Recientemente he tenido la oportunidad de poder revisar la segunda edición del Digest Of Cyber Organized Crime de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés). La publicación es trascendental porque se aboca a presentar una serie de estudios de caso en torno a ciberdelincuencia organizada de diferentes regiones del mundo. Del mismo modo, es importante hacer notar que el compendio es de alcance global, con el fin de asegurar una representación equitativa de casos de diferentes regiones geográficas alrededor del mundo.
La estructura de la publicación está dividida en cinco capítulos. En los cuales los casos específicos relacionados con el crimen organizado cibernético se destacan en recuadros a lo largo del documento. Los temas cubiertos en la publicación incluyen 1) la estructura, organización y tipos de grupos criminales organizados cibernéticos, 2) herramientas utilizadas por los perpetradores del crimen organizado cibernético tipos de crimen organizado cibernético; y 3) cuestiones procesales relacionadas con la investigación, el enjuiciamiento y la adjudicación de casos relacionados con la delincuencia organizada cibernética.
Es importante mencionar, que dicho estudio registro más de 130 casos, en 30 diferentes países, con sus respectivas jurisdicciones de cómo operaban diferentes modalidades de delitos cibernéticos. A la par de que presenta las formas diferentes de cómo se investiga, procesa y juzga esta actividad ilícita en cada nación. Para esto, del conjunto de casos selecciones en la publicación se presenta un resumen de este, se examina la estructura y organización de los grupos delictivos organizados que comenten estas actividades a través del ciberespacio, y se identifican las herramientas utilizadas por los perpetradores, así como los tipos de estructura criminales que poseen.
Lo anterior, es un aspecto clave a razón qué conocer a las organizaciones criminales y sus modus operandi es un excelente precedente para mejorar las cuestiones procesales relacionadas con la investigación, el enjuiciamiento y la adjudicación de una sentencia por parte de las instituciones de procuración de justicia en contra de casos de delincuencia organizada en el ciberespacio. Para esto, el reporte de UNODC presenta en el resumen del caso contiene apartados en los que se presentan los procedimientos judiciales pertinentes relacionados con dicha dinámica de cibercrimen.
De esta forma, los objetivos finales del compendio son identificar casos relacionados con el crimen organizado que utiliza el ciberespacio para realizar actividades ilícitas, así como la manera en que dicho crimen ha sido investigado, procesado y alcanzado sentencia en diferentes zonas del mundo. Asimismo el Digest Of Cyber Organized Crime concluye identificando desafíos para investigar, enjuiciamiento y adjudicación de casos relacionados con el crimen organizado cibernético, así como las lecciones aprendidas para profesionales de la impartición de justicia, incluidos algunos de los aspectos desafiantes de las respuestas de la justicia penal a este tipo de delitos.
La visión que tiene dicho documentos es trascendental, a razón que desde la pandemia de COVID19 las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han transformado las concepciones del crimen organizado. De hecho, las TIC han tenido un impacto en la naturaleza de las actividades del crimen organizado y los tipos de individuos que pueden participar en estas. Esta transformación incluye cambios no sólo en los tipos de delitos cometidos y los modus operandi utilizados por los grupos delictivos organizados, sino también la variedad de individuos que pueden participar en el crimen organizado.
Por ejemplo, algunos grupos delictivos organizados tradicionales se expanden desde las actividades delictivas fuera del internet a los delitos cibernéticos. Mientras que otros, sólo se reducen a operar a través del ciberespacio y no requieren involucrarse en otras actividades criminales para generar sus ingresos.
Algo importante del reporte es el hacer notar como los grupos criminales organizados, como narcotraficantes o mafias locales o nacionales, cada vez buscan más cooperar con los ciberdelincuentes que tienen la habilidades y capacidades técnicas esenciales para que estos grupos pueden usar su talento para ejecutar ciertas operaciones. Entre los principales profesionales que son buscados por estas organizaciones se encuentran codificadores, personas responsables de desarrollar software malicioso o malware, exploits y otras herramientas utilizadas para cometer delitos cibernéticos, y piratas informáticos, responsables para explotar las vulnerabilidades de los sistemas, redes y aplicaciones.
En otro sentido, es importante analizar como las Apps y su vinculación con las TIC también han transformado la forma en que se estructuran y organizan las organizaciones criminales. A razón de que el ciberespacio elimina la necesidad para el contacto cara a cara entre individuos y permite que trabajen personas que nunca se habían conocido estrechamente y coordinar sus actividades desde cualquier parte del mundo. De esta forma, los delincuentes dentro de estos grupos pueden colaborar en actividades y objetivos ilícitos utilizando alias. Con lo cual, el riesgo de revelar sus identidades y ubicaciones a otros miembros del grupo es poco común.
Un aspecto particular que ha llamado mi atención en el reporte, más allá es la evolución en la estructura de los grupos delictivos organizados tradicionales y su inmersión en los delitos cibernéticos, ha sido la conformación de nuevos grupos y redes criminales que cometen ciber delitos que operan totalmente en línea. Estos grupos exhiben comportamientos similares a los de los grupos organizados tradicionales. Principalmente en el uso de su estructura y modos de operación, que están diseñados para preservar el anonimato de sus miembros y evadir la detección por parte de las fuerzas policiacas.
Esto, desde mi punto particular de vista, se debe a que el internet, las Apps, y las TIC han eliminado las barreras de entrada a los mercados ilícitos. Los cuales ya no están limitados por ubicaciones geográficas, a razón que las personas pueden ser parte de grupos delictivos organizados desde cualquier parte del mundo. Esto se debe que la tecnología también proporciona a los delincuentes la infraestructura, los bienes, el personal y los clientes necesarios para participar en actividades relacionadas con el crimen organizado desde el ciberespacio.
En ese sentido, el internet ha jugado un papel fundamental en la expansión de los mercados y redes ilícitos. También, ha hecho que los modelos comerciales ilícitos sean más eficientes y efectivos. Esto se debe a que el ciberespacio proporciona a los grupos delictivos organizados un espacio en el que pueden realizar sus actividades ilícitas con cierto grado de anonimato, con el cual se pueden aprovechar de las lagunas en los sistemas legales de todo el mundo, con el fin de realizar operaciones y acceder a clientes o víctimas de cualquier país.
Está dinámica hace que el problema de la delincuencia organizada transnacional se agrave aún más por la conectividad global cada vez mayor y el reino sin fronteras del ciberespacio. Con lo cual el aporte de este documento es trascendental a razón de que, en la actualidad, conocemos poco sobre el crimen organizado en el ciberespacio. Y si bien existe un creciente cuerpo de investigación sobre diversas formas de ciberdelincuencia, hay comparativamente menos investigaciones sobre el crimen organizado en el ciberespacio, que en el espacio físico.
Sólo basta decir que considero que este estudio puede ser trascendental para labores que realizan instituciones como la Policía Cibernética de la Ciudad de México, o la Policía Científica, de la Guardia Nacional. Las dos instituciones punta de lanza en nuestro país que han desarrollado líneas de operación para combatir redes de delincuencia a través del internet y el ciberespacio, con grandes profesionistas que con mucho esfuerzo han edificado el capital humano que puede atender delitos cibernéticos en México.
En pocas palabras queridos lectores e interesados en los temas de ciberseguridad, no me queda más que invitarlos a revisar el Digest Of Cyber Organized Crime de UNODC, en una labor de socialización de este excelente documento, que nos permita avanzar en la creación de las legislaciones, instrumentos e procuración de justicia y expertos que necesita el país para combatir la delincuencia que utiliza el ciberespacio para promover sus actividades criminales.