Un príncipe es asistido de otros individuos que, permaneciendo siempre súbditos bien humildes al lado suyo, son admitidos por gracia o concesión como servidores solamente para ayudarle a gobernar
El Príncipe
No hay duda. La siguiente persona en ocupar la presidencia será quien encabece la candidatura del partido-movimiento oficial Morena, ya sea Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López o Marcelo Ebrard. Ricardo Monreal no tiene ninguna posibilidad. Gerardo Fernández Noroña, menos que ninguna.
Todo lo demás es incertidumbre, ausencia de reglas, indefiniciones, desconfianzas e incluso mentiras incuestionadas y verdades increíbles. Podemos hacer una lista:
Sin reglas
Primero en el escenario de la contienda: no hay claridad sobre la legislación electoral que regirá durante el proceso que podría comenzar en septiembre de este 2023… o en noviembre, según se decida. Las reglas y las fechas las definirá el máximo tribunal constitucional con que cuenta el país, sea como este sea. Podrán dejar las reglas anteriores, podrán aceptar las nuevas o podrán parcharlas. No se sabe aún.
Oposición sin unidad, sin método, sin candidaturas, sin claridad y sin plataforma.
De entrada, la llamada coalición opositora que se pretende unir, provocada por el propio presidente que las calificó de bloque conservador, está informe. En realidad, se trata de partidos históricamente antagónicos: PRI, PAN y PRD, que tienen en común que se han corrido hacia la derecha, sin explicar a sus seguidores qué les ha pasado y por qué. El PRI fue el primero, abandonó su nacionalismo revolucionario e impulsó las políticas neoliberales. La escisión que derivó de ese giro lo ha llevado a esa paulatina extinción.
El PRD, por su parte, pasó de usar el registro heredado del Partido Comunista Mexicano para crear una fuerza plural de varias izquierdas, a quedarse en una minúscula célula comandada por un exguerrillero que, por cuotas de dinero y poder, se dice socialdemócrata, pero sin banderas de izquierda, en su subordinación al PAN y al PRI.
El PAN, por su parte, solo tuvo un corrimiento gradual, al acercarse a las ideas de Gustavo de Hoyos, Claudio Décimo González y a la ausencia de ideas, pero con estridentes posiciones de derecha de Lily Téllez.
PRI y PAN negociaron que el primero postulaba candidaturas para Estado de México y Coahuila y el PAN en Ciudad de México y para la presidencia. El PRD se quedó nomás mirando y pataleando. El PAN teme que el PRI lo traicione, el PRI quiere sacar más raja de la alianza y no se han puesto de acuerdo en cómo elegir candidatura de unidad y mucho menos, en con qué oferta acudirían a pedir el voto ciudadano. Lo que transmiten con claridad, aunque lo nieguen en público, es que han renunciado a postular una candidatura presidencial competitiva. Sólo pretenden aumentar su presencia en curules para mantener prerrogativas y espacios de poder.
¿Marea u oleaje rosa?
Las organizaciones integradas por políticos talentosos marginados de sus propios partidos y otras, de la autodenominada sociedad civil, promovieron exitosas movilizaciones en defensa de la autoridad electoral, ante la ofensiva de Morena contra el INE y, ahora, pretenden generar un ambiente propicio para promover un gobierno de coalición y poner a prueba a quienes han levantado la mano para la candidatura presidencial de unidad de la eventual coalición opositora, en un foro de deliberación virtual que concentra participantes blancos y de la tercera edad.
MC, por libre
Movimiento Ciudadano mantiene su estrategia con cierta coherencia. Apuesta a representar ese espacio de izquierda moderada que han abandonado los demás y busca crecer para convertirse en la principal oposición y disputar el poder en la siguiente, en 2030. Su posición coherente frente a la intentona mediocre, mezquina, miope e indefendible del resto de los partidos, todos revueltos (Morena, PAN, PRI, PVEM, PRD, PT), por llevarse de por medio la capacidad de garantizar acciones afirmativas del Tribunal Electoral (TEPJF), les dará frutos.
Mientras tanto, entre los aspirantes presidenciales de todos los partidos, nadie dice esta boca es mía para cuestionar a los liderazgos de pacotilla y sus indecisiones…
(Continuará… inicia serie sobre sucesión).
Un libro, una serie, un podcast:
Libros: Dispersar el poder (Virus) Raúl Zibechi. El autor uruguayo analiza el potencial de la comunidad como único lugar posible de articulación de contrapoder.
Serie: We own this city. (HBO) Dave Simon y George Pelecanos de The Wire dramatizan la corrupción policial de Baltimore en una nueva y prometedora serie.
Podcast: El nido de La Garza (Acast). Mónica Garza desnuda a sus entrevistados en conversaciones íntimas sobre sus historias personales en las que afloran también las de la propia periodista.
@KoldoHerria
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