Los políticos proponen los fines, los burócratas identifican la manera más eficiente de alcanzarlos.
Rodolfo Vergara
Introducción
Después de la alternancia en el gobierno en el 2000 se generalizó la incertidumbre, ¿habría llegado el PAN al poder con la intención de abanderar el “gobierno del cambio” ?, mientras que otra buena parte de la ciudadanía se preguntaría si esta alternancia significaría el debilitamiento, reducción o muerte del PRI. A pesar de haber perdido las dos elecciones presidenciales sucesivas, para las elecciones del 2012 parecía estar más vivo que nunca, recuperando la presidencia de México, pero solo fue un sexenio dónde se dejó deslumbrar por una cara bonita pero carente de ideas, donde más de un colaborador político vio una ventana de oportunidad de enriquecerse bajo el amparo del poder político; y nuevamente el PRI pierde las elecciones presidenciales en julio 2018, con la profunda vergüenza de haberle fallado a la ciudadanía mexicana.
Bajo esta perspectiva resulta importante analizar cuáles son los elementos que explicarían la no desaparición de los partidos políticos. Existen varias teorías desarrolladas desde diferentes perspectivas y su exposición muestra la complejidad del tema.
La existencia de los partidos políticos arraigada en las profundidades de la sociedad, proviene del actor más importante en la forma de organización de sus estructuras: el burócrata de calle; la colaboración en las estrategias de promoción de voto, empezó a cobrar mayor importancia dentro de las estructuras políticas; no se trata del burócrata tradicional definido por Lipsky (1999, 780): “son los servidores públicos que interactúan directamente con los ciudadanos en el curso de su trabajo, y que gozan de considerable discrecionalidad en su ejecución”; sino del burócrata informal que se forma a partir de los diferentes sectores sociales, él no es impuesto por un órgano gubernamental, lo cual le permite tener una relación directa con la ciudadanía para desarrollar un ambiente de interacción de diálogo y gestión, que lo ha puesto en nuevos contextos ante el resto de los partidos políticos con el fin de garantizar mayores votos en las elecciones.
La tesis sobre la cual se desarrolla este análisis es, que una vez transformado este sistema y pretendiendo institucionalizar el apoyo; sin que desaparezca el caciquismo (control informal) se emplea el corporativismo (control formal) que persiste a través del tiempo, aprovechando el sistema y evolucionando, para llegar hasta sectores de la sociedad que las instituciones formales no han captado o no pueden captar, este burócrata canaliza una de las prácticas políticas más arraigadas en la sociedad, sobre todo la rural e indígena. Se considera que el corporativismo y el caciquismo son uno de los elementos más importantes que apuntalan y sostienen la existencia del PRI y permiten que no desaparezca, aun cuando el partido enfrente tiempos de crisis, pero el resto de los partidos políticos que han surgido en el transcurso de la historia política de México también adoptaron esta estrategia.
Corporativismo y cacicazgo
El sistema corporativista sigue vigente no solo para el PRI quien lo mantuvo varias décadas en el poder, sino que además les ha servido al resto de los partidos político, y les sirve para ir permeando en la sociedad cada vez más profundamente, éste modelo también ha ayudado para aprovechar los errores y reforzar las debilidades, generando una estructura amplia a través de varios sectores: obrero, campesino, ecologistas, indígenas, mujeres, etc., lo que constituye una ventana de oportunidad para buscar posicionarse en un ámbito de poder político. Sin embargo, la sociedad mexicana no es homogénea y en la actualidad es muy notorio que existe un gran sector social que no es captado a través de las organizaciones políticas formales, esto se debe a que parte de la sociedad mantiene indiferencia hacia los partidos políticos y es a través de un líder local que va tejiendo un modelo de participación política, partiendo desde lo local donde se tiene un control, aunque años atrás estaba presente el modelo de cacicazgo como organización informal, que es tan importante como el corporativismo para mantener el control principalmente en las zonas rurales indígenas, a través de líderes locales que al igual que el corporativismo, fungen como mediadores entre la sociedad y el partido hegemónico en años anteriores.
“El corporativismo mexicano ha actuado tradicionalmente como parte del sistema autoritario del país, y para que en México funcione de una manera democrática, esas instituciones necesitan una transformación en su funcionamiento” (Samstad: 2001, 35). El PRI es el principal partido cuya estructura parte del corporativismo y hasta el momento le ha funcionado para su permanencia en la vida política y su poder en distintos estados, sin embargo, la transformación que se ha puesto en marcha y que de alguna manera puede darse, es el inicio de la participación política ciudadana, pero esa ciudadanía comúnmente tiene necesidades, que pueden satisfacerse a partir del denominado burócrata político de calle como actor mediador entre el partido y la ciudadanía.
