El sistema político priísta, por tanto, ha dejado de ser funcional y se ha convertido en un problema porque ya no opera como el espacio de entendimiento y cohesión ordenada entre los priístas.
En todo caso, dos fenómenos políticos se han presentado:
1.- La autonomía relativa del sistema. En el pasado, el sistema funcionaba básicamente con el presidente de la república y el PRI; hoy el sistema ha entrado en un espacio de autopoiesis o capacidad autónoma para regenerarse como acto de sobrevivencia. Esta apreciación tiene que ver con la vertiente del análisis político que ve a las instituciones en ocasiones como sistemas orgánicos, con vida propia. El sistema político debió de romperse totalmente en el 2000 con la llegada del PAN a la presidencia; pero además de que el PAN se vio ahí como un partido de no-oposición, los sectores del sistema se acomodaron para generar anticuerpos que impidieran una infección terminal del mismo sistema. Así, el sistema se colocó como superestructura del sistema y mostró funcionamiento autónomo. Por sobrevivencia propia y en situaciones de ruptura, el sistema se reforma a sí mismo y convive y anula los virus del cambio y la ruptura, además de que hasta ahora no existe en México ninguna organización con propuesta realmente alternativa: PRI, PAN, PRD y Morena son partidos sin ideología, pragmáticos, populistas, con deseos sólo de mantenerse en el poder mediante la manipulación de los recursos públicos para generar lealtades electorales.
El modelo analítico de sistema social que puede aplicarse al sistema político mexicano fue el diseñado por el médico y guionista Michael Crichton en su guión El mundo perdido, segunda parte de Parque Jurásico. La investigación detrás de la seria fue sorprendente porque revivió teorías marginales. La tesis de El mundo perdido en un sistema social explica el tránsito de una comunidad de la estabilidad hasta el borde del caos pasando por siete etapas: desorden, riesgo, punto de equilibrio, conflicto interno, orden desmoronado y borde el caos. Se trata de las dificultades de convivencia y equilibrio en sociedades complejas, entre ellas la de los dinosaurios hace 65 millones de años. El conflicto en las sociedades comienza con la desarticulación de acuerdos, momentos de conflictos internos y se pone en riesgo la sobrevivencia. La salida es la eliminación de elementos destructivos para producir una re-estabilización parcial. “la supervivencia viene determinada en parte por sucesos aleatorios”. El punto de riesgo es el borde del caos, “un lugar donde existen suficientes innovaciones para que un sistema vivo permanezca vibrante y suficiente estabilidad para impedir que caiga en la anarquía. Es una zona de conflicto y convulsiones donde lo viejo y lo nuevo se hallan en constante guerra. Encontrar el punto de equilibrio no debe ser fácil”.
El sistema político mexicano le aportó al modelo Jurásico el elemento de la autonomía relativa del sistema; si los elementos del sistema no pueden/no quieren/no saben renovar relativa del sistema; si los elementos del sistema no pueden/no quieren/no saben innovarse y amenazan con dar el paso siguiente al del borde del caos, entonces el sistema se reforma a sí mismo para supervivir.
2.- El sistema político de los siete pilares ha debido de mutar, más por innovación propia que por las élites, a una nueva estructura de poder basada en tres puntos equidistantes que configuran el nuevo triángulo del poder: el presidencialismo como el nuevo príncipe maquiavélico, el PRI como el nuevo Golem funcionalista y la sucesión presidencial como la nueva hermandad del poder. Aquí ya no hay bases históricas sino funcionamientos de sobrevivencia. Esta nueva estructura funciona como una forma de eludir el borde del caos.
El presidencialismo ya no es el factor de consenso como en el pasado histórico, sino que es maquiavélico; es decir, un presidencialismo no para beneficiar a una sociedad sino para, siguiendo a Maquiavelo, mantener el poder y la vigencia del principado. Por eso el poder presidencial se ejerce para beneficio del poder. La función del príncipe se reduce a usar todo el poder sólo para la vigencia del principado. Por eso el presidencialismo actúa ya al margen de compromisos sociales, sea del PRI, el PAN, el PRD o Morena. En realidad, el presidencialismo actúa para su propia supervivencia.
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