Una de las más graves y recurrentes violaciones a derechos humanos por parte de la SSP de Yucatán es la tortura. Durante los últimos años, la prensa ha documentado decenas de casos de tortura a manos de la policía estatal de Yucatán. En consecuencia, esta dependencia ha acumulado una serie de denuncias por este delito:
“Elementa DDHH logró documentar, a través de transparencia, que tan solo del 1 de abril al 31 de diciembre de 2018, en ocho meses, se generaron un total de 222 actas de investigación en la Unidad de Investigación y Litigación Especializada en el Delito de Tortura de la Fiscalía General del estado, eso daría un promedio de casi un caso por día. De estos, 141 siguen en etapa de investigación y 81 ya fueron determinadas, aunque no se especificó en la respuesta en qué sentido. Ya antes del informe de Elementa DDHH, otras organizaciones y activistas habían denunciado lo mismo. La organización civil Equipo Indignación ha advertido que el aparato de seguridad en Yucatán se utiliza para torturar y mantener bajos índices de criminalidad, así como el aparente contexto de paz y tranquilidad que vive la ciudadanía”.
Por su parte, Indignación, una influyente organización de la sociedad civil concluyó en un reporte:
“Yucatán ha sido catalogado como una de las entidades federativas más seguras del país en los últimos años. Sin embargo, detrás de esta aparente situación de seguridad, se encuentra oculta una práctica sistemática por parte de los cuerpos policiacos, sean ministeriales o preventivos, estatales o municipales: la comisión de actos brutales, crueles, inhumanos y degradantes, abusos policiacos de toda índole y casos que constituyen tortura. La práctica de la tortura o la comisión de actos crueles, inhumanos o degradantes por parte de los cuerpos policiacos han adquirido carta de naturalización en la entidad. Bajo el argumento de mantener el orden y el estatus de estado limpio de crimen, se justifica cualquier actuación, por parte de elementos policíacos, se ésta lícita o ilícita”.
De acuerdo con Elementa DHHH en Yucatán la tortura “se aplica como forma de castigo por cometer un delito y no tanto para obtener confesiones”.