Tomamos del mundo de los negocios el concepto de empresa para hacer una analogía con la política mexicana porque ambas parecen converger. García y Casanueva (2001, 3) definen la empresa como una “entidad que, mediante la organización de elementos humanos, materiales, técnicos y financieros proporciona bienes o servicios a cambio de un precio que le permite la reposición de los recursos empleados y la consecución de unos objetivos determinados”. Podemos trasladar la definición hacia las dos estructuras: corporativismo y cacicazgo, que los partidos políticos han creado para controlar sus nichos de apoyo en la sociedad, prácticas sociales y políticas antiguas que siguen siendo utilizadas en nuestra sociedad, aunque con un diseño más moderno, pero buscando siempre el mismo fin, llegar al poder; estrategia que reproducen el resto de los partidos políticos existentes, pretendiendo tener un manejo y un control político desde el núcleo de la sociedad mexicana. Cabe destacar que en el 2001 el PAN, primer partido político de alternancia a nivel federal, uno de sus errores consistió en seguir trabajando con las mismas estructuras locales de organización del PRI, un claro ejemplo son los promotores de programas federales, con quienes en principio la población tiene como vínculo su relación con la imagen priista, de tal manera que no ven el cambio de poder y control de los programas sociales, en consecuencia se tiene un “control discrecional” (Zabaleta & Cejudo: 2009, ); la calidad de estructura organizativa que buscaba el PAN no pudo concluirse o no se dio, ya que trabajó sobre la base que dejó la administración priista, esto implica que no se formó una nueva arquitectura institucional formal por parte del PAN, es así que no surgió un nuevo equilibrio de relaciones locales (burócrata de calle).
Para Audelo: (2005, 2) considera al corporativismo como una manera específica de intermediación de intereses, teniendo como telón de fondo, a la democracia y las relaciones entre sociedad civil y el Estado”; esto responde a la visión política mexicana. Los diversos organismos creados por el PRI desde el principio de su gobierno fungieron como mediadores entre el gobierno y la sociedad. Lijphart (2000, 165) complementa la definición: “El corporativismo es considerado como la incorporación institucional de los grupos de interés al proceso de formulación de políticas públicas”. Para nuestro caso de estudio cabe el cuestionamiento sobre la validez completa de estas apreciaciones ya que la sociedad civil se organizó de arriba hacia abajo como lo describe Audelo (2005,7): “en éste país no surgió una sociedad civil fuerte con capacidad autónoma de representación y movilización, sino que el sistema de representación de intereses desde el principio ha sido dependiente en su relación política con el gobierno”, aunque el autor se confundió entre el partido y el gobierno, y que estas organizaciones sirvieron y sirven para mantener el control político, gran parte lo hacen gracias al trabajo que realiza el burócrata de calle; es preciso destacar que a lo largo de la historia política mexicana han surgido un sin número de partidos, desde aquellos con tintes militares, comunistas, ultraconservadores, empresariales, ecologistas, magisterial, socialistas, etc., pero así como han surgido, muchos han desaparecido, esto se debe a que han carecido de representación en las localidades, no cuentan con un burócrata de calle.
Es importante para este análisis retomar los tipos de dominación que plantea (Max Weber 1998, citado por Pamplona 2001, 193-195), quien distingue tres tipos de acuerdo a las formas de legitimidad:
La dominación legal, (autoridad racional–legal) “descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando”. La dominación carismática (autoridad carismática) que se fundamenta en “la entrega extraordinaria a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creada o reveladas”; se obedece a una persona que se le considera posee fuerzas “sobrenaturales o sobrehumanas” un ejemplo de ello puede ser el reconocimiento de un jefe, caudillo, líder. En la dominación tradicional (autoridad tradicional), el fundamento de la legitimidad “descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad”, es decir, se obedece a una persona ya sea por la tradición o por el soberano tradicionalmente determinado, como en el caso de la transmisión del poder debido a prácticas pasadas. La formación del cacicazgo y actualmente del burócrata de calle, combina estas tres formas de autoridad y eso le da una gran importancia, por un lado puede considerarse como una forma de autoridad racional, debido a que en algunas ocasiones el cacique o burócrata de calle sustenta cargos formales en la estructura política, su poder de autoridad se institucionaliza y ocupan cargos públicos, aunque no necesariamente aparece como requisito, ya que desde la perspectiva que analizamos tiene que ver mayormente con el tipo de autoridad carismática, pero también hay caciques o burócratas de calle que son reconocidos y considerados líderes de forma tradicional, ya que en los pueblos rurales e indígenas aún se percibe que los líderes ancianos han heredado su control político a sus hijos que sustentan en la informalidad por transmisión de control de poder local.
