Por Raúl Urbina
La CDMX ya tiene su “Pequeña Haití”. Desde hace tres meses la Plaza Giordano Bruno y sus calles adyacentes se han convertido en un campamento, en donde pernoctan cerca de 300 migrantes haitianos, acompañados de niños pequeños, en frágiles y pequeñas tiendas de campaña, ante el cierre de fronteras con Estados Unidos.
En entrevista con El Independiente, migrantes solicitan a las autoridades de México les proporcionen una tarjeta de visitante por razones humanitarias para que esta les permita trabajar en México o al menos llegar a la Unión Americana y solicitar asilo y de esta manera obtener dinero para sus familias, que quedaron en su país.
El pasado 30 de mayo una veintena de migrantes de Haití realizaron una protesta y marcha hacia las oficinas del gobierno de la ciudad de México, para pedir les otorguen una tarjeta de visitante y apoyo sanitario; ya que en el campamento de la plaza Giordano Bruno, a decir de Wilner Metelus: “muchos hermanos haitianos están enfermos en el campamento y es difícil la situación económica”.


Basta recorrer por la noche y madrugada la plaza Giordano y las calles Roma, Lisboa y Londres para observar en las inmediaciones de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, sobre las banquetas las precarias casas de campamento que se utilizan para excursionismo, pese a que las autoridades les han proporcionado algunos toldos y sanitarios esto no es suficiente para los centenares de migrantes, además de que la plaza Giordano luce una gran mata que señala que la alcaldía está rehabilitando.
Por las mañanas, algunas migrantes salen a pedir ayuda económica a transeúntes, otros han optado por vender periódicos sobre la avenida Paseo de la Reforma, pues muchos llevan días sin comer, sin agua para tomar o asearse, por eso ellos están solicitando una tarjeta de visitante para quedarse en México, para trabajar y ahorrar dinero para iniciar una nueva vida y traer a sus familiares al país, ante el cierre de las fronteras de Estados Unidos.
Una visita al campamento se puede observar a mujeres embarazadas que duermen en las precarias casas de campaña o en cartones en las inmediaciones de la entrada de la Escuela Técnica del Sindicato de Electricistas de México.
En el campamento, al que las autoridades les han proporcionado un mínimo de ayuda, existe la carencia de agua para realizar su aseo personal, la poca que hay la utilizan para lavar la escasa ropa que portan en sus mochilas. Ante la falta de higiene esto ha traído como consecuencia que algunas personas se enfermen.
Los migrantes se encuentra en una situación desesperada; sin dinero, sin trabajo, en un país ajeno y sin la posibilidad de llegar a Estados Unidos. Ellos ya han solicitado una petición de asilo ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), la que se ubica a solo tres calles de la plaza Giordano Bruno, pero los trámites son lentos, ya que las citas que les otorgan tardan entre tres y cuatro meses. Por eso han creado su Pequeña Haití.
No olvides mantenerte informado en El Independiente MX