Desde ataques armados, además de la venta de droga, la principal zona turística de México, principalmente por los visitantes foráneos, ha sido blanco de distintos escenarios relacionados con la inseguridad.
Ahora, todo indica que la amplia red de extorsión establecida por el crimen organizado parece controlar la operación restaurantera del lugar, principalmente porque se convirtió en una base de financiamiento de sus actividades ilícitas.
De acuerdo a publicaciones en InSight Crime, el presidente de la asociación local de restaurantes, Marcy Bezaleel Pacheco Mendoza, estimó que un 60 por ciento de los restaurantes afiliados enfrentan la extorsión en su día a día.
Es decir, el crimen organizado extorsiona continuamente a la industria de restaurantes, e hizo énfasis en que “asustar a los empresarios y restauranteros es su modus operandi para obtener provecho”.
Bezaleel también relató que los extorsionistas usan redes de “halcones” o vigías para vigilar a determinados restaurantes y enviar a extorsionistas, lo que contribuye a aumentar el clima de temor en la zona.
Un empresario local de ese estado, al sureste de México, declaró a El País que se ve obligado a pagar una tarifa mensual de cerca de US$1.200 a los extorsionistas por cada establecimiento.
Hay que recordar que la región costera de Quintana Roo, reabrió con rapidez tras los primeros meses de la pandemia, ya que México acogió a los turistas extranjeros mientras gran parte del mundo permanecía cerrado.
Pese a ello, la fiesta y los bikinis no pueden opacar el otro lado de la joya turística nacional, pues la extorsión es una realidad para todo tipo de negocios en la región. A falta de un cartel dominante único, Quintana Roo en especial se ha considerado un centro codiciado para organizaciones criminales que buscan exprimir la gigantesca industria turística.
Un estudio publicado en 2021 por el centro de pensamiento México Evalúa explicó cómo las víctimas incluyen desde propietarios de restaurantes exclusivos hasta saltimbanquis callejeros. El estudio citó varios casos en los que una persona era extorsionada por múltiples cárteles.
Además, se sabe también que la delincuencia común se hace pasar por integrantes de
organizaciones criminales más grandes, lo que también deja espacio para extorsionistas imitadores. En cualquier caso, el cobro de extorsión o “de piso” se hace bajo la amenaza de violencia.
Esas amenazas suelen refrendarse con homicidios en todo Quintana Roo. Mexicanos y extranjeros por igual son víctimas de homicidio, lo que ha prendido las alarmas por el eventual detrimento de la imagen de la zona como principal destino turístico de México.
En respuesta a la extorsión y el aumento de la inseguridad en la Riviera Maya, el gobierno mexicano formó el “Batallón de Seguridad Turística” en diciembre de, 2021.
Esta fuerza está conformada por cerca de 1,500 integrantes de la Guardia Nacional, quienes tienen la tarea de patrullar y mantener la seguridad de la zona. Sin embargo, la implementación de tecnología y la mayor presencia de efectivos fuertemente armados no ha logrado reducir los homicidios.
Mientras tanto, es difícil medir algún avance para contener la extorsión, pues como lo admiten las autoridades, la gran mayoría de los casos no se denuncian por temor a represalias. (Con información de InSight Crime)