El rol del burócrata de calle en el ámbito político
En México los Partidos Políticos de acuerdo al artículo 41 de la Constitución Política de México de los Estados Unidos Mexicanos: “tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como con las reglas que marque la ley electoral para garantizar la paridad de género, en las candidaturas a los distintos cargos de elección popular. Sólo los ciudadanos y ciudadanas podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos; por tanto, quedan prohibidas la intervención de organizaciones gremiales o con objeto social diferente en la creación de partidos y cualquier forma de afiliación corporativa”.
Es importante resaltar que la creación y surgimiento de los partidos políticos parte de una ideología. Amador sostiene (2004, 124): “las tareas fundamentales de las ideologías es la creación de una identidad colectiva”; es por ello que surgen los partidos políticos como organismos de interés público, concediéndose en su naturaleza como una institución legal donde los ciudadanos podamos participar con un interés político, la finalidad de los partidos políticos es promover la participación de la población en la vida democrática de nuestro país. En este sentido la ideología puede ser un sistema de control político, que ha permitido durante este tiempo la sobrevivencia de los partidos políticos, éstos a su vez han construido estrategias que refuerzan su predominio en la vida política de los ciudadanos, debiéndose mucho a una estructura organizacional que en tiempo de elección es clave para obtener el triunfo. El alcance de una estructura operativa que inicia la promoción del voto en la unidad más básica de la organización social: las ciudades, comunidades, barrios, colonias, etc.; unidades donde se encuentra un líder portavoz, representante que ha configurado un papel importante dentro de la promoción política de aquellos partidos políticos con capacidad económica, que tienen la oportunidad de darle un pago ya sea económico o en especie al burócrata de calle, por lo que tienen desventaja los partidos políticos pequeños que carecen de esta figura importante que poco se ha escrito de su desempeño político que realiza.
En la medida que los partidos políticos se van consolidado, mucho se debe a la forma de organización y funcionamiento, que depende del trabajo de quienes tocan las puertas para invitar a participar, ya sea a partir de una asamblea pequeña hasta un mitin político, todo en beneficio de que siga existiendo un partido político, a lo largo de la historia los grandes líderes políticos siguen un criterio: “logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles” (Greene, 2010, 95); es así que el burócrata político de calle es aquella persona que muestra un liderazgo en un sector de la sociedad partiendo de un núcleo pequeño de personas como son las comunidades, colonias e incluso beneficiarios de programas sociales de acuerdo al tamaño de la población, este burócrata de calle es quien tienen una estrecha comunicación con la sociedad y el gobierno y/o partido político, son conocedores de las necesidades del resto de la población, pueden identificarse como líderes de grupo, a muchos de ellos los podemos identificar en el círculo social en el que constantemente interactuamos, son: los delegados, comisariados, presidente de comité de padres de familia, representantes de programas sociales y en ocasiones el señor(a) de la tiendita, además que estas personas se identifican por gestionar apoyos para la comunidad o inclusive están al pendiente de las necesidades de un grupo de personas, buscando así la cercanía de un gran grupo de personas; por lo consiguiente los partidos políticos con capacidad económica cuenta con este actor llamado burócrata de calle.
Siempre y cuando se identifica un problema al cual se quiere enfrentar, es necesario que la organización adopte una estrategia para solucionarla, esto en base a una planificación y una gestión estratégica en relación al costo-beneficio, siendo esto último la ganancia traducida en votos a favor de un partido político. De acuerdo a Velasco (2010, 17) “la estrategia se trata de las acciones que realiza una persona u organización para aprovechar las oportunidades y lidiar con las adversidades que se le presentan con el fin de colocarse en una situación ventajosa”. La idea de actuar bajo una estrategia asignando recursos tanto económicos, humanos y materiales, han permitido a los partidos políticos sobrevivir al no perder su registro; estrategia que les ha funcionado, por ende, el burócrata de calle hace llegar beneficios a la sociedad generando así votos comprometidos, además de presencia política constante.
