Cuando el actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, (AALH) era candidato a Gobernador de Tabasco, identifiqué su larga carrera política con la palabra que dicen es la más bonita del mundo: “Nankurunasia”. Más que una palabra es un concepto el de nankurunasia, porque se trata de verbalizar la idea de que con el tiempo todas las piezas tienden a encajar y a encontrar su sitio, lo cual es aplicable a cualquier aspecto de la vida. Desde los personales, familiares o laborales. Literalmente nankurunaisa tendría que ver con vivir hoy por el bien de mañana, con una sonrisa, porque todo terminará en su sitio. Así que tiene algo de mantra en el sentido de contar con una imagen y mensaje positivo que nos ayude a vivir el día a día de forma consciente y sabiendo que el mañana será mejor. Adán ganó la gubernatura con el mayor porcentaje de votos que mandatario alguno hubiera obtenido en Tabasco. Más del 70 por ciento. Apenas dos años después el presidente AMLO le llamó para que ocupara la secretaría de Gobernación para que encauzara el resultado de su gobierno, que por aquel entonces corría peligro de enredarse entre algunos miembros destacados de su círculo más cercano. Apenas en unas semanas López Hernández se hizo con el control y la coordinación de los secretarios y destrabó todo tipo de asuntos que se estaban convirtiendo en estigmas de la 4T. No tardó la gente en incluir a AALH entre los posibles candidatos de MORENA a la Presidencia de la República, pero como una posibilidad cierta pero remota. Hoy apareció el efecto de la nankurunasia y Adán Augusto López ya aparece como uno de los tres preferidos entre los militantes de MORENA y de la población en general. Especialmente este fenómeno se ha implantado en las tres últimas semanas, cuando comenzó la gira por los parlamentos locales de los estados apoyando la aprobación de la ley que permite al ejercito hacerse cargo de la seguridad pública en las calles hasta el año 2028. Una encuesta de la reconocida empresa de sondeos de opinión, México Elige, dada a conocer el lunes 14 de noviembre, arroja resultados contundentes sobre lo que expongo en esta tesis de la nankurunasia de Adán. A la pregunta de “quien le gustaría que fuera el candidato presidencial de MORENA en 2024, los simpatizantes de este partido otorgan a Claudia Sheinbaum el 38 por ciento, a Marcelo Ebrard el 24 y a Adán Augusto López el 23.6. Es decir que ya empató con el segundo, cuando apenas ha manifestado su interés por participar en la lucha por la candidatura. Si esa pregunta se le hace a la población en general Marcelo Ebrard logra el 25, Claudia obtiene 24 y Adán el 15. Y todavía faltan muchos meses para que MORENA decida a quien le otorgan el honor y el reto de defender en las urnas a su movimiento sustituyendo a AMLO. Durante años Adán puso los cimientos del trabajo que hoy le permite tener tal grado de aceptación, cuando apenas hace unos meses no gozaba de un nivel de conocimiento notable entre el electorado. Por otro lado afronta el presente de forma positiva y trabaja también de forma optimista y por eso es más fácil que todo encaje en el futuro. Casi parece que estamos hablando del karma, porque es como que lo bueno que das ahora se te devuelve. Y si lo que das o generas es negatividad quizá esas piezas tarden más en encajar, aunque esto es una interpretación mía de nankurunasia. La definición de Nankurunaisa, tiene que ver con la idea de que todo irá bien. En el aspecto personal o en el laboral. En la tradición japonesa se dice que los ancestros la pronunciaban para atraer la buena suerte. Por tanto la definición de nankurunaisa tiene que ver con algo así como que “todo pasará” o “el tiempo todo lo cura”. Y esto se puede aplicar a la reciente declaración de AMLO en la que se deslinda de las críticas de su hermano “Pepín” al secretario de Gobernación, defendiendo a Javier May, todavía tóxico director de FONATUR y aspirante a ser gobernador de Tabasco.
COMO MEDIR, CIENTIFICAMENTE, LA ASISTENCIA A LA MARCHA A FAVOR DEL INE
Pocas horas después de celebrarse la marcha del domingo el propósito de hacerla quedó opacado por la discusión del número de asistentes, que las autoridades capitalinas en boca de un personaje de dudosa calidad moral como Martí Batres, estimaban entre 10 y 12 mil. Los Organizadores manejaban entre 600 y 800 mil personas. Un servidor lleva décadas proponiendo el mejor sistema científico para evitar interpretaciones políticas y este consiste simplemente en contar el número de pies de los manifestantes y dividirlos por dos. Que no se aplique este método solamente se puede explicar cuando a ninguna de las dos partes le conviene que se sepa la verdad de las cosas.
