Contra todo pronostico el jurado de la Corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, declaró culpable por los cinco cargos de los que se inculpaban a Genaro García Luna, los cuales son: 1) Participar en una empresa criminal continua, 2) conspiración internacional para la distribución de cocaína, 3) conspiración de distribución y posesión de cocaína, 4) conspiración de importación de cocaína, y 5) dar una declaración falsa ante la autoridad migratoria.
Para quienes seguimos el proceso legal en contra de Genaro García Luna durante el último mes, el quien fue el secretario de Estado más poderoso de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, el “super policía” formado en los servicios de inteligencia mexicana, y quien se transformaría en titular de instituciones clave para la seguridad pública como la Agencia Federal de Investigación (AFI) y la Policía Federal, hoy tendrá que enfrentar el peso de la justicia de los Estados Unidos de América.
El veredicto puede parecer inesperado para el equipo del defensa liderado por César de Castro. En sí, la estrategia utilizada por la defensa fue la demeritar los testimonios de los testigos clave, y en lo hechos, jamás pudimos observar una evidencia concreta que mostrará la colusión de García Luna con la organización criminal de los Beltrán Leyva, o con la facción del Cartel de Sinaloa, liderada por Joaquín “El Chapo” Guzman y por Ismael “El Mayo” Zambada.
No obstante, el jurado compuesto por siete mujeres y cinco hombres ha expresado su resolución, y ahora sólo queda a García Luna enfrentar la sentencia que emita el juez Brian Cogan, que será presentada hasta el 27 de junio del presenté año. ¿Qué vendrá después del veredicto del jurado y la sentencia de Cogan? Analicemos algunos escenarios.
El demerito al gobierno de Felipe Calderón y el sistema de justica en México
Cómo comentamos en la columna Día Cero, de la semana anterior, el proceso legal que enfrentó Genaro García Luna terminó por transformarse en un evento que tenía como fin juzgar al aparato de seguridad y procuración de justicia de todo el gobierno de México. La peor parte, se la lleva sin duda la figura de Felipe Calderón, y en segundo instancia el Partido Acción Nacional (PAN). A muchos sorprendió la salida del expresidente mexicano en las vísperas de que se iniciará el juicio contra uno de sus hombres de más confianza durante su gestión gubernamental.
Sin duda, los comentarios de Edgar Veytia, ex procurador de justicia del gobierno de Nayarit, serán explosivos en el futuro cercano. A razón de que este personaje indicó que durante la administración de Felipe Calderón y Genaro García Luna, entonces uno presidente y el otro secretario de Seguridad Pública, ambos ordenaron a los ex gobernadores de Nayarit, Ney González y Roberto Sandoval, apoyar a la facción Joaquín Guzmán Loera en el marco del desintegración que estaba viviendo el Cartel de Sinaloa.
Con lo anterior, la efigie en torno al presidente que declaró la Guerra contra el Narcotráfico será negativa en el futuro. Los aires políticos no lo beneficiaran, y sobre su administración presidencial se tejerá la efigie de un gobierno coludido con lo peor de la delincuencia organizada de México. Sin duda, pronto Calderón se volverá un lastre para la actual generación de representantes del Partido Acción Nacional, partido que se ha transformado en la segunda minoría del Congreso en México y quien detentan el mayor número de entidades gobernadas, después de Morena.
Una duda alberga, y sale para algunos curiosos. ¿Podría ser Felipe Calderón el siguiente exfuncionario en ser llamado a una Corte en los Estados Unidos? Podrá existir la posibilidad de, así como los testimonios del Jesús El Rey Zambada, en el juicio a “El Chapo” en 2019, hicieron llegar a García Luna a la Corte de Brooklyn, ¿las declaraciones de Edgar Veytia amenacen con poner a Felipe Calderón frente al pulpito de los acusados en un los Estados Unidos de América?
Una posibilidad que podría materializarse en los siguientes años y que debemos tener como viable.
El peor escenario contra Genaro García Luna materializado
En el panorama actual parecería torpe, inocente, incluso soberbia, la acción de García Luna de declararse inocente en su audiencia de octubre de 2020. Más, cuándo el día de ayer García Luna ha sido declarado culpable de los cinco cargos que se le imputaban, descartando las posibilidades de la defensa de César de Castro de que le retiraran delitos como participar en una empresa criminal continua y conspiración internacional para la distribución de cocaína, a razón de la ausencia de evidencia para probar estos cargos.
Frente al veredicto del jurado, García Luna enfrentaría un panorama de cadena perpetua en prisión, o de una condena mínima de veinte años. A los cuales le restan los casi tres años que ha pasado en prisión desde su aprehensión en el año 2020. Sea cual sea la resolución de la sentencia de Cogan del 27 de junio, García Luna enfrentará un panorama en el cuál los pocos años de madurez que le quedaban y gran parte de su vejez, si no es que toda, tendría que permanecer en prisión alejado de su familiar y de la vida que una vez quiso construir en los Estados Unidos de América.
A pesar de esto, no todo estaría perdido para el que alguna vez fue el hombre más poderoso de la administración de Felipe Calderón. Le quedaría, en un escenario positivo y no planificado, el volverse un cooperador de la justicia norteamericana, en aras de lograr en convertirse en un testigo protegido que le permitiera acceder a una nueva identidad en los Estados Unidos. De ser viable esta acción, Genaro García Luna tendría que compartir información sensible que pudiera comprometer a las instancias más altas de la administración del gobierno de México, alcanzando incluso al expresidente Calderón.
De poder acceder a esta figura, la condena en contra de García Luna podría rebajarse a una duración de diez, o máximo ocho años, en el mejor de los casos. ¿García Luna dejará su efigie de hombre callado y taciturno, en aras de buscar su libertad en el futuro cercano?
¿Qué hacer en México para combatir a las organizaciones criminales y terminar con la violencia?
Si bien las pruebas tangibles en contra de García Luna nunca fueron presentadas, el veredicto del jurado manda un mensaje de coerción para cualquier funcionario del gobierno de México. Nadie, de ningún nivel, estará exento de poder enfrentar a la justicia de los Estados Unidos siempre y cuándo afectan la integridad y la prosperidad de dicha nación.
La posibilidad de juzgar a un miembro del gabinete presidencial, en la figura de secretario de Estado, ahora está presente y materializada en la figura de Genaro García Luna. La sentencia beneficia el discurso López Obrador, en contra de la corrupción y la podredumbre que por años el señaló en las administraciones del Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional.
También, la fallida Guerra contra el Narcotráfico puede ser considera hoy más que nunca un fracaso, y a pesar de que en la actual administración gubernamental carezcamos de una política eficiente de seguridad, sin dudas, el gobierno de la Cuarta Transformación podrá decretar como un rotundo fracaso a las acciones de sus antecesores.
A pesar de todo, si bien el veredicto y la sentencia de Cogan en junio le darán aires de poder y autoridad moral al gobierno del presidente López Obrador de cara al 2024, ¿qué pasará con la violencia, la corrupción e impunidad en México? Un proceso legal, de estas características, no podría haberse llevado a cabo a en México. Mientras seamos conscientes de esa realidad, podremos decir con certeza, que en nuestro país no existe el Estado de derecho, ni la capacidad política que necesitamos para reducir la violencia que nos aqueja desde hace diecisiete años.