El desprecio del Presidente y aplaudidores se traduce en ignorar a los grupos sociales que son representados en el Congreso de la Unión, por Diputados y Senadores elegidos de manera democrática…
Hace unos días, el grupo parlamentario de Morena en el Senado, de la mano de sus aliados (PT, PVEM) orquestaron lo que hoy se le conoce como la “Noche negra del Senado”.
Sin notificar a los Senadores de oposición, negándoles el acceso al recinto donde se llevaría a cabo la sesión extraordinaria, los Senadores de MORENA y sus aliados votaron para aprobar la reforma, expedición o modificación de una ley cada diez minutos, rompiendo todo récord habido y por haber.
Dentro del paquete de reformas se incluía la militarización del espacio aéreo, así como la autorización para que los fondos recabados por el tren maya se destinen a la Secretaría de Defensa.
Ante este hecho, la oposición comenzó a denunciar las violaciones legislativas en que incurrió MORENA, mientras que, por otro lado, los voceadores del oficialismo, así como el gabinete entero del gobierno federal, aplaudía la tropelía cometida.
Pero más allá de las violaciones al proceso legislativos, y de la politiquería que eso enmarca, lo que debe preocuparnos como ciudadanos es algo que va más allá de los detalles técnicos legales.
El discurso oficial presume que ellos representan al pueblo de México, y por ello, pueden hacer lo necesario, incluso violar la Constitución para adecuar leyes a modo, despreciando así, a todos los sectores que conforman a nuestro país.
El desprecio del Presidente y aplaudidores se traduce en ignorar a los grupos sociales que son representados en el Congreso de la Unión, por Diputados y Senadores elegidos de manera democrática, mediante el voto de ciudadanos que no creen, y no están obligados a hacerlo, en AMLO y MORENA.
Sin embargo, cuando el oficialismo denota a diputados y senadores de oposición, cuando menosprecia su participación en los procesos legislativos, en realidad está despreciando a los ciudadanos que los eligieron.
Es así como el mismo Presidente miente al decir que él y su movimiento representan al pueblo de México.
Si tratáramos de ser exactos, MORENA fue el partido más votado con aproximadamente 40% del padrón electoral, lo que representa menos del 35% del total de la población de nuestro país.
Es decir, MORENA considera que el 65% restante de los mexicanos, que no votaron o aún no pueden votar, no se sienten representados por ese movimiento.
Sin embargo, el discurso oficialista pretende darle voz únicamente a las personas que votan por su partido, ignorando al resto de la ciudadanía, ninguneando a todo aquel que no piense como ellos.
Se olvidan que llegar al poder conlleva la obligación de gobernar para todos, sin embargo, desde 2018 el estilo de gobierno es el de servir y ayudar a quienes les creen. Los demás nos reducimos a un simple número que en su mapa mental no existe.
El desprecio del Presidente y aliados hacia la verdadera mayoría ciudadana, representada por una minoría legislativa en el Congreso de la Unión, debe prender las máximas alertas, toda vez que es un afán de desconocer la libertad para discernir, pensar diferentes, a la libertad de expresión.
Recordemos que fueron personajes como Hitler quienes, por odio a un grupo social específico, protagonizaron uno de los peores capítulos de la historia. Y no, no me refiero a que AMLO se convierta en un Hitler latinoamericano, pero el camino del desprecio y del odio hacia quienes no piensan como él o de aquellos que no cumplen sus caprichos, lo convierten en un personaje peligroso por su sed de venganza, pero, sobre todo, por su afán de poder eterno.
Así, el desprecio de AMLO y MORENA de aquellos que no piensan como ellos se comienza a traducir en actos que atentan contra las libertades, la seguridad jurídica de las personas y contra la democracia que hoy en día, cuelga de un hilo.
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