El doctorado de Lorenzo Córdova Vianello en teoría política por la Universidad de Turín, Italia, investigador titular con licencia del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM e integrante del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III hacen del consejero presidente del INE una autoridad en asuntos politico-electorales. A este currículum académico debe agregarse la autoría de libros, ensayos y artículos sobre temas electorales, constitucionales y de teoría política que lo presentan como un prestigiado especialistas, por lo que es invitado constantemente a impartir conferencias magistrales en universidades públicas o privadas, nacionales o del extranjero, u otros foros, donde deja constancia del conocimiento que tiene de la realidad mexicana, histórica y contemporánea.
Esta autoridad doctoral de Córdova es transferida a su discurso con el fin de dominar el debate público contra las reformas político-electorales impulsadas por el presidente López Obrador, que actores políticos y dirigentes de oposición han protegido y usado para sincronizar ataques de odio, miedo, mentiras y desinformación durante más de un año a la fecha, hasta haber conformado con los argumentos infalibles del consejero presidente del INE una percepción social única de los propósitos nefastos de modificar el sistema electoral: reformas regresivas que atentan contra la democracia, el desmantelamiento del INE y acabar con el voto libre.
Tres argumentos destacan: no habría tiempo para instrumentar todos los cambios que implican las reformas del Plan B; nunca ha habido reformas constitucionales o legales al sistema electoral antes de la sucesión presidencial; y todas las reformas en materia electoral han sido producto de acuerdos entre las fuerzas políticas. Estos puntos del discurso del doctor Córdova nutren los posicionamientos políticos de la oposición para generar contenidos en las estrategias de comunicación política, sesgados o totalmente falsos, para deslegitimar los actos legales del Ejecutivo y Legislativo dirigidos a reformar el orden jurídico bajo el principio de progresividad, y guían las acciones jurídicas en un intento por detener la aplicación de las leyes aprobadas.
Con motivo de las conmemoraciones del centenario de la Constitución, el Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en febrero de 2017, organizó un seminario alusivo y cuatro años después, el libro Cien años del sistema electoral mexicano: continuidad y cambio compiló los textos bajo la coordinación de Leonardo Valdés Zurita (México, IEEM, 2021), donde Córdova Vianello escribió “A manera de introducción: la Constitución de 1917 y el modelo democrático de la reforma de 2014”. La Constitución es un “pacto politico” que define las instituciones para el ejercicio del gobierno y establece las bases de convivencia entre gobernados y de éstos con sus autoridades -apunta- y “en materia electoral nuestro andamiaje institucional dista mucho de tener un pacto fundacional” desde hace un siglo; “la renovación pacífica y periódica del poder político” careció del “diseño de un andamiaje constitucional que estableciera equilibrios, límites o contrapesos al ejercicio del poder”.
El pacto fundacional se concretó en 2014, afirmó. Y las reflexiones del doctor Córdova lo llevaron a diferenciar dos vertientes de ese pacto. La primera, de continuidad en temas como el registro de electores, las prerrogativas de los partidos políticos y fiscalización. La otra, de ruptura, “tiene que ver con la estructura de la administración electoral y sus atribuciones…Es una reforma que crea un único sistema electoral articulado con un ente rector, el INE, ahora convertido en un organismo de carácter nacional, y 32 entes locales” que produjo el “replanteamiento del sistema electoral” porque fue objeto “de una profunda interpretación”, por parte del INE y el TEPJF, de “la cantidad de nuevas atribuciones que el INE tuvo que poner en marcha” con mecanismos y criterios nuevos, carentes de antecedentes referenciales, como la de organizar elecciones internas de los partidos.
La evolución de cambios distintos entre lo federal respecto al ámbito local condujo al INE “a darle un rápido y radical golpe de timón a la interpretación de su rol” rector de elecciones y ejecutor de “una inversión de ruta e interpretación” del “nuevo sistema nacional de elecciones”, producto de la reforma de 2014 -escribió Córdova Vianello- y la “presencia mucho más consistente del INE en lo local…en el plano normativo con más de 307 acuerdos emitidos para normar, por parte del Consejo General del INE, las elecciones subnacionales y la actuación de los propios OPLE en la conducción de las contiendas estatales”, fue soportado en acuerdos colocados “jerárquicamente por arriba de una constitución local, especialmente aquellos que son ejercidos con base en la facultad de atracción”, acuerdos validados, desde entonces, por la SCJN y el TEPJF.
Hasta aquí los apuntes del consejero presidente. La centralización de las funciones sustantivas del sistema electoral en el Consejo General del INE bajo la estructura de reparto de cuotas de poder hizo de este ente rector un poderoso instrumento politico controlado por la partidocracia neoliberal, cuyo acto fundacional se remonta veinticinco años atrás, y no en 2014.
Nota. Los datos históricos, de resultados electorales y las citas entre comillas fueron tomados del libro Cien años del sistema electoral mexicano: continuidad y cambio. Coordinador Leonardo Valdés Zurita (México, IEEM, 2021). La contextualización e interpretaciones son responsabilidad del autor.