El modelo de organización y gestión
Estructura organizacional.– Dentro de la gestión política se distinguen dos dimensiones: la primera es la endoestructura que se refiere a la estructura formal interna de todo partido político, la segunda es la exoestructura es la estructura informal que se encuentra fuera de la formal, donde identificamos a los burócratas de calle, que están dentro de un grupo social con ciertas peculiaridades que permiten integrar un proyecto de trabajo con tintes políticos; pero en ambas dimensiones se aprecian las relaciones directas que tienen los actores que integran ambas estructuras.
Procesos. – es una serie de actividades relacionadas con varios factores como recursos humanos, materiales, económicos, etc., permitiendo que los partidos tengan presencia en la solución de los problemas de la población objetivo.
Funciones. – los partidos políticos dentro de su organización tienen definidas sus funciones de acuerdo a las capacidades políticas que tienen las personas.
“La estructura establece las responsabilidades jerárquicas y ordena el trabajo interno. La estructura explica que debe hacerse, quién debe hacerlo y cómo debe hacerse “(Vergara, 2010, 21). Dicha cuestión podría explicarse con el siguiente organigrama de manera muy general:

En el presente organigrama, podemos observar que existe un trabajo en conjunto entre el partido político a nivel nacional, estatal y municipal, en principio podemos pensar que solo se involucran el comité político, pero también de manera indirecta también se involucra el gobierno en los tres ámbitos, coadyuvando a la capitalización de votos, pues se realizan negociaciones a través de los programas sociales, los cuales muchas veces son el medio para ganar simpatizantes políticos, y que como toda organización también es una institución que tiene normas, cumplen con funciones admirativas, jurídicas, de operación, planeación, etc., también tienen una misión el tener representación en la vida política de México, es así que Vallés (2004, 165) sostiene que “las instituciones son consideradas como una serie de conductas que se ajustan a pautas o reglas permanentemente, que además definen qué posiciones ocupan cada uno de los actores en sus relaciones recíprocas, como se accede a dichas posiciones y qué recursos y actividades están disponibles y cuáles no lo están”.
“Los conflictos que se presentan periódicamente dentro de los partidos y entre los partidos en su lucha por alcanzar el poder, han generado entre la población la desconfianza” (Galindo, 2011,11); desconfianza que se traduce en desinterés político por parte de la ciudadanía, es por ello que existe una realidad en la arena política que cada vez toma más fuerza y se le está dando la mayor importancia en la jerarquía del partido político, me refiero al ámbito regional y local en donde encontramos: los comités municipales, delegados políticos, lideres distritales y seccionales, pero quienes son estos actores, muchos de ellos son Diputados o Ex Diputados locales o Federales e inclusive ex regidores, ex presidente municipales, es decir personas que están afiliadas al partido político, que no necesariamente han ocupado un cargo político o público, sino que son líderes, bajo este modelo hay acciones continuas que realizan, como gestionar apoyos para alguna localidad, es una forma de no descuidar aquella población que le es fiel al partido, pero también existen acciones electorales, esta última la realizan cuando es tiempo electoral, cuantas veces no hemos escuchado que en periodo de campañas se le dan apoyos económicos y/o materiales a la ciudadanía votante, convirtiéndose así en clientelismo político latente, ambas acciones son monitoreadas y evaluadas, donde se mide el control y presencia del mismo partido político. Sin embargo estas acciones no solo lo efectúan los militantes de partido, sino también surge el burócrata de calle, quien forma parte de la estructura de los partidos políticos, permitiéndole tener una estrecha relación con la estructura formal, donde sus funciones no están normadas o estipuladas, sus funciones son cotidianas, que va de la mano de las necesidades que aqueja a la población donde este actor pertenece, crea un ambiente de confianza y cordialidad, además de que para la ciudadanía es un vínculo inmediato, no tanto a la estructura del partido, sino a lo que el partido le puede ofrecer a la comunidad; es importante considerar que el papel que juega el burócrata de calle, parte de acciones continuas, es decir que se inmiscuya en los problemas que interfieren en la vida cotidiana de la comunidad, como los problemas de seguridad, educación, pavimentación de calles, construcción de aulas, etc., y que busque como solucionar esos problemas, obviamente respaldándose con el partido político en el cual milita, es así como este se consolida como líder, pero además de inmiscuirse en los problemas de la población también en tiempo de elecciones es quien monitorea y promueve el voto, en ocasiones es sabido que identifica de que ideología es cada ciudadano de su localidad.
