A inicio de febrero, el Ejército y la Guardia Nacional “tomaron el control” de la seguridad del municipio de Aguililla, tierra del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, supuestamente como parte de la estrategia para apaciguar una zona llena de crímenes.
No se trató de una operación menor, incluso, fue parte de una estrategia que se anunció desde julio de 2021; dicho territorio es bastión de ese grupo criminal, particularmente como centro de operación en el tema del narcotráfico.
Curiosamente, también en Aguililla nacieron los hermanos González Valencia, “Los Cuinis”, operadores financieros de la organización criminal, incluida Rosalinda González Valencia, esposa de “El Mencho”, quien está presa desde noviembre de 2021.
Una paz efímera
La paz duró poco, apenas un mes después, el jueves pasado, el alcalde César Arturo Valencia fue asesinado cuando estaba al volante de una camioneta propiedad del ayuntamiento, en plena calle.
El político, del Partido Verde Ecologista de México, murió al recibir dos impactos de bala en el pecho y uno más en el cuello, apenas siete meses después desde que tomó posesión del cargo, el 15 de septiembre de 2021.
Así, la crisis en Aguililla sigue, no como antes, es peor. Cuando el gobierno estatal, y federal, decía que mejoraba la situación y que había quedado en el pasado la crisis económica y social, que llevó a más de 4,000 personas de varias localidades del municipio a desplazarse ante la inseguridad y violencia, ahora el regreso del narco fue más evidente.
Como muestra, horas después de la muerte de Valencia Caballero, confirmaron el asesinato a balazos de otro funcionario, René Cervantes, asesor del alcalde de este municipio, igual que su jefe, acribillado.
Gobierno niega fracaso
Pese a estas dos muertes, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que su estrategia para acabar con la violencia en el país está dando resultados.
“Aprovecho para enviar mi pésame a sus familiares, a sus amigos y a toda la gente de Aguililla, donde asesinaron al presidente municipal. Llevamos ya meses trabajando (en la zona) porque estaba tomada (por el narcotráfico) esa región”, dijo el mandatario.
El presidente afirmó que habitantes de la zona regresaron a la región para recoger “sus cosechas” y que el Gobierno les está apoyando con programas de bienestar.
“Sin embargo, sigue habiendo tensiones y por eso fue muy lamentable lo del asesinato del presidente municipal. Vamos a continuar en Aguililla, en todo Michoacán y en todo el país. Vamos a seguir trabajando para garantizar la paz”, remarcó López Obrador.
Aguililla, punto neurálgico de violencia

La lucha por el control de la producción y tráfico de drogas provocó que la zona se convirtiera en corredor de gran importancia para el narcotráfico, donde al menos una decena de grupos criminales que operan en las regiones de Tierra Caliente, Oriente, Sierra-Corta y Bajío.
Según datos oficiales, se estima que en esta zona, que comprende el Estado de México, Guerrero y Michoacán, operen las organizaciones criminales:
- Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
- La Nueva Familia Michoacana (LNFM)
- Los Caballeros Templarios
- Cártel de Zicuirán
- La Familia Michoacán
- Cártel del Golfo
- Cártel de Los Correa
- Cártel de Los Reyes
- Cártel de Tepalcatepec
- Pueblos Unidos.
A decir de los mismos pobladores y gobierno estatal, estas organizaciones se disputan a sangre y fuego el control de actividades ilícitas como la producción y tráfico de marihuana, metanfetamina, heroína y, recientemente, cocaína.
Además, desde hace años, son responsables de un sinnúmero de extorsiones, secuestros, robo de vehículos y ataques a la población civil.

Incluso, miembros del crimen organizado han realizado bloqueos y socavones a las carreteras que unen Aguililla con los municipios de Tepalcatepec, Buenavista y Apatzingán, provocando una grave crisis alimentaria, de medicamentos y de productos básicos como combustibles.
Aguililla y Tierra Caliente, la joya del CJNG
A inicio de 2022, autoridades en México fueron testigos, por primera vez en la historia del país, de una mina terrestre contra el Ejército Mexicano en la llamada Tierra Caliente de Michoacán, una zona de diez municipios que desde los años 80 han usado los narcos para producir drogas como marihuana, metanfetamina, heroína, fentanilo y, recientemente, cocaína.
La mina, de uso militar, estalló en un camino de terracería que conecta los municipios de Apatzingán y Tepalcatepec, dejando seis soldados heridos y graves daños en un vehículo militar blindado, tipo “sandcat” y de manufactura mexicana.
Sin olvidar que en diciembre del año pasado, en redes sociales circularon videos que muestran como presuntamente el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) utiliza drones para lanzar explosivos en Villa Victoria, Michoacán.
En el entorno de estos inéditos ataques, también está que el pasado 24 de febrero se cumplieron nueve años del surgimiento de los grupos civiles de autodefensa en la región, principalmente en los municipios de Buenavista, Apatzingán, Tepalcatepec, Aguililla y Parácuaro.
Así, Tierra Caliente es más que nunca territorio narco, principalmente por sus puntos de conexión hacia el puerto Lázaro Cárdenas de Michoacán, codiciado por los cárteles, pues es un punto de ingreso de precursores químicos procedente de China usados para producir metanfetaminas y fentanilo.
Sin olvidar las plantaciones de aguacates y las minas de mineral de hierro, que son blancos continuos de extorsión.

Incluso, tal situación ya puso en riesgo hace unas semanas las exportaciones de aguacate mexicano, equivalente a más de un millón de toneladas anuales y ganancias superiores a los $3,000 millones de dólares. Todo tras las amenazas a un inspector norteamericano en Michoacán, que culminó con la suspensión, por unos días, de la compra de este preciado producto.
Michoacán, cementerio de alcaldes
La muerte de César Arturo Valencia Caballero puso el dedo sobre una llaga que incomoda en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde suman 16 homicidios dolosos contra alcaldes en un periodo de más de tres años.
Si se toma en cuenta el recuento de la consultaría Etellekt, esta cifra es 23 por ciento más alta en comparación con el mismo periodo del expresidente Enrique Peña Nieto, que tuvo 13 víctimas.
Además, el asesinato de Arturo Valencia Caballero dejó a Michoacán con 15 alcaldes asesinados desde el 2000. El segundo con más víctimas en este puesto, únicamente detrás de Oaxaca que registra 19 presidentes municipales muertos en este periodo.