Aprovechando el 85 aniversario de la expropiación petrolera, y a 17 meses de que concluya su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador no quiso dejar pasar la oportunidad para compararse con Lázaro Cárdenas del Río. De ahí la insistencia de referirse al general como una gran estratega político, económico y social.
Dijo AMLO el sábado pasado: “En la estrategia cardenista lo primero fue la atención a las demandas económicas y sociales de campesinos y obreros. El presidente sabía que la única manera de contar con el pueblo era actuar decididamente en favor de sus causas”. Lo mismo que hizo López Obrador en cuanto se sentó en la Silla del Águila.
“Desde el inicio de su gobierno se puso en marcha el reparto agrario; los campesinos se movilizaron en todo el país solicitando que se les dotara de tierras mediante la expropiación de latifundios o por la vía de la titulación de terrenos nacionales. En poco tiempo, la entrega de las tierras a los campesinos transformó la estructura agraria existente. La trascendencia revolucionaria del reparto agrario cardenista puede medirse con un relevante dato: en los primeros tres años de su gobierno se entregaron nueve millones 764 mil hectáreas a 565 mil 216 campesinos, lo que superó con mucho la cantidad de tierras repartidas desde la Revolución. Al finalizar el sexenio, se habían constituido 10 mil 651 ejidos con un total de 18 millones 52 mil hectáreas, en beneficio de más de un millón de familias indígenas, de peones y de jornaleros del medio rural… la reforma agraria aseguró la fidelidad de mucha gente al gobierno cardenista y desde entonces se concertó la alianza entre los campesinos y el Estado”, dijo AMLO en otra parte de su discurso.
Como casi un siglo después los historiadores afirman que la Revolución no les hizo justicia a los campesinos porque ahora están más jodidos que nunca y ya no hay tierra que repartir, el gobierno de la 4T se ha dedicado a repartir dádivas a aquellos para mantenerlos felices y que sigan siendo fieles a la 4T.
Durante el cardenismo, insistió López Obrador, “los obreros sintieron garantizados sus derechos laborales. Con estricto apego a la ley, Cárdenas respetó la lucha económica de trabajadores por mejores salarios y por mejores condiciones laborales… desde el inicio de su gobierno, el movimiento obrero comenzó a desplegar una intensa actividad orientada a conquistar sus reivindicaciones; incluso, se pudo ejercer con plena libertad el derecho de huelga. Para mediados del sexenio, campesinos y obreros identificaban a Cárdenas como el defensor de sus intereses. La primera parte de la estrategia cardenista había resultado favorable, el acercamiento y la solidaridad del presidente con los grupos sociales más desprotegidos produjo el apoyo, la adhesión de las mayorías a la política gubernamental. La organización política de obreros y campesinos como segundo eslabón de la estrategia cardenista se desarrolló también con intensidad y entusiasmo”.
La estrategia de López Obrador con el sector obrero ha sido, primero, aumentar de manera importante el salario mínimo, y dejar “moribunda” a la CTM, que fue uno de los bastiones político-electorales más importantes del PRI para mantenerse en el poder.
“Cárdenas recomendó iniciar la organización de los campesinos de México. Con ese propósito, se crearon las ligas de comunidades agrarias en todos los estados del país y la integración de ellas con los sindicatos de asalariados rurales dio como resultado la constitución de la Confederación Nacional Campesina, la CNC. La organización y movilización política de las masas permitió avanzar en el propósito de hacer valer la independencia económica de nuestro país…” dijo el presidente López Obrador en su discurso del 18 de marzo.
Lo que no dijo el primer mandatario, es que la CNC dejó de existir mucho antes del 2018, porque durante décadas el PRI sólo utilizó a los campesinos como “carne de cañón electoral”, y nunca logró hacer un campo productivo en laza zonas más pobres del país.
Sin la otrora poderosa CTM, con una CNC inexistente, con una CNOP (Confederación Nacional de Organizaciones Populares) desaparecida, el presidente López Obrador puede navegar sin turbulencias hasta el 2024, apoyado claro, por sus programas sociales que llegan a 25 millones de familias. Multiplique por cualquier voto ese número y saque usted el resultado de los vot5os seguros que podría tener la 4T en la contienda presidencial. La estrategia de echarse a la bolsa a obreros y campesinos “no habría podido tener éxito sin las cualidades excepcionales de un hombre noble y justo, como el general Lázaro Cárdenas del Río”, subrayó el presidente López Obrador. Yo también soy un hombre justo y noble; y tengo una estrategia parecida a la de él, quiso decir.
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