El debate de los historiadores en cada sociedad resulta importante, es la dialéctica de las narrativas quien permite entender el proceder de los pueblos. Por esa razón, la intelectual neofascista que utiliza la ultraderecha mexicana para generar un clima de animadversión en la opinión pública contra AMLO debe reconocerse también en su contraparte historiográfica. Anne Applebaum es una académica que busca transformarse en la Jeane Kirkpatrick de nuestro tiempo, la legitimidad de sus obras intelectuales es altamente cuestionable y presenta una militancia casi neonazi que sesga sus investigaciones.
Afirmar que el libre mercado hubiera protegido más que el socialismo a los campesinos eslavos y al incipiente proletariado de Europa del Este, simplemente señala un desconocimiento de la historia. Ni qué decir del antirrusismo que predomina en su gnosis, además de la rabia anticomunista, provocándole -como los negacionistas de la ultraderecha- una mezquina cerrazón a la importancia de Rusia para contener el nazismo y salvar a Europa así como la democracia norteamericana. El conocimiento histórico de Applebaum es más hollywoodense que universitario o, al menos, autodidácta. Una obra intelectual que da tumbos para cuestionar a Vladimir Putin y negar la natural existencia de Eurasia, un negacionismo sobre los campos de concentración nazis y la importación de miles de criminales de guerra alemanes para los Estados Unidos, deja entrever a una académica vendida a la industria militar pentagonista. ¿Conocerá Anne Applebaum a Noam Chosmky?, ¿por lo menos a Howard Zinn? La ultraderecha mexicana debería recomendarle a José Fuentes Mares.
Applebaum es un mal ejemplo de trabajo intelectual, es una declamadora de la economía de guerra estadounidense y de allí es significativo observar sus opiniones sobre México y, particularmente, sobre López Obrador. AMLO no es Stalin, no es Lenin, ni Ceaucescu; México es la Ucrania, pero de Estados Unidos. La derecha mexicana podría pedirle su opinión a James D. Cockcroft, por eso del interés sobre la competencia y la calidad, en el propósito de abonar a la objetividad. En ese reflejo también se entendería la propuesta democrática de Anne Applebaum.
La importación de nazis a Estados Unidos lo convirtió en un santuario del filonazismo, el proyecto Intermarium que Norteamérica toma de los fascistas europeos y luego impulsa en la Guerra Fría para sembrar células anticomunistas por todo el mundo, ahora se consolida en Europa del Este, retornando bajo la narrativa de personas como Anne Applebaum, ¿Por qué no habla del pasado nazi de Europa del Este y la justa retribución que tomaron los soviéticos por la estratosférica cuota de vidas humanas, cuantificadas en decenas de millones, para salvar al mundo?
No basta con que Applebaum se asuma como liberal demócrata para tomar en serio sus argumentos sobre México. A veces, cuando se trata de observar la política ficción, es mejor leer a Mario Vargas Llosa, un liberal demócrata auténtico pero que, sin duda, tiene las mejores novelas politológicas del intervencionismo yanqui en Latinoamérica ¿Las conocerá Applebaum?, ¿Qué validez les concede?
La Amerikkka Nazi que contempla intelectuales como Anne Applebaum para generar posverdades y malinterpretar la información histórica resulta inocua en una sociedad donde la realidad confirma el imperialismo estadounidense y la clase media aspiracionista tiene acceso a libros de historia más formales e íntegros.
Las perversiones intelectuales estilo Alfred Rosenberg que intenta hacer Applebaum respecto de México y Estados Unidos, así como de la hegemonía estadounidense global; ya no convence a nadie. Empezando por la Cultura de Davos, el debate de los historiadores sobre el siglo XX y la conducción de la Guerra Fría. La realidad es que la hegemonía estadounidense se impuso en el mundo asimilando el triunfo de Adolfo Hitler en América y fomentando un rabioso anticomunismo que esconde un racismo y aporofobia extremas. El Intermarium es uno de los artilugios más usados en el imperialismo yanqui y ahora en la lucha de Europa del Este para introducirse en la OTAN y confrontar el espacio vital ruso.
Cuando Anne Applebaum hable del Intermarium, el IV Reich Estadounidense y la construcción de internacionales anticomunistas, antinacionalista y anticivilizatorias; por todo el mundo, quizá entonces valga la pena atender la observación de Applebaum sobre México.
No olvides seguirnos y mantenerte actualizado con El independiente.