En general el partido político evalúa que tanto el burócrata de calle ha influido en la comunidad, y que tanto le representa en número de votos para poder entregar un beneficio, o en su caso seguir disfrutando de algún programa público, aunque en otro sentido también puede ser el aumento o reducción de beneficios públicos, lo cual alerta que existe corrupción dentro de los programas sociales en tiempo de elecciones; cuántas veces en cada año electoral hemos escuchado o leído alguna noticia sobre condicionamiento de apoyos; en general los apoyos pueden impactar positivamente o negativamente para un partido político. Pero si observamos con claridad, que el ciudadano tiene el poder del voto, que es esencial ya que, a través de él, se puede llegar a un cambio o conservar una misma forma de gobierno.
Características que resaltan de un burócrata de calle: debe de ser aquella persona que no tenga conflictos internos con la población, tener relación directa e indirecta con el líder político, ya sea un servidor público de primera línea, Presidente municipal, Comité Municipal de Partido, etcétera; y en conjunto estructuran una forma dinámica de trabajo, constituyendo formas de operar los votos comprometidos, los cuales son aquellos que la población a la que se le gestiona un apoyo de alguna manera se les crea una conciencia de compromiso con el partido o el candidato que les otorgó el beneficio, suele suceder cuando se pide un apoyo para la pavimentación de una calle, aplicación de luz (en la compra del poste), creación de parques, entre otros, y al momento de entregar estos apoyos el burócrata de calle enfatiza la frase “el gobernador del Estado les manda un cordial saludo y en su representación nos acompaña tal persona para hacer entrega del apoyo, el cual es un compromiso cumplido en base al Plan de Desarrollo Estatal” o también frases como “estamos trabajando para ti”, “estamos al pendiente de sus solicitudes y peticiones”, por mencionar algunas frases, cabe destacar que siempre mencionan en primer término a la persona que tiene una jerarquía política en el Estado, cuando se carece de esta figura se anuncia al diputado local o federal o presidente municipal; el punto es que se ve un paternalismo latente en la vida política mexicana, ya que motivaba y aun motiva a gran parte de la ciudadanía a ser dependiente de un apoyo por parte del gobierno ya sea federal, estatal o municipal, hoy en día escuchamos candidatos y partidos políticos que recalcan sobre los programas sociales que existen y que han existido como el programa PROSPERA, Seguro Popular, Estancias Infantiles, etc., y que buscan que regresen esos programas, bajo este argumento muchos candidatos políticos quieren abanderarse para obtener un espacio político.
Lo anterior se debe a la forma de coordinación de trabajo con los diversos elementos que se tiene en una organización, “las organizaciones son los mecanismos de coordinación del trabajo que dominan el mundo moderno” (Vergara, 2010: 17); en este sentido los partidos políticos han operado desde su existencia de manera coordinada con todos los individuos que forman parte de su organización alcanzando así sus objetivos y sus metas planeadas.
Toda organización debe de tener una estructura de trabajo donde cada integrante responde a cada responsabilidad que se le ha encomendado, la estrategia le funcionó a lo largo de su historia al PRI, desde el papel histórico del cacicazgo y hasta que surgió un nuevo actor, un líder que tiene una relación constante con el ciudadano, dicho líder muestra una pertenencia de ideología del partido, que le permite recabar información de las necesidades de la ciudadanía, para que en un futuro de mediano plazo, el partido a través de sus estrategias tenga presencia en las elecciones futuras; “La estructura establece las responsabilidades jerárquicas y ordena el trabajo interno. La estructura explica qué debe hacerse, quién hacerlo y cómo debe hacerse” (Vergara, 2010; 21). En el entendimiento de que identificamos aquel líder consumado, y que esté por mucho tiempo ha sido pieza clave del PRI, cabe mencionar que no solo dicho partido identificaba este líder, sino también los otros partidos políticos, adoptando así una cultura participativa en la sociedad actual; dando pie a que conviven una estructura organizacional formal con una estructura informal, a diferencia de la organización administrativa que solo son relaciones sociales entre los mismos empleados de la organización; para la organización política son relaciones con las personas externas a la formalidad de la estructura política, pero son personas con la característica de liderazgo a nivel básico o de calle dentro de las relaciones humanas, coadyuvando así a los partidos políticos para tener presencia en todos los ámbitos de poder que existe en nuestro país.
