El que en un principado no reconoce los males cuando nacen, no es verdaderamente sabio
El Príncipe
Las elecciones locales de Coahuila y el Estado de México son un punto de inflexión en la línea del tiempo hacia la sucesión presidencial prevista, si nada cambia, hacia junio de 2024.
Coahuila es casi intrascendente porque el resultado está cantado. El gobernador Miguel Ángel Riquelme, cuyo triunfo electoral para ser gobernador lo obtuvo, no sin dificultades, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, entregará ahora buenos resultados a sus correligionarios en las inminentes elecciones estatales. Tuvo una gestión razonablemente positiva como para obtener muchos votos de castigo; designó a Manolo Jiménez, en acuerdo con Rubén Moreira, como candidato a sucederlo, siendo el mejor posible de entre sus filas, considerando edad, cercanía a la gente y gestión municipal. Riquelme entregará con un saldo positivo en términos políticos y dotará al PRI de un gobernador que retrasará la desaparición de ese partido unos años más. Quizá Riquelme pudiera ser un político activo hacia el futuro, pero no termina su gestión como una figura nacional. Prácticamente es desconocido fuera de su entidad, y tiene a un paisano incómodo en Rubén Moreira quien lo ha tutelado y obstruido al mismo tiempo.
En Coahuila, Morena ha puesto de su parte para su derrota anunciada. Mario Delgado, Armando Guadiana y Ricardo Mejía reunieron su inteligencia, sus capacidades políticas, su visión de equipo, su lealtad hacia el presidente López Obrador y su congruencia personal y política para destrozar cualquier posibilidad que podrían haber tenido para arrebatarle una entidad al PRI y fortalecer la transformación impulsada por AMLO. La arrogancia ineficaz de Mario Delgado, el narcisismo y ambición de Mejía y el perfil silvestre del político carbonero fueron un obsequio para que el poder estatal quede en las manos de la misma élite local. En apretada síntesis, Coahuila solo es un precedente de lo que la división en Morena puede provocar.
En cambio, en el Estado de México están puestas todas las miradas. Analistas superficiales suelen soltar la mayor al afirmar que lo que suceda en esa entidad, sucederá en el país, lo cual es una falacia absoluta demostrada con las estadísticas electorales de los últimos tres o cuatro procesos electorales. El resultado previsto hasta el momento en la entidad aún administrada por Alfredo del Mazo III, nos lleva a anticipar el triunfo de Morena, con Delfina Gómez como futura gobernadora.
Alejandra del Moral, más joven y entusiasta, trabajadora y disciplinada ha cometido varios errores, algunos atribuibles a ella, otros resultado de estar atrapada. Es rehén de la incapacidad de Del Mazo para construir consensos, al aplicar la máxima de que el gobernador priista en turno manda y todos obedecen. No obedeció la aspirante más fuerte, Ana Lilia Herrera, ni Alejandro Moreno quien la azuzó a patalear. Del Mazo prefiere que gane Ale del Moral, pero no va a meter el cuerpo.
El equipo de Alejandra del Moral está tripulado en el terreno y en el manejo de los recursos por su esposo Mariano González, hijo del exgobernador tlaxcalteca del mismo nombre. En el cuarto de guerra principal están el propio gobernador que aspira a estar en el gabinete de Claudia Sheinbaum y el exgobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, más amigo de Yvonne Ortega y Dante Delgado que de Alejandro Moreno. La aplicación para capturar las credenciales electorales de los simpatizantes promovidos es negocio de Alberto Baz Baz, exfiscal incapaz de resolver el caso Paulette, director de los servicios de inteligencia civil y financiera con Enrique Peña. César Camacho suelta por doquier que van “bañando en oro” a los actores políticos locales que van sumando…
Por su parte, Delfina Gómez, como quiera que sea, va caminando apuntalada por el contenido discursivo de AMLO, que ella hace suyo, y por una sencillez y un lenguaje que la hacen cercana a la gente.
En el Estado de México está en juego el futuro de la élite mexiquense que no supo gobernar el país y, en parte, el futuro de los aspirantes a la presidencia de Morena. Si se mantiene la tendencia y gana Morena, Claudia Sheinbaum y AMLO estarán más cómodos y Marcelo se sentirá en dificultades. Esa es la importancia de la cita electoral a partir de la cual se pactarán las reglas del juego para la nominación adelantada de una sucesión también adelantada. AMLO les metió prisa.
Un libro, una serie, un podcast:
Libro: M. Los últimos días de Europa (Alfaguara) Antonio Scurati. Para los apasionados de la novela histórica de impresionante calidad literaria y para los interesados en conocer el declive del fascismo italiano del siglo XX, aparece en español la tercera parte de la biografía novelada de Mussolini.
Serie: El asesino improbable. (Netflix) Mini serie sobre el asesinato de Olof Palme con la versión más recientes de los hechos que cambiaron la historia política de Suecia.
Podcast: Woman´s hour (BBC Radio 4). Voces y vidas de mujeres en conversaciones tópicas para informar, desafiar e inspirar.
@KoldoHerria
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