Lo acontecido en el Estado de México y Coahuila donde, inexplicablemente, Movimiento Ciudadano ha decidido no participar en los eventos electorales, o bien, indica tácita e implícitamente integrarse a la alianza PRIANRD; permite entender que Dante Delgado ha destapado su juego y al movimiento naranja se le acabó el combustible. Un elemento para destacar radica en el trabajo de Samuel García -gobernador de Nuevo León- en lo que tiene que ver con la empresa Tesla, pues la instauración del complejo tecnológico e industrial constituye una evidencia de que al Grupo Monterrey le importan más los negocios que la política -o bien, que usan la segunda para beneficio de la primera-, e históricamente así le ha ido mejor.
En este sentido, la cancelación del candidato Juan Zepeda y el estilo político en que se planteó, muestra el verdadero rostro de MC, una facción oportunista más que nunca se ha planteado constituirse de verdad en un partido político. Es cierto que, de poco en poco, de poquito en poquito, se llena el jarrito y, aunque sea una pobrísima aportación la del movimiento naranja, la alianza pragmática polipartidista que pudiera llegar a tener éxito en el Estado de México, también lograría repetir para la candidatura presidencial de 2024.
Los perfiles de Movimiento Ciudadano y el instituto político como tal no tienen competitividad, pero van juntándose los restos -o la basura como se dice en el conquián- y así tienen la oportunidad de alcanzar a formar un trabuco que puede -ese sí- ser altamente competitivo en el futuro frente a MORENA.
El movimiento ciudadano no tiene más fichas y la malograda candidatura de su perfil para el Estado de México es un anuncio sobre un panorama sombrío para el futuro del partido, como ha ocurrido con PT, PVEM, PRD, PES y otros institutos políticos que se conducen como satélites de franquicias económicas, sociales y religiosas. El juego se llama volverse un convidado a gorronear y así marca la mayor parte de los grupos que ahora se unen en torno al PAN.
Los elementos que se unen bajo la égida del PAN en una coalición opositora están transfigurándose en una carga negativa de personajes que van a significar un problema mayor para el candidato presidencial en 2024. Los aliados del PAN son impresentables, y al daño mayúsculo que ha significado el caso de Genaro García Luna, ahora también hay que sumar al clima de opinión sobre los panistas, la cuestión de personajes ambiciosos y perdedores como Dante Delgado.
Movimiento Ciudadano no es una organización seria -nunca lo fue-, no podrá hacer creíble una nueva retórica frente al default o abandono que hicieron con el personaje Zepeda quien, con todo y todo, guardaba una representación significativa de votos por su naturaleza populista, perredista y municipal.
La elección del Edomex también será una estrategia experimental con miras a la sucesión presidencial. Las referencias al abandono de Juan Zepeda marcarán a Movimiento Ciudadano como algo peor que contradictorio y al PAN como una carga de problemas y tensión constante. Es cierto que suma la coalición opositora cada vez más grupos, pero no se observa una alianza que sobrepase a Morena todavía. En sentido estricto, lo ocurrido con Movimiento Ciudadano permite justificar las críticas al INE como un organismo comparsa que, hasta hace poco, ha establecido limites serios a partidos políticos que abusan del financiamiento público y de la condición de elementos de interés público que la Constitución Mexicana les garantiza. En el futuro, con miras a los parabienes de la gobernabilidad, el presidencialismo y el desarrollo económico del país, será necesario inhibir la formación de instituciones perversas como Movimiento Ciudadano que lastiman al país de modo impresionante.