El burócrata a nivel de calle es un actor poco estudiado en la literatura mexicana, a pesar de que ha sido pieza fundamental en la organización de los partidos políticos; son quienes promueven el voto y se consideran como el ultimo nivel dentro de la estructura política, además cuentan con una dirección bien establecida, operan para distribuir algunos beneficios u apoyos, lo van delimitando en los sectores donde la gente muestra un compromiso de apoyo ante el partido, que se ve reflejado en la influencia en el momento de emitir su voto en elecciones próximas al beneficio recibido, constituyendo una nueva forma de buscar una clientela política; pero este burócrata está concebido como una persona que está ligada directamente a un partido político, siempre ha existido un líder político regional que dirige a un grupo de burócratas de calle de varias comunidades o seccionales, y su trabajo es ver que si una persona no ha ido a emitir su voto acuda antes de cerrar las casillas; otra estrategia que empleaban fue que invitaban a desayunar o almorzar a la ciudadanía de la cual tenían un control para enfatizarles por quien deberían de votar, a esta estrategia se le llama “casa amiga”, donde un burócrata de calle podía tener una, dos o varias casas amigas. Esta operación se apreció en las elecciones del 1 de julio del 2012, donde el burócrata de calle tenía la obligación de promover el voto, y cerciorarse que las personas que en un momento fueron beneficiadas con algún apoyo acudieran a votar, es por ello que a partir de sectores pequeños de la sociedad, el modelo de operación burócrata de calle permite un mayor alcance clientelar de votación, tal como lo describe (Schöter, 2010; 142) “Clientelismo denota el intercambio de bienes y servicios por apoyos políticos y votos”; sin embargo el líder regional puede ser el presidente del partido, servidor público, seccional de partido, regidor, etc., que a su vez tiene que dar cuentas y presentar resultados municipales, estatales y federales, de manera ascendente se presentan resultados.
Ahora bien, ¿qué ganan los burócratas de calle por realizar actividades de promoción del voto? El beneficio se puede dar de tres maneras; la primera, un pago económico; segundo, consiste en que cuando solicite algún apoyo o proyecto no existe traba alguna para obtenerlo, y tercero, que entre más promueva el voto o se inmiscuya en las actividades políticas a favor del partido político, en un futuro a mediano plazo se convierta en servidor público, con la oportunidad de consolidarse como un futuro candidato a elección popular.
Frente a las prácticas electorales a nivel local, el burócrata de calle muestra una fuerza extraordinaria, ya que las actividades y movilizaciones que realiza pueden hacer que un candidato gane o pierda una elección y aunque todo depende de la forma de organización que se tenga, más allá de ella, es la negociación e identificación de estos burócratas por parte del candidato, lo que coadyuvará a ganar una elección y operar en conjunto fortaleciendo la estructura de gestión política. Es curioso observar cómo se han comportado en los últimos años la participación y simpatía que tienen los ciudadanos respecto a los partidos políticos o candidatos, lo que nos deja ver que ya solo los partidos buscan llegar al poder o incluso varios partidos políticos solo buscan mantener su registro y es por ello que se dan las coaliciones, la ciudadanía va percibiendo que ya no existe una dirección formal o fidelidad a las convicciones políticas, han perdido su esencia, hay una crisis de ideología de partido, actualmente solo actúan por conveniencia, desafortunadamente hay una carencia de cultura ideológica hasta en el mismo líder, e incluso del burócrata de calle.
Elecciones Federales: Poder Ejecutivo

Fuente: Elaboración propia, con datos del Instituto Nacional Electoral (INE)
En un ambiente de acuerdos y compromisos, los factores de una estructura de organización de burócratas de calle suelen ser “el centro de controversia política” (Lipsky, 1980,782), donde estos actores al extender sus fuerzas colectivas son los determinantes del éxito o fracaso de una elección; es así la clave para que exista este tipo de operación política desde una perspectiva de calle donde la influencia impere con respecto a los ciudadanos votantes, aún más se presenta este dominio “cuando más pobre sea la gente, mayor será la influencia de los burócratas de nivel de calle, tienden a tener sobre ella” (Lipsky, 1980,780) por lo tanto se tiene el control de la gente y mediante la gestión de bienes, servicios y/o programas públicos se trabaja un voto comprometido, este tipo de prácticas se da más en las zonas rurales, debido a que existe una cultura paternalista; vivimos en un mundo político oportunista, donde los candidatos junto con sus partidos políticos, aplican la ley número 11 “para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y dependan de usted, más libertad usted tendrá. Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin su ayuda” (Greene, 2010, 123).
