El tiempo y el poder político se le acaban a Miguel Ángel Osorio Chong, quien apenas hace unos años, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, era uno de los dos políticos con mayor poder en México y desde su despacho como secretario de Gobernación tenía bajo su control a la Secretaría de Seguridad Pública y al principal órgano de inteligencia: el Cisen, en donde controlaba la política interna del país, se encargaba de la seguridad nacional y asignaba contratos irregulares multimillonarios, de los cuales uno de los beneficiarios fue Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos por narcotráfico.
Pero esos tiempos de poder se acabaron y ahora Osorio Chong, apodado “El Chino”, es ninguneado y relegado hasta en su propio partido, el PRI, en donde su presidente Alejandro Moreno se le impuso para quitarlo de la coordinación de la bancada priista en el Senado de la República, en donde el fuero que aun tiene se le acaba el próximo año, en 2024, y ya sin esa prebenda legislativa podrían activarse las acusaciones penales en su contra que se acumulan en la Fiscalía General de la República (FGR), quien es la responsable de solicitar a un juez federal librar las órdenes de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada, lavado de dinero, peculado y corrupción.
Por todo esto el senador priista anda mal y de malas, pues esperaba lograr que el expediente que se integra en su contra en la Fiscalía Especializada en materia de Combate a la Corrupción, que dirige María de la Luz Mijangos, fuera cerrado y hasta intentó negociar al más alto nivel con funcionarios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero la respuesta siempre fue la misma: la FGR es autónoma y es allí a donde tiene que acudir porque ellos son los responsables de las investigaciones.
El primer aviso en contra del senador Osorio Chong ocurrió en agosto de 2020, cuando la FGR presentó un escrito ante un juez de control con sede en Almoloya Estado de México, en donde solicitaba librar órdenes de aprehensión contra 19 exfuncionarios que integraban el círculo más cercano del senador priista, entre quienes destacaban Jesús Orta Martínez y Frida Martínez Zamora, por su probable responsabilidad en el delito de delincuencia organizada para cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Los otros exfuncionarios acusados son: Eleuterio Enrique Pérez Romero, Everardo Guzmán Linares, Federico Emilio Metzger Sánchez Armas, Francisco Javier Cruz Rojas, Osvaldo Martínez Hernández, Leonel Ignacio Orozco Padilla, Leopoldo Martínez Escamilla, Ramón Jesús Sánchez Cañedo, Jorge Carlos Ruiz Alavez, Édgar Ulises Calderón Luna, Israel Luna Espinosa, José Manuel Correa Flores, María Eldy Sosa Calderón, Verónica Tlahuitzo Pérez, Carmen Patricia Quiñones Piña, y Mercedes Hernández Rodríguez.
La cercanía de Osorio Chong con Orta Martínez se remonta al sexenio pasado, cuando éste se desempeñó como director general en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y después como secretario general en la administración de recursos de la Policía Federal.
En el caso de Frida Martínez Zamora, quien se encuentra prófuga e Interpol envió a todo el mundo la ficha roja, fue subordinada de Osorio al fungir como secretaria general de la Policía Federal en el gobierno de Peña Nieto. La exfuncionaria era operadora del exsecretario de Gobernación y cuando éste fue gobernador de Hidalgo la designó como directora general de Recursos Materiales y Adquisiciones en la Oficialía Mayor.
Martínez Zamora es acusada de desviar cerca de 100 millones de pesos destinados al pago de servicios para el área de inteligencia de la Policía Federal, contratos que se habrían hecho con empresas de Israel y que sólo fueron simulados.
En sobres lacrados se guardaban cheques y dinero en efectivo
En los 5 años (2018-2023) en que el priísta Osorio Chong estuvo al frente de la Secretaría de Gobernación, se utilizaba una caja fuerte en donde se guardaban en sobres lacrados dinero en efectivo y cheques para supuestos operativos de seguridad nacional y contra la delincuencia organizada, pero el uso de esos recursos públicos fue tan discrecional que se permitió desviar alrededor de 2 mil millones de pesos.
En cada operativo de seguridad pública supuestamente relevante o de emergencia, se ordenaba a la entonces secretaria general de la Policía Federal, Frida Martínez Zamora abrir la caja fuerte y sacar de los sobres lacrados dinero en efectivo o cheques firmados y aprobados previamente para ser cobrados en el banco.
Para “justificar” ese gasto millonario, la exfuncionaria policiaca sólo tenía que escribir el motivo de dicho gasto y ese oficio se metía en el mismo sobre de donde se había sacado el dinero.
Al cambio de gobierno, cuando Peña Nieto deja la Presidencia de la República y Andrés Manuel López Obrador asume el poder, le informaron que en la Secretaría de Gobernación había una caja fuerte con un grueso paquete de sobres abiertos que ya no tenían dinero ni los documentos que justificara un gasto de alrededor de 2 mil millones de pesos.
Fueron funcionarios del gobierno anterior quienes explicaron que allí se guardaba el dinero en efectivo y en cheques que supuestamente se ocuparían para operativos de seguridad nacional y de combate al crimen organizado.
La anomalía motivó que se presentara una denuncia penal en la Fiscalía General de la República contra quien resultara responsable del delito de desvío de recursos públicos, por lo que se integró un expediente penal y el ministerio público solicitó a un juez federal librar las órdenes de aprehensión respectivas.
Lo curioso de este caso de corrupción en la Secretaría de Gobernación, fue que cuando Osorio Chong se enteró de la investigación por ese faltante de dinero, solicitó audiencia en Palacio Nacional, en donde al ser atendido el senador pidió clemencia para él y para su colaboradora más cercana, Frida Martínez Zamora.
La contestación a Osorio fue dura y seca: “Puedes asumir tú la responsabilidad del desvío de miles de millones de pesos o le corresponde a Frida Martínez afrontar la justicia, porque oficialmente ella es quien tenía bajo su resguardo ese dinero”.
Sin pensarlo mucho, Osorio sorprendió con su respuesta: “Sólo les pidió que no sean muy duros con Frida”.
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