nuclear de China, y sobre el control de armas nucleares, el gobierno de Beijing se ha negado a entrar a este acuerdo con el argumento de que primero debe llegar a igualar su estatus con los arsenales de Estados Unidos.
Una reunión muy complicada, y en la cual es muy difícil llegar a los grandes acuerdos sin ceder terreno a ninguna de las partes, por eso el lograr el restablecimiento de las comunicaciones militares se siente como un gran paso.
Si se logró una distensión a favor de una “coexistencia pacífica” pues está por verse ya que en Taiwán los juegos de guerra chinos siguen vigentes.
Hasta principios de este mes, Taiwán contabilizó el vuelo de 103 aviones de combate chinos que volaron cerca de la isla, 40 de éstos entraron a la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Taiwán.
Además, China nunca va a renunciar a la “reunificación” de este país.
En cuanto al fentanilo, los acuerdos se antojan promesas sin futuro, más claro “puro cuento chino”.