En la jornada electoral que sé vivió en el 2018 en nuestro país, quedará marcada en la historia como una gran celebración en la democracia mexicana, debido a que varias personas salieron a las calles principales de varias ciudades, y en la explanada del Zócalo Capitalino a celebrar el triunfo de MORENA, debido a que los resultados fueron sorpresivos en la conformación del Congreso de la Unión, debido que para varios analistas fue impensable que MORENA obtuviera una amplia representación en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores; se comienza un nuevo ciclo político donde observamos que los partidos políticos que se consideraban fuertes, como lo es el PAN, PRI y PRD están en crisis, es necesario una reconfiguración dentro de su estructura, porque han perdido presencia territorial, ahora bien MORENA a partir de estas elecciones, tiene que responder a los grandes retos como son: alto a la corrupción, seguridad, salud, empleo, educación y equidad.
Pero para entender que determinó que partidos políticos tan grandes como lo eran el PRI, PAN y PRD perdieran presencia y representación en el Congreso de la Unión en las elecciones de 2018, pecaron de confianza en las manos de los líderes estatales, regionales, municipales y seccionales, estos a su vez confiaron en sus burócratas de calle, que como en cada periodo hacían el trabajo de promoción, de acarreo político, de condicionamiento ante un programa social, esta vez se cansaron sus burócratas de calle en realizar ese tipo de trabajo, se cansaron de que les echaran en cara los proyectos o programas que les gestionaban por parte de los partidos políticos o candidatos en ese entonces, además que si le sumamos que la ciudadanía ya no confiaban en el burócrata de calle de su localidad, la gente también se cansó en que solo fueran acarreados para aplaudirles a los candidatos de siempre, si examinamos a profundidad cualquier localidad nos daremos cuenta que la ciudadanía que era fiel a un partido, simuló su apoyo en público y en secreto a la hora de emitir su voto cambió su fidelidad. Resulta interesante observar que líderes de programas sociales ya sean federales, estatales y municipales, se confiaron en que los beneficiarios de los programas sociales eran votos seguros para su partido. No hay credibilidad en los políticos, porque un verdadero líder es aquel que tiene el control sin condicionar, porque aquel que condiciona no tiene el control.
Composición del Congreso de la Unión 2018

Composición del Congreso de la Unión 2021

En estas últimas elecciones vemos un panorama de crisis política por parte de los partidos políticos, vemos alianzas que no pensábamos ver, pues partidos como el PRI, PAN y PRD, se unieron según por el bien de México, pero no se percataron que por parte de la ciudadanía solo vio su alianza como un resentimiento y un celo que existe entre estos hacia el partido de MORENA, dejando ver que hay una inestabilidad política, debido a que la prioridad es el poder público que les permite buscar sus prioridades personales, donde también se observamos que como en cada elección hay oportunismo político, candidatos que se postularon por MORENA, siendo que pertenecían a otro partido político y viceversa, e inclusive habían contendido en elecciones pasadas abanderando a otros partidos; la percepción que tuvieron los burócratas de calle de cada partido políticos, en este periodo electoral fue que los confundieron, en lugar de fortalecerlos; la ideología de cada partido quedo en crisis, para los que están tocando puertas, como iban a llegar a venderles las propuestas de candidatos que no eran de su misma ideología política, en lugar de crear confianza para un candidato, crecía más la desconfianza, el trabajo de campo que realizó el burócrata de calle en estas elecciones, fue difícil y para algunos decidieron no apoyar a su partido político, porque se careció de influencia política en su localidad no hubo un apego a las ideas de los candidatos porque percibieron una traición a su ideología.

Fuente: Periódico Excélsior con fecha del 29-03-2021

Intentamos racionalizar el vínculo que existe por obtener el poder, y como hemos sido atrapados por solo unos cuantos actores políticos que buscan vivir del pueblo, estos acontecimientos siempre han estado presente a lo largo de la vida política mexicana, como lo observaba Rousseau en una de sus obras maestra El contrato social en 1758 (121; 2003) “ Tan pronto como el servicio público deja de constituir el principal cuidado de los ciudadanos, prefiriendo presentar sus bolsas a sus personas, el Estado está próximo a su ruina”. Retos inaplazables es moldear una cultura política más participativa, desde un enfoque analítico y crítico en los partidos políticos mexicanos y su forma estructural en general, buscando otros rumbos alternos para mejorar la vida política y administrativa del gobierno, y no generando más partidos políticos que al fin y al cabo buscan alianzas entre ellos mismos, para seguir sobrevenido y tener parte de control de poder.
