La crisis en el sistema político no ocurrió por el caso Colosio sino antes:
1.- El presidente de la república paulatinamente pasó de factor de consenso a factor de disenso.
2.- El PRI fue perdiendo legitimidad electoral con la democracia y la pérdida de control del sistema electoral. Todo comenzó en 1978 con la legalización del Partido Comunista Mexicano porque rompió el control y el monopolio partidista del PRI y sus satélites PPS y PARM y entonces con un PAN institucional. La crisis comenzó en 1988 cuando el PRI perdió la mayoría absoluta en la presidencia y desde 1997 no la alcanzó en el legislativo. El partido-sistema se fue reduciendo por la construcción de un nuevo partido-sistema fuera del PRI y con una oposición menos dependiente. Las decisiones sobre políticas públicas dejaron de pasar obligatoriamente por el PRI.
3.- La crisis del populismo en 1982 y la larga era del neoliberalismo 1983-2018 cambiaron los objetivos del sistema: del bienestar social a la estabilidad macroeconómica, del Estado al mercado. El PIB promedio anual en el periodo 1983-2017 fue de 2.2%, contra el 6% del periodo 1934-1982. La reducción del gasto social fue correlativa al aumento de la corrupción sobre los recursos públicos. El Estado se salió de los objetivos sociales y se estacionó en el funcionamiento del mercado. La meta del sistema político ya no fue el bienestar social.
4.- Al adelgazarse la legitimidad del Estado priísta, los sectores independientes del sistema se fueron alejando de compromisos de dependencia. En una economía de mercado, los empresarios vieron que ya no necesitaban ser leales al Estado, los militares se negaron a legitimar autoritariamente al Estado priísta y convivieron con la oposición, Washington pactó con el PAN posibilidades de alternancia, los curas se movieron por su cuenta y vieron la posibilidad de subordinar al Estado, los medios pasaron a la crítica para obtener más beneficios, los intelectuales se negaron a avalar al PRI y la oposición dejó de ser leal al momento de presentarse como alternancia efectiva.
5.- El tránsito del populismo al neoliberalismo representó el agotamiento de la cultura política como pensamiento histórico e ideología oficial. En 1992 el presidente Salinas le dio la puntilla al sistema al anunciar, en su discurso de aniversario del PRI, que la Revolución Mexicana salía de los documentos oficiales y entraba una gelatinosa ideología de “liberalismo social”. Este salto ideológico implicó el olvido institucional del pensamiento histórico. La reforma educativa del presidente Peña Nieto ha terminado por liquidar a la educación como aparato ideológico del Estado priísta.
6.- Las reglas se fueron distensionando en la medida en que el presidencialismo funcionaba con autonomía relativa del sistema. El autoritarismo fue sustituyendo al consenso. Por tanto, el funcionamiento de las reglas dejó de ser un factor de cohesión y establecimiento de alianzas. Las primeras reacciones negativas del fin de las reglas fue la asignación vertical de candidaturas priístas, lo que motivó la salida de priístas del partido y su paso a la oposición. El punto central de este proceso fue 1988: el presidente De la Madrid se opuso a abrir el sistema de selección del candidato presidencial, pero sin dar salidas laterales a los disidentes y la salida del PRI de Cuauhtémoc Cárdenas inició la desagregación de militantes que no se ha detenido.
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