“…es infeliz aquel cuyos modos de proceder no están
de acuerdo con los tiempos”
El Príncipe
Héctor Aguilar Camín, un gran ex historiador, narrador de primer orden (en sus primeras novelas), grita en televisión que las elecciones presidenciales de 2024 serán unas elecciones de Estado (con mayúscula).
Sin mayor argumento de que el presidente López Obrador cuestiona todos los días a la oposición desde su púlpito matutino y alguna referencia superficial al uso electoral de los programas sociales, el comentócrata estridente contradice o ignora los planteamientos sensatos de Javier Tello y Ana Laura Magaloni quienes, con cierta timidez o prudencia, pero inteligentes y sensatos, intentan equilibrar la mesa de Foro TV.
El Aguilar Camín de hoy recuerda al que fue sorprendido en un video que circuló profusamente por redes sociales digitales, cuando antes sus compañeros de generación, insultó al presidente y llamó a derrocarlo a comienzos del sexenio.
Quizá ahí fue cuando los defensores de la llamada cuarta transformación acuñaron o dieron forma al término “golpista” atribuido de mala manera a algunos de sus opositores.
El director de Nexos producía conocimiento cuando era historiador, luego fue novelista lucidor explorando temas sindicales, del narco, sus familias y el periodismo.
Poco a poco, abandonó su labor intelectual y se fue convirtiendo en un analista inteligente que se desdibujó gradualmente, quizá por la frecuencia de las colaboraciones, por la amplitud de los temas para los que su amplia cultura no alcanzaba o por sus propios intereses. Se degradó a solo un opinador.
Siempre se vinculó al poder al grado de que, cuando no cobraba, al menos tiraba línea o fijaba agenda.
Ahora es un comentarista enojado, con una capacidad de análisis ofuscada y un verbo suelto que solo hace propaganda en la que considera a su auditorio sin capacidad para detectar cuando miente.
En su colaboración con López Dóriga, por ejemplo, señala que López Obrador quiere derrumbar la casa de Xóchitl Gálvez solo minutos después de que, en el mismo noticiario, transmitieron la voz del propio presidente pronunciándose en contra de ese tipo de ataque a la candidata opositora.
En su cartón de Reforma, Paco Calderón, el gran dibujante y extraordinario gourmet, estupendo crítico del poder desde un conservadurismo que legítimamente expresa y confiesa, nos ofrece un resumen gráfico de la semana en el que balconea, en una extraordinaria síntesis, por qué hay una distancia entre la parte de la sociedad que aprueba al presidente y apoya a Morena y esa élite que no los soporta.
El cartonista está indignado, muy indignado, por una semana de horror, desde su perspectiva y para su ánimo… pero lo que verdaderamente le indigna es que la nación entera no reaccione como él, ¿Cómo diantres no ven lo que él ve? ¿por qué no mientan madres?
Él mismo dibuja la respuesta: los mexicanos somos prietos, panzones, desaliñados, sombrerudos, embebidos en los festejos patrios, con nuestro banderita y camiseta tricolor, mientras, en el primer cuadro aparece el dibujante, en su ya conocido autorretrato, pero que bien podrían verse reflejados el propio Aguilar Camín, Krauze, Luis Rubio o Carlos Elizondo, sentado cómodamente, leyendo el The Kafka Times, con su saco dominguero, bien alimentado, limpio, con lentecitos de intelectual y rostro de indignación. Hombre blanco, culto, sofis… Es un gran ejemplo de la amlofobia existente, de su origen y consecuencias en las relaciones sociales.
Mientras esto ocurre, vemos al trío que representa mejor que nadie (calcados con la misma precisión que el cartonista) la regla de oro de Xóchitl Gálvez, Jesús Zambrano, Marko Cortés y Alejandro (Alito) Moreno, viajando juntos a Monterrey para amenazar e insultar al gobernador Samuel García por pretender ser candidato presidencial de Movimiento Ciudadano.
Su jugada política se podría entender por la mala relación de los diputados locales de esos partidos con el ejecutivo local, aunque se puede leer al revés, la resistencia a unirse a esos partidos ha sido alimentada por la actitud saboteadora de un Congreso que ha intentado hacer juicio político al gobernante.
Lo que llama la atención, es el tono amenazante, los insultos y el desprecio que destilaron. Son ellos, los dirigentes del PRI, el PAN y el PRD la muestra del sincretismo cuyo pegamento es el odio. Además, claro, de ser poco inteligente pretender que creamos que quieren que MC se una a su coalición.
Se agota el espacio y no alcanzamos a incluir a Leo Zuckermann y su forma discriminatoria y grosera de insultar que lo dibuja a sí mismo con la misma habilidad para el autorretrato del cartonista Calderón.
Un libro, una peli, un podcast:
Libro: El Idiota (Penguin Clásicos) Fedor Dostoievski. Una de las grandes novelas del autor ruso en la que critica a la burocracia y a la sociedad que desprecian las virtudes humanas.
Peli: La Gran Seducción (Netflix) Adaptación de una comedia quebequense, ambientada en México, dirigida por Celso García, con la notable actuación de Mercedes Hernández (Huesera) y la participación de Yalitza Aparicio en su regreso al cine mexicano.
Podcast: La verdadera historia de México (Uruz Radio). El profesor Francisco Mendoza hace un viaje a través del tiempo para conocer pasajes de la historia del país y cada uno de sus estados.
@KoldoHerria
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