Conclusión
En este capítulo he destacado la importancia del burócrata de calle en el ambiente político, ya que éste cuenta con iniciativa propia, además busca creatividad para estar latente en la vida cotidiana de la población, convirtiéndose en líder de un partido político. Hemos destacado que todo partido político busca el poder público, resaltado que durante las campañas políticas las palabras de los actores políticos no valen nada, donde los compromisos plasmados en un itinerario político, nunca son cumplidos y como en cada periodo político la población mexicana, queda a la espera de justicia, igualdad, de una disminución en el índice de corrupción y una estabilidad económica que nunca llega por parte de ningún color político, y sólo ve cómo se van los representantes del pueblo, convertidos en políticos inmobiliarios, disfrutando de sus riquezas obtenidas del poder público.
Mientras tanto en las campañas políticas nos venden una idea moralista a través de los líderes políticos, nos muestran sus proyectos de trabajo como la panacea para resolver los males sociales, pero la realidad es que muchos de esos proyectos están llenos de cifras manipuladas; es aquí donde se ve el trabajo del burócrata de calle convenciendo que su partido político es la mejor opción, ya que en pláticas entre amigos, conocidos, vecinos etc., invitan a votar por su partido, repitiendo las propuesta de campaña, aludiendo a su candidato que tiene una vida sencilla y comprometida con el pueblo, que son personas que según su humildad los lleva a convivir hasta con el taquero de la esquina, que son capaces de viajar en transporte público, nos hacen creer que son los candidatos que necesita la ciudadanía mexicana, el trabajo del burócrata de calle es convencer y atraer votos para su partido político.
Es molesto ver la incongruencia que existe en los partidos políticos y sus ideologías, hay que ser realistas ya no existe fidelidad ante un partido político ni mucho menos con sus ideologías, existe más infidelidad entre partidos políticos que en un matrimonio, en los últimos años hemos visto como la imagen de los candidatos y líderes políticos se ha ido deteriorando, ya sea porque han saqueado al país o por sus berrinches político, que han cambiado de partido, conocidos como chapulines políticos, o aquellos que dicen tener amor a México y sus familias viven fuera de nuestro bello país, tampoco podemos dejar afuera aquellos que manifiestan no pertenecer a ningún partido político, pero toda su vida laboral la encontramos en el aparato gubernamental, por último los obsesionados o aferrados al poder público que brincan de curul a curul, así como los describen en el libro “Los dueños del congreso: Historias de dinastías y tráfico de influencias en el poder legislativo mexicano” de autor Esteban David Rodríguez; es a partir de esta gran perspectiva que el trabajo del burócrata de calle cada vez es más difícil, por lo que ya es muy recurrente que entre partidos políticos y todos sus involucrados se dé la guerra sucia, acabando con la imagen de los candidatos.
Finalmente nuestro análisis nos permite constatar que dentro de toda organización por muy grande o pequeña que sea, se necesita del ente más pequeño, y no subestimar el poder que representa en todo organización política, pues el burócrata político de calle se ha constituido dentro de una población objetivo, asumiendo el rol de poder y reconocer que este sujeto es quien más trabaja, quien más se enfrenta ante el rechazo o simpatía por parte de la ciudadanía votante, con esto quiero decir que tiene una influencia directa en la vida de la población, pues llega a tener una relación de poder directa entre la estructura organizacional de un partido político y la comunidad, capaz de hacer llegar recursos tangibles y no tangibles. Pero es posible también que las organizaciones políticas has descuidado a estos burócratas de calle y que por momentos no los toman en cuenta o inclusive no les dan su valor que merecen, por lo que tienden a abandonar su participación en el partido político o son arropados por otro partido político, no existe una dirección fiel a su convicción política, por otro lado, algunos quieren ser líderes y no lo son, porque no depende de su capacidad, sino también del talento.
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Los burócratas políticos de calle, son la verdadera maquinaria comunitaria, con el que cuenta un verdadero líder, quien se olvida que la ciudadanía lo elige para ser uno solo.